Autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) anunciaron que se decretó la emergencia sanitaria en todo el país por el hallazgo de influenza Aviar H5 en la Laguna Garzón, en los departamentos de Maldonado y Rocha. En una conferencia de prensa que se realizó en el edificio central, habló el ministro Fernando Mattos y estuvo acompañado por el subsecretario del MGAP, Ignacio Buffa, el director general de los Servicios de Ganadería (DGSG), Diego de Freitas, y la integrante de la Sanidad Avícola Virginia Russi.

El ministro afirmó que dada la situación de propagación de la enfermedad en otras partes de la región, “era esperado” que llegara a Uruguay. Ante este escenario, comentó que la respuesta de la cartera fue comunicarle la situación a la Organización Mundial de Sanidad Animal y al Comité Veterinario Permanente. También destacó la “constante coordinación” entre el MGAP, el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Ambiente para abordar el tema.

“Esta enfermedad es un riesgo para la producción avícola. Estamos tomando medidas para la bioseguridad en las granjas”, planteó el ministro, que indicó que existen pocos casos de contagio de esta enfermedad desde el animal al humano: “Es muy baja la probabilidad, tiene que haber un contacto muy estrecho entre las aves enfermas y los humanos”, explicó. En ese sentido, aclaró que la enfermedad no se transmite por la vía de los alimentos, es decir, “el consumo de carne de ave, de huevo o de cualquier otro producto avícola”, por lo tanto, aseguró que “garantizan la seguridad” del consumo de los productos de granja.

Mattos señaló que “no escatimarán en esfuerzos para lograr la cooperación técnica necesaria” para afrontar las consecuencias de la enfermedad y recordó que Europa y Estados Unidos están “muy afectados por la gripe aviar”. “La Organización Mundial de la Salud advierte de los riesgos de la dispersión y [que] la presencia del virus a nivel mundial pueda generar consecuencias más grandes que hasta ahora no se han registrado”, añadió.

El siguiente en tomar la palabra fue De Freitas, que contó que en el ministerio fueron notificados el 13 de febrero sobre la mortandad de cinco cisnes de cuello negro en la costa de la Laguna Garzón. Según De Freitas, las aves fueron detectadas por los servicios de guardaparques del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Inmediatamente, concurrió a la zona el equipo de Sanidad Animal y se sacaron muestras que fueron enviadas a un laboratorio: “En el día de ayer, terminados los resultados, se detectó la presencia de influenza aviar, del virus H5, que tiene una alta patogenicidad”, dijo.

Entre las medidas para contrarrestar la propagación de la enfermedad, el director de la DGSG reiteró la declaración de emergencia sanitaria y agregó que “quedan restringidos todos los movimientos dentro del territorio nacional de aves de traspatio y aves que no sean controlados a través del Sistema de Monitoreo Avícola”. Sin embargo, esta restricción “no se aplicará a los movimientos de aves que sean controlados a través del Sistema de Monitoreo Avícola”. Además, apuntó que “las aves de traspatio y las aves que compongan el sistema productivo Free Range deberán estar alojadas en instalaciones cerradas techadas en cumplimento con el Manual de Contingencia de Influenza Aviar”.

En un comunicado que emitió la cartera, también se recomienda “extremar las medidas de bioseguridad en las granjas, restringir el ingreso de personas y vehículos al establecimiento”. Además, se exhortó a “realizar una estricta limpieza y desinfección de los materiales de trabajo, de las instalaciones y los vehículos que ingresan a la granja”.

También se hace énfasis en “mantener al día los registros de visitas y productivos, colocar mallas antipajaros en buen estado en laterales y portones del galpón y colocar dispositivos de desinfección a la entrada del establecimiento y de los galpones”. En cuanto al trabajo de los humanos con las aves, se sugiere usar “ropa exclusiva” para esa tarea y “evitar el contacto de las aves comerciales con las silvestres y que compartan fuentes de agua”.

Sobre el contacto entre aves silvestres y comerciales, Russi dijo que es “muy importante” que la enfermedad “no pase al circuito comercial” para evitar que se afecte el trabajo de las personas del sector avícola. Señaló que la enfermedad se contagia por materias fecales y secreciones nasales, y puso especial énfasis en que no se toquen las aves muertas o que puedan padecer la enfermedad.

Para detectar un posible contagio, Russi indicó que “se puede ver al ave deprimida, que no se arrima al agua o no come, o directamente el ave muerta”. Añadió que, ante casos de mortalidad o “signos digestivos o respiratorios” que estén por “fuera de lo normal”, hay que llamar al veterinario de forma inmediata “porque la enfermedad se transmite rápidamente”.

En ese sentido, desde la cartera exhortaron a la población a notificar la presencia de aves muertas o con sintomatología digestiva o respiratoria, y dar aviso por correo a [email protected] o en las oficinas locales del MGAP.