A partir de este miércoles, primer día de junio, las tarifas de los combustibles aumentaron 1,5 pesos para las naftas, que costarán 80,88 pesos por litro (1,9%), y 3 pesos para el gasoil, que costará 64,99 por litro (4,8%). Es el quinto aumento consecutivo en el año, con lo que en 2022 los combustibles acumulan un incremento de 14,9% para las naftas y de 30% para el gasoil.
El senador del Partido Nacional Sergio Botana dijo a la diaria que, sin embargo, la magnitud de estos aumentos demuestra “el enorme esfuerzo que está haciendo el gobierno”, dado que “las subas han sido todas por debajo de lo que el precio de paridad de importación [PPI] indicaba”. Lo mismo habían señalado antes y luego del ajuste distintas autoridades del gobierno. Según el PPI, la referencia teórica que calcula la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) con base en el valor internacional del petróleo, los aumentos deberían haber sido de 6,41 pesos las naftas y 10,75 pesos el gasoil.
En conversación con la diaria, Gonzalo Valdés, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), dijo que “la decisión de amortiguar la suba de precios respecto del PPI” constituye “un esfuerzo significativo” del gobierno. Apuntó que “es un tema conocido que el petróleo aumentó globalmente”, algo que “Uruguay no puede controlar”.
El presidente de la ARU dijo que en el sector agropecuario el aumento sostenido del precio del gasoil tiene una afectación “en el transporte, en los insumos y en nuestras ventas”, pero aclaró que “al ser tomadores de precios no tenemos margen de negociación y tenemos que asumir todos esos aumentos de costos”.
En tanto, Carlos Uriarte, exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca y expresidente de la Federación Rural, expresó a la diaria que el ajuste tarifario “depende de la situación internacional que el mundo está viviendo” y apreció “los esfuerzos” del gobierno para que “sean los mínimos posibles”.
“Si bien puede ser irritante, también es la forma más responsable”. Así defendió el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, el esquema de ajustes mensuales establecido en la ley de urgente consideración (LUC), que prevé ajustes mensuales en base a la revisión del PPI. En diálogo con el programa Arriba gente, de Canal 10, el jerarca declaró que “el gobierno viene con una política sostenida de tratar de mitigar lo más posible las subas, pero también de cuidar responsablemente las finanzas de Ancap”. Cada vez que se ajusta por debajo del PPI, la diferencia implica déficit para Ancap, subrayó.
No preocupa por los “precios altísimos” de exportación
Consultado acerca del impacto en el campo del 30% de aumento del gasoil en el año, combustible utilizado ampliamente en la producción rural, Uriarte comentó que “en términos de intercambio” el gasoil como insumo “no se ha encarecido, incluso podríamos decir que, hasta ahora, se había abaratado”. “Nos cuesta menos kilos de lo que producimos para comprar un litro de gasoil”, indicó, en alusión a la suba que experimentan los productos de exportación de Uruguay.
Uriarte aseguró que, a pesar de su aumento sostenido, el gasoil “no es un insumo que nos esté preocupando en el sector productor”, aunque también aclaró que esa falta de preocupación ocurre “porque estamos viviendo una etapa de precios de los productos [de exportación] altísimos. Si los precios se debilitan, obviamente la situación va a ser otra”.
El exministro de Ganadería apuntó que en este último ajuste “el gasoil subió más que el resto de los combustibles”, lo cual “va a cambiar un poco el panorama del campo, pero no creo que llegue todavía a situaciones alarmantes”. A su entender, desde el gobierno se consideró “la situación en la que está el sector” y, por eso mismo, “el esfuerzo fue menor que el que venía siendo hasta ahora”.
En tanto, Botana destacó que al subir por debajo del PPI el gobierno ha resuelto “sostener la competitividad” del campo. “Nos hemos abaratado en relación a los vecinos y al mundo en este rubro”, añadió. En tal sentido, Uriarte mencionó que “por primera vez en 38 años” el gasoil uruguayo “está más barato que el gasoil brasileño”. “Los que vivimos en la frontera lo vemos claramente. Hoy la diferencia entre uno y otro es de cinco pesos y ahora se va a ir a siete pesos. Eso da una idea del esfuerzo que el gobierno ha venido haciendo”, señaló.
La vieja fórmula
Antes del esquema de ajustes de la LUC, las tarifas de los combustibles se definían mediante una fórmula paramétrica que, en base a criterios diferentes, pautaba ajustes más espaciados en el tiempo. Esto, argumentan desde el Frente Amplio (FA), permitía atenuar los vaivenes del mercado internacional del petróleo frente a los consumidores.
