El viernes Cuba se convirtió en el primer país del mundo en comenzar a vacunar contra la covid-19 a niños a partir de los dos años. Si bien hay en curso experiencias de inmunizaciones en menores de edad, todas ellas son a partir de los 12 años, por lo que la iniciativa adoptada por las autoridades sanitarias de la isla es innovadora.
El proceso de vacunación se puso en marcha luego de la aprobación otorgada por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos.
La directora de la entidad reguladora cubana, Olga Lidia Jacobo, explicó que la aprobación se produjo después de un proceso de evaluación “muy riguroso”. En el estudio del Instituto Finlay de Vacunas de La Habana –que desarrolló varias vacunas contra el coronavirus, entre ellas la Soberana 02 y la Soberana Plus, que son los fármacos que se está administrando a los menores– se presentaron 350 voluntarios de entre tres y 18 años. Tras los resultados finales, el ente determinó que “conforme a lo dispuesto en las regulaciones y disposiciones vigentes [...] se ha demostrado que [Soberana 02] cumple con los requisitos exigidos en cuanto a calidad, seguridad e inmunogenicidad para este grupo poblacional”, informó el portal France24.
El esquema aplicado en la prueba incluyó dos dosis de Soberana 02 con un intervalo de 28 días; además, una dosis adicional de Soberana Plus el día 56. El medicamento mostró 91,2% de eficacia contra la enfermedad sintomática en su análisis de la fase tres.
Representantes del Ministerio de Salud indicaron que la campaña pediátrica debe finalizar el 15 de noviembre y que se realizará de forma “gradual” e “intensiva”. El objetivo de las autoridades es que, a partir de este proceso de inmunización en niños y adolescentes, se pueda volver en forma gradual a las clases presenciales en los niveles preescolar, escolar y secundaria en los meses de octubre y noviembre. En Cuba los cursos dejaron de impartirse en forma presencial el 24 de marzo del año pasado y el ciclo de este año comenzará en forma virtual hoy. Desde el año pasado en la isla se adaptaron los programas educativos y se comenzó a desarrollar un método por el cual los estudiantes de los diferentes niveles reciben clases virtuales a través de la televisión.
Hasta el momento, alrededor de cuatro millones de cubanos, de un total de 11,2 millones, ya recibieron las tres dosis de Soberana 02 y Soberana Plus como refuerzo. Cuba es el único país de América Latina que desarrolló sus propias vacunas contra la covid-19, y es por ello que la administración de los inmunizantes demoró más en comenzar que en otros países de la región.
El ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal Miranda, explicó que alcanzar altas coberturas de vacunación y tener con ello un impacto significativo en disminuir la transmisión del coronavirus sólo es posible si, al igual que a los adultos, se inmuniza también a la población pediátrica.
“Es fundamental incluir dentro de las estrategias de vacunación de los países a la población pediátrica. Hacia este objetivo se encamina ahora Cuba, con la fortaleza de contar con una vacuna propia, segura y eficaz, y la experiencia de décadas en la inmunización infantil, que ha permitido eliminar y controlar múltiples enfermedades”, afirmó el jerarca según consignaron medios locales.
Portal Miranda explicó que, con la aparición de variantes más contagiosas del virus, como la Delta, se ha constatado el potencial desplazamiento del número de infecciones de los adultos al grupo pediátrico, en correspondencia con el avance de la vacunación de los primeros. En la medida en que se vacunan adultos, la población infantil es la que permanece más vulnerable y en ella aumentan los casos.
“Entre los más pequeños existen formas leves y moderadas de la enfermedad, con síntomas parecidos a los que se manifiestan en adultos, como son fiebre, diarrea, malestar general, así como trastornos del gusto y del olfato; no obstante, se ha observado, además, una forma de enfermedad grave conocida como síndrome inflamatorio multisistémico infantil, que puede provocar incluso el fallecimiento. En muchos de los menores contagiados ha sido posible apreciar que persisten secuelas y se ha comprobado que, aun en formas leves y moderadas, la enfermedad tiende a dejar afectaciones, incluso daños psicológicos”, argumentó Portal Miranda.