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Acto del MPP en el Parque Rodó (archivo, abril de 2025).

Foto: Pablo Vignali

La realidad y los desafíos del MPP: la muerte de Mujica, un nuevo presidente y una votación histórica que tensiona los equilibrios en el FA

8 minutos de lectura
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Los dirigentes emepepistas sostienen que el sector “sigue siendo lo mismo”, ya que “lo único permanente son los cambios”; la coyuntura, en tanto, impone varios desafíos, como el de mantener el “equilibrio” de una “visión nacional” que pregonaba Mujica.

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“Las credenciales se ponen viejas, hay que renovarlas”, decía José Pepe Mujica en una entrevista con la periodista María Esther Gilio, para el libro Pepe Mujica: de tupamaro a presidente, publicado en 2010. Allí, el referente del Movimiento de Participación Popular (MPP) remarcaba que su “compromiso permanente” estaba “hacia adelante”, mientras citaba al militante tupamaro asesinado Gabriel Schroeder. Al cerrar 2025, ya sin Mujica en el plano físico, esa frase vuelve a resonar en el seno del MPP. En el nuevo escenario, uno de los suyos está como presidente y en la última elección nacional la lista 609 fue la más votada de la historia del país.

Ahora el factor común en los principales dirigentes emepepistas es la imposición coyuntural de “asumir responsabilidades”. Por un lado, aparecen las más obvias, marcadas por el plano institucional. Sin embargo, también se pone énfasis en no descuidar aquellas que hacen a la dialéctica de la construcción política. En ese sentido, para el senador Daniel Caggiani, parte de asumir responsabilidades “significa también no dar las opiniones que a veces son las más comunes o las más taquilleras” para la izquierda tradicional.

“Hemos trabajado mucho para lograr los acuerdos con la oposición y eso, al principio, no era leído adecuadamente por algunos compañeros, pero hoy, sin duda, tuvo un resultado importante”, afirmó el legislador, en referencia a algunos de los hechos que generaron ciertas diferencias en el primer año dentro del oficialismo. “La política es el arte de hacer posible lo necesario, por eso, esperemos que la sociedad, y sobre todo los frenteamplistas, entiendan el camino en el que estamos caminando”, complementó el dirigente del MPP, luego de citar –al igual que Mujica– la frase: “Las credenciales se ponen viejas, hay que renovarlas”.

El dirigente Heber Bousses, uno de los cinco fundadores del MPP que permanece en la dirección nacional, reafirmó el mismo concepto con otras palabras. Subrayó que el movimiento “sigue siendo lo mismo que fue siempre”, dado que “lo único permanente son los cambios”. Para el emepepista, esto no implica “bajarse” de las “banderas” de la “liberación nacional y el socialismo”, aunque sí tiene que ver con reconocer que, como fuerza política en el gobierno, la función está en “resolverle los problemas a la gente”, lo que no se logra con “una etiqueta” que diga “soy más de la izquierda, más de centro o más de la derecha”.

“El día que todo el mundo tenga casas, salud y seguridad, tal vez ahí nos sentemos todos en un lugar a discutir qué es ser de izquierda”, señaló Bousses al ser consultado sobre si hay un MPP más “moderado”, como han señalado algunos analistas.

El exsenador Charles Carrera, activo participante de la orgánica frenteamplista en representación del MPP, coincide en que este tipo de señalamientos tiene que ver con un “pragmatismo” identitario del movimiento, que, a su entender, ha tenido “la capacidad de leer bien” la realidad en la que se encuentra inserto.

El diputado más joven del MPP, Joaquín Garlo (28 años), tampoco entiende a qué se refieren cuando hablan de que el movimiento se moderó. A su parecer, en la lógica de “cercanía con la gente”, el movimiento “ha logrado interpretar y conocer cuál es la realidad social de Uruguay”. Esto, a su vez, le ha permitido “ejercer la labor de representación de otra forma”. En último término, esto es también, para el novel legislador fernandino, la explicación del “grado de adhesión” que tiene la organización política.

Según Carrera, esa falta de “rigidez” propia de un “movimiento” se encauza, por parte de los más activos dirigentes, “caminando juntos” con “referentes” como Lucía Topolansky y Ernesto Agazzi.

“Son de consulta, porque la política no es la foto del momento, es la película. Muchas veces para analizar lo que está pasando hoy te perdés en los análisis inmediatos, sin tener en cuenta que muchas cosas que pasan hoy tienen explicación hace 40, 50, 60 años o más”, marca Bousses, en línea con Carrera, sobre la importancia de estos referentes históricos en la actualidad del MPP.

