Las preocupaciones de la senadora del Frente Amplio (FA) Silvia Nane pueden resumirse en dos conceptos que repite bastante: “reconstruir” y “comunidad”. A su vez, insiste en “reconstruir los espacios públicos” como una forma de hacer política y cree que la indicada para esto es la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, a quien suplió en la cámara alta y con quien tiene un diálogo constante como parte de su mesa chica. Sobre las posibilidades del FA de cara a 2024, las críticas que ha recibido Cosse desde la propia fuerza política, sus propias proyecciones y cómo ve al gobierno, habló en entrevista con la diaria.
Has dicho estar convencida de que el FA va a ganar en las elecciones de este año, pero planteás la pregunta del para qué. Para vos, ¿para qué tienen que ganar las elecciones?
Estoy convencida, porque cada vez que uno compite en el período electoral tiene que estar convencido de que va a ganar. Después el convencimiento uno lo tiene que militar, y a veces sale y a veces no. El FA tiene un buen para qué: para que el país crezca y distribuya mejor definitivamente, pero hay que entender que el desarrollo no es solamente el económico y que lo que tenemos que desarrollar son lazos fuertes de comunidad. Las bases programáticas del FA ahora tienen esa mirada porque están transversalizadas.
¿Y qué es lo que las transversaliza?
Cuando vos empezás a visibilizar la política pública como una acción para garantizar derechos es bien diferente el enfoque, y eso es lo que hace este programa del Frente Amplio. Se para no solamente desde la concepción de un Estado que sólo brinda buenos servicios, sino desde la concepción de un Estado que tiene que ser garante de derechos, y los derechos siempre se ejercen en comunidad y desde la gente hacia el Estado y desde el Estado hacia la gente. Me parece que eso atraviesa una forma de gobernar que yo espero del Frente Amplio.
Más allá de las transversalidades, cada uno elige dónde poner los énfasis dentro del programa. ¿Cuáles son los tuyos?
Para mí hay varios focos que son muy importantes. Infancia y adolescencia, salud, vivienda y seguridad. Todo eso atravesado por el trabajo en el territorio. La pobreza, el acceso a la vivienda y las condiciones de seguridad no son las mismas en todo el territorio nacional. Cuando vos ponés todas esas capas y ves los lugares donde la pobreza infantil está más cruda, es en aquellos lugares donde la pobreza de los padres de esos gurises está más cruda. Las realidades no son compartimentos estancos. La realidad de una familia es su acceso a la salud, a la vivienda, a la educación, su vida en los espacios públicos, que es, en definitiva, donde se construye comunidad. Entonces, vos no podés ir con la idea de construir comunidad sobre la base de la inseguridad pública.
A la hora de plantear estas discusiones en la campaña y a la hora de llevar a cabo esta recomposición que decís, ¿por qué Carolina Cosse?
Porque nosotros necesitamos reconstruir prontamente con una mirada integral, con pata en el territorio, donde la gente participe, y eso es lo que ha venido haciendo la Intendencia de Montevideo [IM]. Garantizar el acceso a un derecho no solamente es poner oficinas en los barrios, ni abrirlas más tiempo, porque cuando uno es garante del ejercicio de un derecho tiene que ir a buscar que el otro ejerza, no quedarse esperando que venga. Cuando arrancó esta administración en la IM, arrancó con el plan ABC, un plan que tenía ejes, y eso es lo que se necesita para reconstruir: integralidad, porque la vida de la gente es integral, y necesariamente es también en comunidad. Entonces, ¿por qué Carolina? Porque lo sabe hacer, porque ya lo hizo, porque esa es la forma en la que entendemos que hay que hacerlo. En paralelo hay que avanzar, hay que hacer, y hay que hacer mirando muy para adelante. Hay que volver a hacer en telecomunicaciones, en sociedad del conocimiento, en materia de vivienda y en materia de desarrollo. Eso requiere decisiones políticas pero también audacia política; y yo creo, humildemente, que como país nos merecemos la audacia de soñar sueños grandes, y esa persona es Carolina porque ya lo ha hecho.
