“Uruguay es hoy uno de los mejores países de América Latina para nacer, y es un mejor lugar para nacer que hace unos años”, afirma Pablo Mazzini, director de Uruguay Crece Contigo (UCC), al tiempo que destaca la reducción de la pobreza que se registra desde 2004 (en aquel momento 60% de los niños menores de seis años vivía en situación de pobreza y en 2019 esa proporción se sitúa en 17%), el descenso de la mortalidad infantil y del embarazo adolescente. La Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (Endis) 2018, que se presentó la semana pasada, da información concreta de cómo se están criando los más chicos, de los avances que se han registrado en los últimos años, y de varias cosas que siguen pendientes.
La Endis comenzó a aplicarse en 2013, cuando encuestó a 3.077 niños y niñas que tenían menos de cuatro años; como es un estudio longitudinal, volvió a los hogares de esos niños en 2015 (cuando tenían entre dos y seis años) y en 2019 (ahora tienen entre cinco y diez años). A su vez, en 2018 sumó una nueva camada: los encuestadores fueron a los hogares de 2.567 niños que tenían menos de cinco años, y volverán a ir dentro de algunos años. ¿Hasta cuándo se rastreará su desarrollo? “Hay que definir en el próximo quinquenio la continuidad de esta línea de trabajo. Es mucho más caro no tener la información que tenerla”, aclaró Mazzini, y comentó que la Universidad de Pelotas, en Brasil, tiene cohortes de 30 años e intenta establecer vinculaciones entre la primera infancia y el desarrollo en la adultez.
Cuidado
22% de los niños de hasta tres años no vive con su padre; la proporción es similar a la de 2013 (24%). Preocupa la alta proporción de padres que no asumen su responsabilidad con los hijos: de quienes están separados, sólo 36% tiene un acuerdo legal o de palabra sobre la pensión o transferencia de dinero y lo cumple; 6% no lo cumple, y 58% no tiene ningún tipo de acuerdo. Giorgina Garibotto, directora de la División de Gestión y Conocimiento de UCC, explicó que en 2013 habían preguntado “tímidamente” si los padres estaban separados y habían detectado que 50% no recibía pensión alimenticia. “Esta vez empezamos a hilvanar un poco más fino en cuáles eran las condiciones legales de esta separación, de estos acuerdos, empezamos a separar la transferencia monetaria de los regímenes de visita y la relación del niño con sus referentes de crianza”, puntualizó Garibotto, quien agregó que 10% de los niños menores de cuatro años nunca tuvo contacto con su padre. “Que los padres no estemos y la forma en la que estamos tiene mucho que ver con la cultura”, puntualizó Mazzini, y agregó que es necesario buscar los mecanismos legales para que los padres transfieran dinero, porque al estrés por su ausencia se suma el estrés por la falta de ingresos en el hogar.
Uno de los datos más relevantes de la Endis 2018 muestra el incremento de la asistencia a centros educativos: aumentó de 56% a 71% la asistencia de niños de tres años, de 31% a 42% la asistencia de los de dos años, y de 11% a 14% la de los de un año. Garibotto remarcó que la escolarización de niños de tres años está próxima a niveles de universalización, y que esa es una diferencia importante con lo que ocurre en otros países de América Latina, donde se discute si llega a ser universal la asistencia de niños de cuatro y cinco años. Dentro de ese incremento, se destaca el aumento de la oferta pública: la asistencia de niños de tres años a escuelas y jardines públicos creció de 51% a 65% entre 2013 y 2018, y la de dos años (centros del plan CAIF e INAU) creció de 37% a 41%. La tasa de empleo de las madres creció de 60% a 63% en estos cinco años, y los referentes de UCC señalan la posible incidencia de la expansión del Sistema Nacional de Cuidados.
Nutrición y alimentación
“El exceso de peso prevalece como el principal problema nutricional y se ubica en 12%, en tanto el retraso de talla alcanza a 7%”, dice el informe. La lactancia materna exclusiva alcanza a 58% de los bebés menores de seis meses. 80% de los niños de seis a 23 meses había consumido el día anterior a la encuesta cuatro o más grupos de alimentos (con lo que alcanzaron la diversidad alimentaria mínima). La situación cambia a partir de los 24 meses: sólo 22% había consumido el día anterior a la encuesta al menos un alimento de cada uno de los grupos recomendados. Garibotto señaló que hay un consumo mucho más acentuado de carnes e hidratos de carbono (fideos, galletitas), y Mazzini mencionó como un problema que a partir de los 24 meses los niños pasan a consumir la “olla familiar”, y que es necesario trabajar más en esa etapa.