El MPP después de Mujica

“Lo primero es que te quedaste sin el mejor comunicador que tenía este país, y lo segundo es que quedó la vara muy alta para todo el mundo, y el resto la gente puede tener una tendencia a medirte según esa vara”, reflexionó Bousses sobre el impacto de la partida de Mujica en el MPP, más allá de lo emocional. Consultado sobre si la ausencia del histórico referente genera un vacío de liderazgo, consideró que la discusión sobre el liderazgo “hace muchos años está saldada”. Aseguró que hay una conducción “colectiva” y enfatizó que, aunque se quisiera, “es muy difícil que alguien pueda conducir realmente” el MPP.

Carrera sostuvo que “la magia” que “trajo hasta acá” al MPP es un modo de participación en el que “uno no tiene que imponerse sobre el otro”. “Siempre hay lugar a discusión, participamos todos por igual, uno no se siente más que el otro, es la magia de nuestros fundadores”, sintetizó.

El senador y exintendente de Rocha Aníbal Pereyra, sin embargo, opinó que ocupar el lugar vacío en cuanto al liderazgo que deja Mujica “es el gran desafío por delante” que tiene el MPP, y también la izquierda, teniendo en cuenta que ha perdido varios referentes en los últimos cinco años. “Las referencias importan mucho; estas referencias personales, los liderazgos, no se inventan”, comentó.

Por lo pronto, Pereyra encuentra “la clave” para salir de esta situación en una “forma de construir” basada en la “relación personal con la gente”. “Parar la oreja y hacer síntesis de cada mensaje, del paisano del pueblo más perdido o la campaña más lejana, esa creo que fue la gran virtud”, analizó, en alusión al histórico dirigente emepepista. “El rumbo de la mirada de la unidad nacional no se puede perder”, agregó.

Caggiani, en tanto, valora que Mujica haya dejado organizado “un movimiento capilar”, con la “capacidad de militar” en los “sectores sociales más postergados de la sociedad”, pero también con la “capacidad de tener diálogo y articulación” con las distintas visiones que hacen al “conjunto del país”. Sin embargo, puntualizó que “equilibrar entre las exigencias coyunturales, urgentes y de largo plazo, y también tener un equilibrio que represente una visión nacional”, era la función personal de Mujica como referente.

De todas formas, Caggiani dijo que hay quienes en la actualidad “trabajan en ese sentido”, como Lucía Topolansky y Ernesto Agazzi. Asimismo, sostuvo que “hay figuras” que “han empezado a ocupar esos espacios”, como el caso del secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez.

Garlo coincide en que se genera un “desafío” que sólo tiene alivio en el hecho de que el propio referente del MPP se “preocupó por generar el relevo”. “Pepe fue muy importante en ese proceso de renovación real, que es una fortaleza de cara a los desafíos que tenemos por delante”, expresó el diputado.

El gobierno: los logros y el desafío del equilibrio en el FA

Para Carrera, es hora de que “se cumplan los objetivos programáticos”, algo que para el MPP conlleva estar, como Frente Amplio (FA), conversando “muchísimo con toda la sociedad”, saliendo a “explicar mucho” en 2026, entre otras cosas, las decisiones y las “velocidades” a las que avanza el gobierno.

Con una visión más anclada en el Parlamento, Caggiani valora que en el primer año se le ha dado al gobierno de Yamandú Orsi, a través del trabajo legislativo del oficialismo, “un espacio de gobernabilidad muy importante”. En vista de que el actual “es el primer gobierno luego de la recuperación democrática que no tiene mayoría propia en ambas cámaras”, el dirigente remarcó el papel de “diálogo” de algunos legisladores del FA para “construir mayorías”.

Las decisiones y resultados que para Carrera hay que “explicar mucho”, y que han surgido –según Caggiani– de la capacidad de “construir mayorías”, se dan en el marco de un oficialismo en el que, por la coyuntura electoral, hay una alta representación emepepista. La lógica señala que, tanto en el gobierno y el Parlamento como en la propia interna partidaria, la potencia del MPP podría tensionar el equilibrio.

Carrera, habitual partícipe de las instancias orgánicas del FA, comentó que como MPP son “cuidadosos de participar” en dichos ámbitos, buscando respetar el “consenso” como “ley máxima” de decisión.

“El hecho objetivo es que nosotros no tenemos casi ningún cargo dentro del FA, y no lo queremos tampoco; hemos tratado por todos los medios de que sean otros compañeros, de otros sectores”, señaló Bousses por su parte. Puntualizó que esto tiene que ver con neutralizar una “lectura que, aunque sea incorrecta”, va a aparecer, en referencia al peso del MPP en la fuerza política.

