Se espera que este viernes los talibanes anuncien los nombres que ocuparán los principales cargos en el gobierno del país, luego del triunfo militar que obtuvieron hace casi dos semanas, precipitando el final de la ocupación de las tropas occidentales lideradas por Estados Unidos que se prolongó durante casi 20 años.
Fuentes de la organización fundamentalista le dijeron a AFP que el gabinete podría presentarse después de las oraciones matutinas de este viernes, el día de la semana más importante para los musulmanes. Ahmadullah Muttaqi, un funcionario talibán, dijo en las redes sociales que se estaba preparando una ceremonia en el palacio presidencial, en Kabul.
Se estima que el líder supremo del movimiento, Haibatullah Akhundzada, será quien detente el poder máximo sobre un nuevo consejo de gobierno, con un presidente por debajo de él, dijeron funcionarios talibanes. La máxima figura del Ejecutivo sería el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador y número dos de la organización.
Otros funcionarios talibanes que se espera que ocupen altos cargos son Sirajuddin Haqqani, otro influyente líder del grupo, y Mohammed Yaqoob, hijo del mulá Mohammed Omar, fundador de los talibanes, quien murió en el año 2013, de acuerdo a lo que informó el diario inglés The Guardian.
Los talibanes ya gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001, cuando fueron derrocados por las fuerzas lideradas por Estados Unidos. Durante sus cinco años de mandato impusieron su peculiar visión de la ley islámica, lo que implicó drásticas violaciones a los derechos humanos, que fueron padecidos particularmente por las mujeres, ya de por sí muy relegadas dentro de la cultura pashtún, la predominante, aunque no la única que habita el territorio afgano. Sin embargo, e intentando cambiar su imagen, desde que reconquistaron Kabul el 15 de agosto, los voceros talibanes insistieron en que este nuevo mandato será diferente. Sin embargo, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros gobiernos pusieron en duda las garantías de la organización fundamentalista diciendo que el reconocimiento formal del nuevo gobierno, y cualquier ayuda económica, dependerá de las acciones de los talibanes en el poder.
La UE dijo que los nuevos gobernantes no serán reconocidos hasta que formen un gobierno inclusivo, respeten los derechos humanos y brinden acceso sin restricciones a los trabajadores humanitarios.
Por lo pronto, las nuevas autoridades afganas tendrán por delante grandes desafíos. La Organización de las Naciones Unidas advirtió sobre una inminente catástrofe humanitaria en el país, donde habitan algo más de 38 millones de personas, que se encuentra en medio de una profunda crisis económica, una creciente inseguridad alimentaria y que sufre los trastornos de una guerra de 20 años que obligó a centenares de miles de personas a huir de sus hogares, lo que hizo proliferar los campos de refugiados dentro del país.
Muchos afganos se fueron en las últimas semanas hacia países vecinos, particularmente hacia Pakistán. El ministro de Relaciones Exteriores de este país, Shah Mahmood Qureshi, advirtió en las últimas horas que “abandonar Afganistán tendrá horribles ramificaciones para el mundo entero”.
En una conferencia de prensa conjunta con su homólogo holandés Sigrid Kaag realizada en Islamabad, la capital paquistaní, Qureshi dijo que esperaba con gran interés la formación de un gobierno en Afganistán. El jerarca paquistaní instó al mundo a ser consciente de las necesidades humanitarias de los afganos y a tratar de evitar su colapso económico.
De acuerdo a lo que informó la agencia de noticias afgana Pajhwok, Qureshi señaló que las perspectivas para la creación de un gobierno que incluyera a representantes no talibanes no parecían cercanas. Esto podría plantear desafíos para el nuevo gobierno afgano en términos de su reconocimiento global e incluso podría motivar una nueva guerra interna.
A propósito de este tema, sigue habiendo combates en la provincia de Panjshir, situada al noreste del país, la única que no está bajo el control de los talibanes, sino que sigue siendo dominada por el Frente de Resistencia Nacional, grupo en el que predominan los militantes de la etnia tayik. Según informó Europa Press, los talibanes aseguraron este jueves que en el marco de los enfrentamientos mataron a 34 combatientes rivales, pero desde el Frente de Resistencia Nacional se replicó que en los últimos cuatro días lograron abatir a 350 talibanes. Luego de que las conversaciones entre ambos grupos no llegaran a buen término, los combates recrudecieron y ahora el líder de esta facción, Ahmad Masud, indicó que “no se está considerando” negociar con los talibanes. Además, Masud acusó a los talibanes de atacar la zona antes siquiera de anunciar la existencia de conversaciones entre las partes.