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Gerardo Caetano en la diaria Radio.

Foto: Gianni Schiaffarino

Caetano sobre el gobierno: requiere “una inflexión de cambio o una activación transformadora”, porque “los cinco años se van rápido”

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Respecto del presidente, el politólogo agregó que “Yamandú Orsi está hablando demasiado y no está siendo cuidado lo suficiente”.

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No es la primera vez en el año que el politólogo Gerardo Caetano visita la diaria Radio. A finales de mayo evaluó que “el gobierno no empezó bien”, pero ya en septiembre aseveró que “globalmente ha mejorado”. “El gobierno tiene que forjar un despegue. Los cinco años se van rápido y ese despegue requiere una inflexión de cambio, una activación transformadora, que no significan locas pasiones, sino aprovechar bien este fin de año, un momento de balance, una gran posibilidad para pensar las cosas distinto”, afirmó esta vez, en el último programa del año.

Las velocidades de cambio configuran una discusión en la interna de la fuerza política, y la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, dijo a la diaria que se necesita “un tiempo razonable”. Para Caetano, “en puridad, la realidad se ve desde distintos lugares” y es positivo “no hacer monolítica una mirada”, aunque subrayó la necesidad de evitar “romper el vínculo con la sociedad” y exhortó a “tener la prevención de romper cualquier burbuja o aislamiento respecto de los actores sociales y los que más sufren”.

“Los ritmos también tienen que ver con los sentidos de urgencia que tienen algunos compatriotas que legítimamente transfirieron al gobierno expectativas transformadoras. Es muy bueno que se combinen miradas, lo malo es cuando una –tan legítima como la de quienes gobiernan– se impone demasiado”, acotó. En su visión, “estar cerca” puede dar al gobierno “el sentido de urgencia”, algo que a las administraciones uruguayas “les cuesta”.

Frente a derechas que “no lo requieren”, el académico dijo que la coalición de izquierda tiene “una usina de militantes que siempre hay que tener en cuenta” porque resulta “absolutamente clave” para incorporar “demandas, visiones y diagnósticos”. Por otro lado, “un gobierno progresista tiene que recorrer el territorio”, y para el Frente Amplio hacerlo fue “providencial”: “A un político lo que siempre le hace mal es encerrarse en el ministerio, en la casa de gobierno, en el Parlamento”.

La situación fiscal y la falta de mayorías como posible explicación de las demoras “parecen muy atendibles” y señaló que “el gobierno no ha ido a fondo en la descripción de esas limitaciones” porque pareció que la consigna era “no hagan olas”: “Si un ministerio tiene un porcentaje enorme de su presupuesto para 2025 ejecutado por el gobierno anterior, no hay que naturalizar eso ni decir que forma parte de las prácticas políticas uruguayas”, consignó, y mencionó como ejemplo la situación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

El Frente Amplio y la confrontación

Para el analista, la conferencia de prensa que anunció el inicio de la denuncia al astillero Cardama fue un “hito” –que “generó una respuesta desproporcionada y habría que preguntar por qué”– porque reveló que el partido “necesitaba una inflexión”. “Podría haber primado la idea de ‘no hagan olas’, y creo que esas cosas no hay que dejarlas pasar. Lejos de configurar disrupción, de alguna manera genera convicción”, sostuvo. Agregó que le parece “formidable” que se apueste “a la concertación, a la asociación y que no se demonice al adversario”, un cambio “muy favorable” que introdujo “un clima distinto al que veíamos en el período de gobierno anterior”, pero que debe combinarse con que “cuando hay que decir las cosas, hay que decirlas”.

“Lo estimo a Yamandú y siempre le decía lo mismo: hay que jugar con las dos piernas. Yamandú tiene una pierna menos hábil que la otra [...], es más proclive a concertar –incluso a veces hasta el paroxismo de evitar el conflicto– y le cuesta más confrontar, marcar rumbo”, opinó sobre la figura del presidente. Además, dijo que el primer mandatario “está hablando demasiado” y “no está siendo cuidado lo suficiente”, porque “a veces, de manera demasiado cotidiana, se permite juicios que no están suficientemente elaborados o afirmados y dan señales”.

A juicio de Caetano, Orsi necesita “mucha discusión política” y “mucha gente que le diga cosas que no quiere escuchar”. “Hay ciertas declaraciones del presidente que les han hecho mal a él, al gobierno y al país”, aseguró, como sus declaraciones respecto de la avanzada militar estadounidense sobre Venezuela, la referencia a Nayib Bukele o el “intento de explicar lo inexplicable” como fue la visita “secreta” al presidente de la Suprema Corte de Justicia.

Sobre el último punto, Caetano dijo que muchas veces “se habla de errores comunicacionales cuando en realidad son hechos políticos cargados de significación controvertida”, y resulta “muy extraño” que no tuviera asesoramiento sobre el tema. Por lo anterior, evaluó que Orsi generó “un hecho político muy grave en donde cualquier reflexión profunda lo hubiera debido llevar a buscar otros caminos”.

Más de una oposición

“Hay como un reconocimiento tácito de que el proyecto fusionista de crear un partido Coalición Republicana es un proyecto muerto y que no prospera”, consignó el politólogo. Además, señaló que “quien recorra el territorio advertirá la fuerza de ese veto” a “hacer desaparecer 200 años de historia del país”.

Caetano utiliza el término en plural porque, dentro del Partido Nacional (PN), a pesar de que tiene “una perspectiva de homogeneización” a través de un liderazgo consolidado, “si uno recorre ve que hay distintas actitudes en el Parlamento, en el territorio y que el escenario de los intendentes es variopinto”, siendo los de Paysandú y Florida dos jerarcas “con matices importantes”. En ese sentido, a veces “se perfila básicamente la mirada en el directorio” o en “quien lidera un espacio donde se optó por un estilo agraviante de hacer la política: Javier García”, pero “no se ve a [Martín] Lema, que está haciendo otro camino muy interesante y es una figura ascendente”.

Sobre el Partido Colorado, expresó una “gran decepción”: “Quería ver que todo eso estridente, con mucho ruido y que no parece demasiado consistente en Ojeda, tal vez en una edad ya más balanceada como la que tiene Pedro Bordaberry, había decantado y le daba un perfil distinto. He visto con mucho dolor y repudio el proyecto de ley que acaba de perfilar”, expresó sobre su iniciativa para otorgar prisión domiciliaria a condenados por delitos de lesa humanidad. Lo calificó como “profundamente equívoco” y un “grave error” en su trayectoria política, ya que “ha dado muchas señales respecto a que no es el hijo del dictador”.

“Quien va a disputar, en esa lógica binaria, la presidencia de la República en 2029 va a ser un blanco nacionalista y va a ser seguramente [el expresidente Luis] Lacalle Pou. Ojeda puede hacer lo que quiera, pero, si no logra competir con esa imagen, el PC tiene problemas de identidad. El PN también los tiene a su modo, porque siempre fueron dos alas y se ha monolitizado. Para competir mejor, necesita dos alas”, condensó.

“Los socios menores de una coalición generalmente sufren”, dijo sobre los partidos no tradicionales que integran la alianza. En ese eje, afirmó que el Partido Independiente “se quedó en el mismo lugar, como si no hubiera pasado nada”, mientras que Cabildo Abierto “está muy golpeado y tiene problemas de identidad”, pero “por lo menos está intentando otra cosa” y “ha dicho algo bastante razonable: ¿quién ha dicho que es natural que una coalición de gobierno, en la oposición, siga siendo coalición?”, citó.

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