Por otra parte, el dirigente fundador dijo que el hecho de ser la mayoría dentro del FA obliga al MPP a “ser el primero en negociar”, sin tratar de “imponer el peso específico”. “Nos preocupa y ocupa mantener la unidad del FA, porque el que ganó las elecciones fue el FA, no el MPP”, resaltó Bousses.

Asimismo, Caggiani señaló que el que tiene una “representación mayor” es el que “mayor responsabilidad tiene”, incluso en lograr que “los sectores minoritarios también se vean representados”. Con todo, el senador reconoció que, dado que la representación en la estructura del FA no es la “misma representación de las elecciones nacionales”, eso también lleva a “una tensión natural”. “Ahí hay una necesaria discusión acerca de cómo se termina representando la realidad nacional en la construcción cotidiana de la fuerza política”, añadió.

El techo electoral y los desafíos de comunicación

“Hoy tenemos una estructura sólida. Tenemos nuestros regionales, tanto en Montevideo y en Canelones como en el interior, funcionando. Eso es lo principal: no perder esa conexión con la sociedad en su conjunto, que es lo que nos ha dado la fortaleza”, afirmó Carrera sobre la organización del sector de cara a los próximos años.

Más allá de eso, y con miras a mantener al movimiento en contacto con la gente, el dirigente remarcó también la importancia de “participar activamente en las redes”, pero sin dejar de lado la constante “militancia territorial”.

Carrera recordó una historia con Galindo, un referente local de Villa Ansina. Relató que cuando visitó esa parte de Tacuarembó de cara a las elecciones de 2019, buscando la confianza para la segunda vuelta, Galindo le manifestó que le daría la confianza al FA, pero le señaló la importancia de que “no pierdan el contacto con el interior”. El vecino apuntó que Tabaré Vázquez, Mujica y Luis Lacalle Pou –quien en definitiva ganaría esa elección– visitaron siete veces a Ansina durante la campaña, pero el entonces candidato del FA, Daniel Martínez, no había estado en el lugar. Para la campaña de 2024, la lista 609, y particularmente Carrera, visitaron siete veces Villa Ansina.

Bousses, por su parte, sostuvo que la gestión de una organización política significa trabajar “en crisis permanente”, ya sea porque “no crecés o porque creciste demasiado”, como es el caso actual del MPP. “Gestionar este crecimiento que tuvimos es muy difícil, porque teníamos una idea previa de lo que iba a ser, pero la superó”, apuntó. Según el dirigente, ese cambio de planes “generó un montón de movimiento” interno, que implicó una serie de definiciones para determinar la asunción de responsabilidades.

“Antes pensaba que teníamos un techo, pero tampoco sé cuál es”, comentó Bousses al ser consultado por lo que sigue para el MPP luego de la histórica votación del año pasado. Por lo pronto, el emepepista dijo que se debe seguir aportando a la “apertura” del movimiento, aunque también apostando paralelamente a que “otros sectores” del FA puedan crecer. “Porque si bien no tenemos techo, no le llegamos a toda la sociedad”, reconoció.

Entre otros aspectos que pesan en el alcance electoral, Bousses puntualizó en la importancia de ser conscientes de que “todos los días están cambiando las formas de comunicación”. Este “seguimiento”, según el dirigente, se le encomienda a un grupo de “gente joven” del MPP. “Hoy pintar un muro es pintarlo para hacer gimnasia política, pero no sirve para nada, un muro no comunica”, señaló, a modo de ejemplo.

Según Pereyra, sin “despreciar las nuevas realidades de comunicación, que son potentes”, debe tenerse en cuenta la importancia de acciones simples, como “caminar en un barrio o ir a un almacén”. “Lo importante de eso es vivir a la velocidad que vive la gente”, expresó. Agregó, en ese sentido, que hoy por hoy “el gobierno tiene una fuerte impronta” de ese tipo, con una presencia habitual en el interior.

“Necesitamos también organizaciones políticas que tengan no solamente gente que reparta listas, sino tener militantes que estén formados, que tengan una mirada fresca, una mirada moderna sobre la realidad que está viendo el mundo”, agregó Caggiani.

Garlo, en tanto, coincide en la necesidad de potenciar la “participación ciudadana” y menciona que en el propio nombre de la organización política se recuerda la importancia que se le debe dar a la “participación popular”. En ese sentido, citando su propio ejemplo, subrayó la importancia que se le da a la participación de los jóvenes, ya que, a su entender, debe conciliarse una renovación, que es etaria, pero también “de formas de concebir el accionar político”.

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