Que Cosse iba a ser precandidata era algo que se manejaba desde que terminó la elección anterior, o por lo menos es algo que siempre estuvo ahí. De todas formas, fue la última en confirmar su precandidatura. ¿Por qué? ¿Opinás que se demoró?
Que Carolina se haya demorado es una interpretación. Capaz que lo que pasó fue que los otros se apresuraron, pero eso según del lado que se le mire.
¿Se apuraron los otros precandidatos?
No sé si se apuraron, digo que en la misma interpretación que Carolina se demoró puede haber una interpretación de que los otros se apuraron. No hago ninguna interpretación, para mí los tiempos son lo que son.
En esto de la construcción, de los tiempos y las discusiones, está el tema del plebiscito. ¿Qué rol creés que va a tener en la campaña y, en particular, en la de Cosse?
Es una discusión importante que no puede quedar en eslóganes; me parece que hay que tomarse el tiempo para discutirlo, para ver. Tendríamos que haber debatido muchísimo más sobre esta reforma de la seguridad social.
¿En el FA o en general?
No nos vamos a jubilar sólo los frenteamplistas, es una cuestión de todos. La seguridad social es un derecho humano, y si como sociedad no nos damos el tiempo para debatir sobre el ejercicio de derechos, ¿sobre qué vamos a discutir? ¿Sobre Gran Hermano? Cuando se discutió el proyecto en el Parlamento se fueron dando distintos acuerdos políticos que fueron tamizando el proyecto original, y cada uno de esos acuerdos políticos tuvo su recompensa para todos, a cambio de sus votos. Acá nadie se fue con los bolsillos vacíos. Entonces, los trabajadores organizados dicen: “Esto no me sirve, tengo otra opción y voy a ir por una herramienta constitucional con mi opción”. Eso es lo que hoy estamos discutiendo.
¿Vas a firmar?
Sí, voy a firmar, claro.
El argumento de Cosse es que va a firmar porque quiere que se habilite la discusión, pero una crítica que recibe dentro del propio FA es que no se ha pronunciado respecto de los contenidos específicos, o que no se entendía su postura.
La de Carolina es una posición debidamente fundada y fundada por escrito. Quienes tengan dudas pueden llamar a Carolina sin ningún problema y pueden hablar horas sobre eso, me parece que las formas son importantes. Capaz que sería bueno que entre quienes no entienden y Carolina puedan hablar, pero evidentemente el diálogo no va a ser por la prensa.
En definitiva, ha sido por la prensa.
Bueno, Carolina no respondió por la prensa.
¿Cuál es tu postura respecto de los contenidos?
Es que los contenidos no están cerrados, porque el proceso no está cerrado, porque si el plebiscito llega a salir, se aplica el artículo 331, que habilita una nueva discusión de un nuevo contenido, por lo que no están cerradas las discusiones.
¿Te parece que puede complicar el diálogo social, que el FA entiende como el camino adecuado?
Todo esto es diálogo social, discutir es diálogo social. El diálogo social no va a empezar el día que alguien ponga una mesa grandota de gente y le ponga el título de diálogo social.
¿Vas a encabezar una lista al Senado en 2024?
No lo sé.
¿Y si te ofrecen integrar una fórmula presidencial?
[Risas] ¡No sé! ¡Imaginate!
¿Cómo creés que se ha manejado la denuncia de acoso sexual contra el diputado Gustavo Olmos?
Creo que la prensa la manejó de una forma y que el Frente Amplio la está manejando como puede dentro del Tribunal de Conducta Política. Tenemos que poder, de alguna manera, generar las bases en el espacio público en el que estas cosas terminan saliendo, y cuando hablo del espacio público hablo de la prensa.
La prensa lo manejó de una forma, pero también fue porque hubo filtraciones desde adentro.
