Luego de anunciar la emergencia sanitaria a nivel nacional debido a la primera aparición de casos de gripe aviar en Uruguay, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Fernando Mattos, habló en una rueda de prensa sobre la situación actual de la crisis hídrica que atraviesa Uruguay. Según el jerarca, en caso de que la situación continúe empeorando, se puede llegar a tomar la medida de facilitar a los productores las importaciones de determinados alimentos, aunque aclaró que la medida se tomará dependiendo de cada rubro. En ese sentido, puso como ejemplo que se podría facilitar la importación de zanahorias, papas y zapallos.
En el caso de frutas producidas en Uruguay, señaló que el estado de la mayoría de ellas es de “menor calibre” debido a “la falta de humedad y disponibilidad de agua en los sistemas de riego”. De todas formas, aseguró que la fruta que está en condiciones de ser comercializada será “muy sabrosa, muy concentrada en azúcar y está en buenas condiciones”.
El ministro aclaró que “frente a una dificultad productiva y un mayor costo de producción, abrir abiertamente las importaciones no siempre asegura un menor precio”, y añadió que “si inundamos el mercado terminamos dándole el tiro de gracia al productor, que está haciendo un enorme esfuerzo ante la crisis”. Por lo tanto, se cuidará ese factor si se decide facilitar la importación de determinadas mercaderías.
Mattos apuntó que cree que la sequía tendrá un impacto negativo “difícil de calcular” en el crecimiento económico del país en 2023: “Nosotros hicimos un estimativo muy primario de las pérdidas directas del sector agropecuario, pero tenemos que ver el encadenamiento, el producto que no está, el que no se transporta, el que no se exporta o que no se consume. Hay una dificultad en general en la cadena, muchos uruguayos van a perder jornales porque tenemos una caída en la producción”, aseguró.
Insistió con que “eso solamente se puede atemperar con la importación de materias primas, que en algunos casos se va a hacer y en otros no es viable”. Agregó que la pérdida va más allá del sector agropecuario, ya que “es una pérdida de riqueza genuina que tendrán todos los uruguayos. Tenemos la expectativa de que se pueda normalizar el aspecto climático y pueda haber algún tipo de recuperación”.
Por otro lado, el ministro comentó que en el interior hay mucha gente con dificultad de acceso al agua. “Desde noviembre muchas localidades del interior están sin agua, áreas rurales”, comentó, y añadió que “es una pérdida de calidad de vida tremenda para aquel que no tiene agua o tiene que restringir su uso”.
Mattos también fue consultado sobre la posibilidad de preparar al sector productivo con un sistema de riego para que no se vuelvan a repetir las consecuencias de la sequía, y respondió que “algo se ha hecho, pero no es suficiente”.
“Es cierto que parte del agua la podríamos aprovechar y no lo hacemos en su totalidad. Eso es tan cierto como que tenemos que tener una política respecto del agua del riego, pero fundamentalmente de adaptación a la realidad del cambio climático, que nos viene afectando y cada vez nos afectará más”, sostuvo.
Asimismo, señaló que hoy Uruguay tiene “menos de 2% del área productiva bajo riego”, lo que es “muy poco para un país que quiere ser resiliente y adaptarse de forma más adecuada al cambio climático”.
“Nosotros deberíamos tener cinco veces más de área regada para tener las condiciones reales de poder reaccionar frente a estos episodios, que terminan impactando en la economía y en la calidad de vida de los uruguayos”, concluyó.