Pablo Iglesias, exvicepresidente segundo del gobierno de España y exsecretario general del partido de izquierda Podemos, llegó a Uruguay para brindar un taller de dos días sobre comunicación política para los cuadros que trabajan ese aspecto en los distintos sectores del Frente Amplio (FA). La actividad comenzó a desarrollarse este jueves y finalizará el viernes, pero anoche el político español visitó el teatro El Galpón para dar una charla abierta al público llamada “Comunicación política y redes sociales en la era de la posverdad”. En el auditorio había varios dirigentes frenteamplistas, entre ellos José Mujica, Lucía Topolansky, Mario Bergara, Liliam Kechichian, Alejandro Sánchez y Juan Castillo.
La idea de la visita de Iglesias surgió en abril, luego del referéndum, cuando el presidente del FA, Fernando Pereira, viajó a España y mantuvo reuniones políticas. En el teatro, el mismo Pereira se encargó de dejar claro el motivo del taller y la conferencia, ya que cuando tomó la palabra dijo que durante la campaña para las elecciones internas del FA “la gente” le planteó “como un problema de la izquierda” que no se había “comunicado bien” lo hecho durante los tres períodos de gobierno. “Si eso era una visión hegemónica de la izquierda, había que tratarlo de alguna manera”, manifestó, y agregó que una de las medidas fue solicitar la visita de Iglesias, quien además se desempeña como comunicador.
El político español centró su oratoria en el poder de la “derecha mediática”, ya que, según su diagnóstico, “el terreno del combate fundamental” es el comunicacional. “Es mentira pensar que basta con tener un gobierno para cambiar las cosas; tener el gobierno no significa ni de lejos tener el poder, es tener un trocito muy modesto de poder”, expresó. En esta línea, apuntó que “tener conciencia de lo que significa eso es clave para encarar estratégicamente las batallas que vienen” para la izquierda en los distintos países.
Iglesias afirmó que “el dominio de los grandes actores ideológicos de nuestra época, que son los actores mediáticos, es abrumadoramente conservador”. Al hablar brevemente de Uruguay, manifestó que el FA quizás sea la expresión de izquierda “que tenga más apoyos sociales y electorales” en el mundo, y agregó que mantener “ese nivel de apoyos electorales de una manera tan estable le coloca en una posición que ninguna izquierda europea podría imitar ni de lejos”; “sin embargo, eso no implica” que Uruguay esté exento del poder de los “bloques mediáticos”.
Así las cosas, manifestó que esa situación “merece una reflexión por parte de la izquierda a nivel mundial, en un contexto en el que al dominio abrumadoramente conservador de los grandes medios de comunicación se le une un tipo de comunicación en las redes sociales que han incumplido una promesa” de “democratizar la información”.
Describió las redes sociales como “espacios de basura” y “enormemente tóxicos” en donde circulan las noticias falsas, y realizó una advertencia: “Que haya sido presidente Donald Trump [en Estados Unidos] y que pueda volver a serlo no solamente es una anécdota o una anomalía; es una prueba inequívoca de que la democracia liberal tal como la hemos conocido puede tener sus días contados, y esto lo hemos podido ver en Brasil con [Jair] Bolsonaro, en Reino Unido con Boris Johnson, podría ocurrir en España más temprano que tarde, podría ocurrir en Italia”. Y fue entonces cuando lanzó: “Tengo la sensación de que no siempre las izquierdas, a nivel mundial, están entendiendo la importancia de contar con armas de combate ideológicas adaptadas a nuestros tiempos”.
Consultado acerca de los instrumentos que tiene la izquierda para combatir ese poder mediático, Iglesias respondió que “el planteamiento tiene que ser disputar la propiedad de todo eso”. “No puede ser que si los grandes medios de comunicación son los principales dispositivos ideológicos en una sociedad, se normalice que eso pueda tener una propiedad oligopólica o monopólica. Esto tiene que estar en los programas; la izquierda tiene que asumir que, si gobierna, los oligopolios mediáticos se tienen que acabar”, expresó.
A su vez, Iglesias llamó a “entender que los bloques de transformación social tienen que contar con dispositivos de intervención ideológica”, ya que “no se pueden construir sólo con un partido y con movimientos sociales”, sino que “esa voluntad colectiva tiene que tener dispositivos mediáticos equivalentes a los que tiene el enemigo, porque si no es imposible competir”.
“Es posible ganar un debate a la derecha, pero es muy difícil ganar si la derecha cada tiene horas y horas en televisión para imponer sus temas y sus marcos”, dijo, y agregó que “la política institucional, parlamentaria, de gobierno, no basta por sí misma como dispositivo de transformación social”. “No basta con mejorar la vida de la gente; mejorar la vida de la gente no tiene por qué tener efectos ideológicos inmediatos, aparte tiene que haber un convencimiento social de que efectivamente eso ha sido bueno”, señaló, y apuntó que “esa conciencia no siempre está presente en las organizaciones políticas de la izquierda”.
Sobre el cierre de la conferencia, Iglesias aseguró que “lo que a la derecha mediática le encantaría es que su antagonista fuera un partido de izquierdas”, pero afirmó que “el antagonista no debe ser un partido de izquierdas”, sino que “tiene que haber izquierda mediática también, que trabaje disputando cómo se informa, cómo se enfocan las noticias y señalando claramente a los adversarios políticos reales”.