“Menos de 30% de los médicos están radicados en el interior del país, menos de 6% están radicados al norte del río Negro, y en la ruralidad la cifra baja muchísimo más”, planteó Patricia Nava, presidenta de la Federación Médica del Interior (Femi), en un encuentro que se hizo este jueves con los asesores de salud del Frente Amplio (FA), el Partido Colorado (PC), el Partido Nacional (PN) y el Partido Independiente (PI). Esa es una de las principales preocupaciones para el gremio de médicos del interior (que reúne a 3.000 profesionales) y el centro de esta nota.
En diálogo con la prensa, Nava explicó que es necesario estimular la formación de grado y de posgrado de Medicina, así como la educación médica continua en el interior del país. Comentó que “la formación de recursos humanos en el interior sería una de las soluciones” para fomentar la radicación en el interior, y adelantó que la Facultad de Medicina de la Universidad de la República formó dos comisiones para estudiar la viabilidad de dictar segundo y tercer año de Medicina en el centro Litoral Norte; actualmente el primer año puede cursarse en el ciclo inicial optativo que se dicta en Paysandú, mientras que en Salto se dictan cuarto, quinto y sexto año.
Planes hacia el interior
El FA propone crear un “plan estratégico de personal de salud”. Miguel Fernández Galeano, asesor de salud de Daniel Martínez, expresó que hay “un gran desbalance” en la dotación y distribución geográfica del personal de salud, y que para eso hay que trabajar en “la formación de los recursos humanos en todas sus etapas” y lograr “una racionalidad en las remuneraciones”. Aclaró que eso “no es de un día para el otro”.
Fernández señaló que respetando la autonomía universitaria, es necesario dialogar sobre la “formación del personal en cantidad y los perfiles adecuados a los objetivos de la salud”, y discutir el sistema de residencias médicas en el interior del país. En diálogo con la diaria, explicó que propone extender las residencias médicas, que ahora son de tres años y de cuatro en el caso de las especialidades quirúrgicas: “La idea es ir a residencias de seis años, que permitan contar en la etapa de formación con el recurso de residente como hoy ya hace el sistema, pero sobre todo mejorar los salarios, para tener posresidentes”. Anestesiología, traumatología y urología son algunas de las “áreas críticas” que el FA pretende abatir con la posresidencia. Por otra parte, el equipo de Martínez propone “elegir el número de profesionales en cada área de acuerdo a las necesidades sanitarias, no al revés, no en función de lo que el mercado me pide o de lo que la gente busca en función de dónde están los mejores salarios. Si quiero cambiar el modelo de atención, tengo que tratar de trabajar para que haya un número importante de residencias en medicina familiar y comunitaria”, planteó. El PN también propone crear más cargos de medicina familiar y comunitaria y más licenciados en enfermería: ahora hay 6.000 licenciados y 16.000 médicos, cuando lo deseable es que la proporción sea inversa.
Cargos, salarios y negociación
Para disminuir el multiempleo, mejorar la calidad de atención y radicar a profesionales en el interior del país, el FA creó en 2012 los cargos de alta dedicación (CAD), que cuentan con el apoyo del Sindicato Médico del Uruguay y de Femi pero no del Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ). El FA propone continuar en esa línea (actualmente hay 1.500 médicos contratados por esa modalidad, cerca de 10% del total) y extenderlos a enfermería.
Gustavo Mieres, del PI, defendió a los CAD “siempre y cuando se utilice el tiempo definido en el contenido del cargo para las tareas asistenciales”, aclaró. El PC también defiende los CAD –incluso para especialistas anestésico-quirúrgicos– y coincide en la necesidad de orientar la formación de recursos humanos hacia el primer nivel de atención. Consultado por la diaria acerca de los CAD, Hugo Odizzio, del PN, dijo que “en principio no estamos viendo que haya que suprimirlos” pero comentó que “ha habido poca adhesión; capaz que hay que analizar la forma en la que fueron diseñados”.
Los asesores del FA remarcaron que el camino de la negociación salarial es por medio de la negociación colectiva. El PC aclaró que fue el gobierno colorado el que creó ese mecanismo; el PN fue aludido directamente y Odizzio aclaró que pretenden mantener los Consejos de Salarios, pero reprobó el nivel de conflictividad que tuvo el Grupo 15 (salud privada) en los últimos años.
En cuanto a la distribución salarial, Fernández afirmó que hay que “analizar la distribución inequitativa de la masa salarial entre médicos y no médicos y al interior de estos colectivos, ni que hablar entre médicos especialistas y no especialistas”, e ir hacia el laudo único (sector público y privado). En diálogo con la diaria, Luis Alberto Ney Castillo, del PC, dijo que es necesario “reorientar y basar nuestro sistema de atención en la atención primaria”, y dialogar con todos los actores para llegar a implementar el laudo único. Odizzio informó que el lunes se reunió con el Sindicato Anestésico-Quirúrgico; consultado por este medio, dijo que el gremio transmitió su disconformidad con “la forma con la que el Sindicato Médico del Uruguay ejerce la representación”, que el deterioro de las relaciones entre ambos gremios “comenzó con los CAD en 2012”, y que “el próximo gobierno va a tener que reconstruir esos vínculos y empezar a construir escenarios de negociación fuera de las tensiones que hubo estos años”. En cuanto a las diferencias salariales entre especialistas y no especialistas, Odizzio señaló que “hay que reconocer una diferencia salarial cuando hay mayor demanda” de determinadas especialidades, pero que “hay que contribuir a que esa demanda sea atendida acordando con los institutos de formación los cupos de referencia; hoy eso está fuera de gobierno”, criticó.