La Unión Europea (UE) manifestó su respaldo a Francia y entiende como una “señal de alerta” la alianza militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos denominada Aukus, un pacto estratégico que se conformó básicamente para contrarrestar el poder de China en la zona del océano Índico y el Pacífico.
Este acuerdo geopolítico anunciado públicamente la semana pasada tuvo como primera consecuencia que Australia rompiera un contrato de 50.000 millones de dólares para la adquisición de submarinos nucleares fabricados por Francia, para firmar uno con Estados Unidos, que será el país que ahora le proporcionará los buques.
El presidente francés, Emmanuel Macron, conversaría ayer por teléfono con el mandatario estadounidense, Joe Biden, según anunció el portavoz de la presidencia en París, Gabriel Attal. La conversación sería un “intercambio para clarificar” el contexto en que el contrato con Australia se decidió y también “las condiciones de un nuevo compromiso estadounidense en una relación de aliados”, agregó.
La ausencia de Macron en la Asamblea General de la ONU que se celebra esta semana en Nueva York se interpretó como una medida de protesta por esta situación. Por otra parte, el mandatario francés ya estuvo en diálogo con el primer ministro de India, Narendra Modi, quien se comprometió a “actuar conjuntamente” para promover la estabilidad en la región del Indo-Pacífico, según consignó la agencia AFP.
El Palacio del Elíseo informó que el presidente francés y el primer ministro indio prometieron “actuar juntos en un área del Indo-Pacífico abierta e inclusiva”. En una conversación telefónica, consignada por el portal France 24, Macron aseguró a Modi el continuo “compromiso de Francia con el fortalecimiento de la autonomía estratégica de India”, incluida su industria y su base tecnológica, como parte de una “relación cercana basada en la confianza y el respeto mutuo”. De acuerdo con un comunicado de la oficina de Macron, el plan franco-indio tiene como objetivo promover “la estabilidad regional y el Estado de derecho al tiempo que descarta cualquier forma de hegemonía”.
Aunque aún no se conocen mayores detalles del eventual acuerdo, la prensa india informó que este podría incluir un pacto propio sobre la fabricación de submarinos con una posible transferencia de tecnología.
Pero además del lógico malestar que la situación generó en el gobierno francés, que manifestó que los australianos nunca los pusieron al tanto de sus negociaciones paralelas con Estados Unidos, varios jerarcas europeos también manifestaron su descontento con el acuerdo anglosajón. En este sentido el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, criticó cómo se gestó la alianza.
“Lo que se decidió, y la forma en que se decidió, fue irritante y decepcionante, y no sólo para Francia”, afirmó. Y el ministro alemán de Asuntos Europeos, Michael Roth, opinó en la misma línea: “Entiendo muy bien la decepción de nuestros aliados franceses”, dijo.
Roth, aseguró que el acuerdo “es una señal de alerta para todos nosotros en la UE”, y agregó que los países del bloque deben preguntarse “cómo fortalecer la soberanía” y cómo “mostrar más unidad en cuestiones de política exterior y seguridad”.
Por su parte, el ministro francés para la UE, Clément Beaune, opinó que la situación “es un problema europeo”. “Yo no creo que Francia esté sobreactuando y no pienso que Francia deba hacerlo, pero cuando una situación está equivocada, pienso que es nuestra responsabilidad decirlo muy claramente”, expresó Beaune.
La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula Von der Leyen, también se pronunció al respecto y dijo a CNN que la discusión de un nuevo tratado sin haberle informado a Francia era “inaceptable”. La Comisión Europea ahora analiza el impacto que tendrá el Aukus para Europa y piensa plantearlo la semana que viene en un encuentro que habrá entre el bloque y Estados Unidos sobre tecnología y comercio.
China es el otro jugador clave en esta disputa internacional, y la consolidación de lazos más fuertes entre Estados Unidos y Australia preocupa a su gobierno, aunque analistas internacionales aseguran que, con este acuerdo trilateral, la UE pasará a tener un rol marginal en la zona Indo-Pacífico, por lo que a fin de cuentas podría suponer una ventaja para el gigante asiático.