Tres de cada diez niños consumieron más aportes calóricos de los que deberían. El día anterior a la encuesta, más de la mitad de los niños (52%) había consumido refrescos, jugos artificiales o aguas saborizadas, es decir, las bebidas que no están recomendadas para consumo diario, y 43% había comido alfajores o galletitas rellenas, que tampoco están aconsejados para ingerir todos los días. Sí se notó un avance en el consumo de agua cuando tienen sed: en 2013, 20% de los niños consumía bebidas no recomendadas cuando tenía sed, y en 2018 esa proporción disminuyó a 13%.
Crianza, desarrollo y tiempo libre
“Los datos que se presentan hablan de problemas que transversalizan a todos los sectores sociales. Uno de los más preocupantes es la crianza con violencia que seguimos teniendo: si bien hay un descenso respecto de 2013 –pasó de 60% a 52%–, no se reducen las más severas, que se mantienen en 2,5%”, detalló Mazzini. Dijo que el gradiente de violencia “va desde la negligencia (no te doy pelota) a ‘te destrato’, ‘te desvalorizo’, ‘te grito’, ‘te zarandeo’, ‘te pego’, ‘te pego en la cara’; en algunos lugares se constatan lesiones de otro tipo, con objetos, y después está el abuso. Los uruguayos tenemos prácticas que debemos seguir revirtiendo”, reafirmó Mazzini.
El descenso de 8% del empleo de métodos violentos de disciplina no se reflejó en un incremento del uso de métodos educativos, que se mantuvo entre 2013 y 2018. “Es una de las áreas en las que hay que seguir indagando”, reconoció Garibotto. “Si no te pego pero tampoco te explico, y te doy un dispositivo electrónico para que te quedes tranquilo, no me molestás pero tampoco tenemos la oportunidad de explicar más, de poner límites, de intercambiar”, comentó. Mazzini dice que esta es una “batalla cultural” y que es necesario profundizar las campañas que hace UNICEF y continuar con la línea de trabajo de los equipos de acompañamiento familiar de UCC, que en siete años han trabajado con 8.120 embarazadas con riesgo sociosanitario y con 23.368 niños de hasta cuatro años.
Los entrevistados evaluaron positivamente que aumentó de 37% a 49% la cantidad de hogares con o diez o más libros infantiles, porque el hecho de leerle un libro repercute en el desarrollo cerebral del niño y en sus capacidades de comunicación, además de ser una “práctica cálida” alternativa a las pantallas y a la violencia.
Además de medir la talla y el peso, los encuestadores aplicaron un test de evaluación del desarrollo infantil. 13% de los niños tiene alguna dificultad en una de las áreas valoradas: comunicación, motricidad fina, motricidad gruesa, resolución de problemas y habilidad socioindividual. Garibotto comentó que las alteraciones del desarrollo están muy ligadas al nivel de ingreso de los hogares: “Es muy desigual todavía la probabilidad de un niño de tener alguna alteración de desarrollo en el quintil de ingresos más ricos, que en el de ingresos más bajos”, manifestó.
En cuanto a la situación sanitaria, 85% de los niños tomó suplemento de hierro en algún momento de su vida, y 90%, el suplemento de vitamina D. El control odontológico abarcó a 54% (en 2013 era de 38%); el control oftalmológico en niños de Montevideo abarcó a 60%, y en 2013 fue menor, de 48%.
Preocupa el tiempo dedicado a la actividad física y el uso de pantallas. La Endis 2018 mostró que sólo 20% de los niños mayores de un año hace más de 180 minutos diarios de actividad física. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños menores de dos años tengan “cero exposición” a pantallas, y se halló que 45% no la cumple; para niños de dos a cuatro años, se recomienda una hora por día como máxima exposición diaria, valor con el que cumplió 50% de los encuestados.
Endis
Las dos primeras rondas de la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud fueron financiadas por el Banco Mundial, pero en 2015 el Estado uruguayo asumió su financiamiento. Actualmente es coordinada por los ministerios de Desarrollo Social (UCC, Sistema Nacional de Cuidados), de Salud, de Cultura, el Centro de Educación Inicial y Primaria, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay y el Instituto Nacional de Estadística.
La información es considerada para la formulación de políticas y es un insumo para la academia; los microdatos se hacen públicos y por segundo año UCC y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación lanzaron el “Fondo sectorial para la primera infancia”, a fin de estimular la producción de conocimiento con un alcance nacional y regional.