“Se puede decir que conectamos el puerto con la planta de UPM”, anunció este lunes Alejandro Ruibal, presidente de la Cámara de la Construcción e integrante del Consorcio Grupo Vía Central, encargado de la construcción del Ferrocarril Central. Según lo expuesto durante un evento organizado para compartir los avances, “la obra física está terminada y eso quiere decir que ya pueden circular ferrocarriles y locomotoras”, aunque aún hay que realizar ciertas pruebas e instalar la señalización.
La idea es que la obra culmine sobre fin de año y que en los primeros meses de 2024 comience a funcionar el Ferrocarril Central. Una de las cosas que quedan por resolver es el comisionamiento de los sistemas porque implica “poner en funcionamiento 348 kilómetros de vías” y “eso lleva un tiempo, es un hito muy importante”, dijo Ruibal.
“Este es el Ferrocarril Central que ya existía en Uruguay, la traza en un 80, 85% es la misma que todos conocimos”, aseguró el presidente de la Cámara de la Construcción. Sin embargo, todos los materiales son nuevos. No sólo “hubo que sustituir el suelo porque no era apto para las cargas que iban a venir” de 22 toneladas por eje, sino que también se construyó una nueva vía de “un estándar muy elevado”, con “un sistema de monitoreo muy moderno”.
Fuera de la ciudad, “la velocidad máxima va a ser de 80 kilómetros por hora”, pero hay que tener en cuenta que “es un tren de carga y lo que importa es que sea confiable”, consideró Ruibal. Por otro lado, afirmó que la implementación de trenes de pasajeros es inminente: son “algo que va a venir” y se observa en que “está cantado” que algún operador propondrá la existencia de un tren suburbano que una ciudades como Las Piedras y Progreso. De todos modos, aclaró que “para eso se precisan otras unidades”, distintas a las que pronto estarán en circulación.
“Es un proyecto desafiante, el más desafiante de mi vida” y “la obra pública más importante tal vez de la historia del país”, declaró el integrante del Grupo Vía Central al evaluar el trabajo que se aproxima a su fin. Ruibal se refirió a las expropiaciones realizadas y a la gente “a la que le complicamos la vida tal vez” como “complejidades” que hubo que gestionar “para sacar el proyecto adelante”.
Consultado sobre los tiempos de la construcción -la obra comenzó en 2019 y se preveía que terminara en setiembre de 2022-, manifestó que “no hablaría de retraso, hablaría de prórroga”. Luego de dar a conocer que la inversión terminó siendo de alrededor de 1.000 millones de dólares, Ruibal concluyó: “Es normal en cualquier tipo de obra que haya un porcentaje de ampliaciones y modificaciones, y más en una obra de estas características, donde el proyecto se fue definiendo mientras que íbamos ejecutando, porque no había otra manera”.