Ariel Henry, el primer ministro haitiano, ordenó la destitución del fiscal Bel-Ford Claude, que un día antes había pedido a la Justicia que abriera una investigación contra el gobernante por el asesinato del presidente Jovenel Moïse. Según la versión oficial, Claude cometió una “falta administrativa grave”.
La destitución del fiscal motivó la renuncia del secretario del Consejo de Ministros de Haití, Rénald Lubérice. “No podría mantenerme bajo la dirección de una persona nombrada por Jovenel Moïse, acusada de su asesinato, que no quiere cooperar con la Justicia y busca, al contrario, por todos los medios, obstruirla”, dijo Lubérice en su carta de renuncia.
Claude había fundamentado su acusación en que el primer ministro habló dos veces por teléfono con uno de los principales sospechosos de organizar el asesinato, Joseph Felix Badio, y que lo hizo poco después de que se cometiera el magnicidio, sobre las 4.00 del 7 de julio. A esa hora, Badio todavía estaba en la residencia presidencial, según los datos que recabó Claude.
La fiscalía convocó a Henry a declarar la semana pasada, aunque lo hizo a modo de “invitación” a clarificar estos hechos, porque es el juez quien tiene la potestad de llamarlo oficialmente. Para entonces, el primer ministro se disponía a firmar un acuerdo con la oposición para postergar las elecciones una vez más y formar un gobierno transitorio apartidista.