Justamente. Me parece que nos falta un montón para poder tener mecanismos que protejan a las víctimas. Creo que es parte de la responsabilidad que tenemos todos de construir esos espacios de cuidado, porque son una garantía para todos. Lo que pasa es que si nosotros seguimos viendo que esas cosas les pasan a los demás, no tenemos la empatía de ponernos en el lugar de “me puede pasar”. Me parece que más allá de un tema político, es un tema de cómo lo vemos como sociedad. Porque no es que no se hable, es que cuando se miran, se miran desde un lugar donde la víctima siempre es cuestionada, y me parece que nos falta un montón para aprender en ese sentido. Es un camino largo denunciar, es un camino arduo y requiere muchos apoyos. También es un camino arduo lo que pasa después. Lo que trato de pensar es que ojalá se resuelva lo mejor posible; sabemos que ya hay una parte de cuidado que no se dio, y a partir de ahí, que el FA lo pueda resolver. Yo confío en el trabajo del Tribunal de Conducta Política, pero al mismo tiempo es muy difícil decir cómo se resuelve algo de este tipo, porque el daño ya está hecho.
En el programa aprobaron un rediseño institucional para las políticas de género, que podrían venir, por ejemplo, con algún refuerzo presupuestal. ¿Te parece suficiente?
Me parece que el programa está bien apuntado, después la cuestión está en la implementación de esas políticas, que sean lo más integrales posible y estén basadas en evidencia. La situación de violencia tiene mucho que ver con el ejercicio del poder; si no trabajamos sobre el ejercicio del poder, es muy difícil que podamos resolver las situaciones de violencia. Hay una simbología del poder sobre la cual hay que trabajar mucho más allá de los temas puntuales. Eso hay que discutirlo en el Frente Amplio y hay que discutirlo en todos los lugares donde haya espacio de encuentro público, porque el poder es algo que tiene que discutirse ahí y estamos muy mal con eso. Todo lo que pasó con el caso [del exseñador Gustavo] Penadés; fijate el abuso del poder institucional hasta dónde llegó. Eso es poder puro, es alguien que tiene y puede y alguien que no.
En su momento, luego de las declaraciones de Carolina Ache sobre el caso Marset, propusieron discutirlo como asunto político en el Senado, algo para lo que no tuvieron los votos suficientes. ¿Por qué creés que ocurrió esto?
Porque el oficialismo iba a tener que admitir que le había mentido al Parlamento y se ve que no les resultó demasiado grave eso. Le mintieron al Parlamento olímpicamente, y lo que nosotros quisimos tratar como asunto político es que se emitiera una declaración del Parlamento que dijera que hay aspectos constitucionales que dicen que el Poder Ejecutivo viene a rendir cuentas al Poder Legislativo y que cuando uno rinde cuentas, las rinde completas. Eso implica no decir medias verdades ni juntarse unos días antes para hacer el plan de la mentira. Eso implica que la información se da completa y que cuando uno pregunta, se responde, pero se responde la verdad. No ocurrió nada de todo eso y lamentablemente el Senado de la República no se paró como institución. El presidente llega y les agradece la altura moral de la renuncia a cuatro personas que vinieron olímpicamente a mentirle al Parlamento, y después que saca a todas estas personas, llega a dar una explicación absolutamente banal con la excusa de que estaba cansado. No se puede hacer eso, es una falta total de responsabilidad, y ante esa falta total de responsabilidad del máximo representante del Poder Ejecutivo, el Senado de la República no quiso dar el debate. Encima, quisieron cerrar el tema y les salió el narco en prime time.
¿Cómo sigue ahora? ¿Tienen pensado algún mecanismo desde el FA?
Los mecanismos se van viendo en la medida en que se vayan acordando las acciones políticas. Ahora se puede llegar a pensar algo para la próxima legislatura a nivel parlamentario. De todas formas, una cosa son las acciones parlamentarias y otra son las acciones políticas. Nosotros ahora podríamos llegar a ver [acciones] a la luz de nuevas cosas que vayan pasando, el presidente todavía no declaró por [Roberto] Lafluf. Puede haber nuevos elementos, y cuando haya nuevos elementos, se evaluarán las acciones parlamentarias; las acciones políticas tienen que ser permanentes porque el gobierno es responsable de todo esto que pasó, es responsable en la acción y en la omisión.