Al respecto, Botana dijo que “a esa paramétrica la votamos todos los partidos políticos”, en referencia a que el artículo de la LUC vinculado al PPI fue votado por el FA, y agregó que durante el pasado período de gobierno “el FA se apropió de 1.720 millones de dólares por diferencias entre el precio de venta de los combustibles y el PPI”, bajo el antiguo sistema de ajustes de tarifas. El cálculo refiere a lo que surge de la antigua medición que realizaba la Ursea, que reflejaba en tiempos de bajos precios del barril de petróleo qué nivel por encima valía en el surtidor.
Siguiendo esa misma lógica, Botana afirmó que en el período entre 2010 y 2015 “el FA se apropió de 1.200 millones dólares”. “Si sumamos lo anterior a la LUC, son más de 3.000 millones de dólares los que se apropió Ancap y [eso] se le quitó al aparato productivo del país”, sostuvo, y agregó que actualmente, en cambio, es Ancap quien “ha venido perdiendo respecto del PPI”.
En sintonía, Uriarte destacó que el actual mecanismo “parece ser más transparente”. “Yo no me puedo olvidar, porque me tocó reclamarlo, cuando el barril de petróleo bajó de ciento y pico de dólares -como está hoy- a 60 dólares, y esas bajas no fueron transmitidas al consumidor. Eso pasó en numerosas oportunidades y nunca se trasladó al consumidor”, expresó.
Desde mitad del año pasado, cuando se aplicó por primera vez el esquema PPI de la LUC, las naftas acumulan un incremento de 38%, unos 22 pesos, mientras que el gasoil registra una suba de 60%, unos 24 pesos. En ese período hubo cinco meses en los que el gobierno no ajustó las tarifas y ocho meses en los que sí lo hizo, con siete aumentos y una única baja, menor a un peso.
Domenech: “Es una política equivocada”
El senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech se refirió a la suba de tarifas y, a diferencia de otras voces del oficialismo, no avaló la decisión del gobierno. “Es una política equivocada, porque el combustible está en el inicio del proceso productivo”, dijo, y agregó que esto se lo ha dicho “al equipo económico”, que “no lo ha tomado a bien”. En el programa Punto de encuentro, de radio Universal, explicó que cuestiona este esquema de ajustes y que, a su entender, “hay que modificar la tributación que grava a los combustibles”. “Esa sería una vía de abaratar el combustible y favorecer a la producción”, indicó.
Igualmente, Domenech habló de que influyen factores externos en el precio actual del petróleo y “no hay gobierno que pueda resistir semejante aumento”. Sobre esto, añadió en detrimento de la idea de la desmonopolización y libre importación de combustible: “Si nosotros no tuviéramos la refinería de Ancap, quizá el combustible tendría que estar muchísimo más caro de lo que está hoy día”.
Desde el FA también surgieron varios cuestionamientos a la medida del gobierno. Entre otros, el senador Daniel Olesker planteó al hablar en una rueda de prensa que mientras los combustibles aumentaron 40%, los salarios están en caída: “Desde que asumió este gobierno, salvo un mes, todos los meses el salario real analizado fue a la baja, aun en 2021 y 2022, con economía en crecimiento. No hay duda de que este es un gobierno que no pone el foco en la clase trabajadora”.
En tanto, el director del FA en la Ursea, Roberto Chiazzaro, dijo a radio Universal que el esquema de ajustes mensuales vía PPI fracasó, y apuntó: “Hay un juego político en el anuncio de que la Ursea quiera subir y el gobierno, en una actitud de defensa de los consumidores, hace un ajuste muy por debajo del informe”. A su entender, se debe estudiar una reducción de la carga impositiva a los combustibles y un fondo de estabilización para evitar oscilaciones de precios.
También el movimiento Un Solo Uruguay fue crítico con el ajuste. En diálogo con Canal 5 Noticias, el dirigente Guillermo Franchi dijo que el gasoil lleva en el último año nueve aumentos, lo que da un incremento “de 61%, y las naftas, 38,5%”, una diferencia que los productores no entienden. Además, cuestionó que “dentro del precio” que pagan está incluida “una estructura de costos de Ancap con las pérdidas del pórtland, lo que se subsidia a Alcoholes del Uruguay [ALUR], las ineficiencias de la Intendencia de Montevideo y las empresas de transporte [por el subsidio al boleto] y la recaudación impositiva, que se incrementa ante cada aumento”.