El proyecto de ley que pretende mejorar el acceso al cannabis medicinal y terapéutico y hacer una regulación integral de este ingresó al Parlamento en mayo de este año. Ayer se reunió la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Representantes para comenzar a tratarlo y convocó a las delegaciones que habían solicitado reunirse con la comisión para que dieran a conocer su opinión e hicieran sugerencias sobre la redacción.
A la audiencia asistieron la Asociación de Usuarios de Cannabis Medicinal, la Asociación de pacientes con Fibromialgia y otras Enfermedades de Sensibilización Central en Uruguay (Assci Uruguay), la Fundación Batar –de madres de niños con síndrome de West y epilepsia refractaria– y la Unión de Productores de Aceites y Cremas de Cannabis del Uruguay (UPACC). Luis Gallo, diputado del Frente Amplio, dijo a la diaria que “todas dieron un apoyo importante a la ley” y que, en general, están “absolutamente de acuerdo” con su contenido, más allá de alguna observación formal o técnica. “Quieren que le demos para adelante rápidamente a la aprobación de esta ley, ya que hoy tanto los productores de aceites como las asociaciones de pacientes están preocupados porque no hay un marco legal”, contó.
Gallo señaló que la falta de regulación permite que coexistan trabajos con el aceite de cannabis serios y “deshonestidad”. El legislador explicó que más allá de que los partidos no se hayan expedido, en la comisión hay acuerdo para aprobar el proyecto de ley. También apuntó que seguirán invitando a otras delegaciones para poder seguir trabajando el tema; el martes se reunirán con una segunda tanda para profundizar las consultas.
Janet Carballo, de la UPACC, dijo a la diaria que están de acuerdo con la ley pero que quieren que los nombren como productores, ya que no existe en la redacción la figura de asociación de productores y sí la de asociación de pacientes. Adelantó que más allá de eso, esta ley es “muy prometedora” ya que facilitaría su trabajo y la comercialización de este: hoy en día trabajan mediante trueques con una red de usuarios que necesitan el producto, y la regulación permitiría “salir de la zona gris”. El objetivo de la unión, que hoy cuenta con 25 miembros, es que sus productos lleguen a venderse con receta en cualquier farmacia y que no existan limitaciones en la cantidad de THC que contienen los aceites y cremas. Los diputados tomaron nota sobre estas observaciones e invitaron a la UPACC a asistir de nuevo a la comisión.
Por su parte, Silvina Solari, de la Fundación Batar, explicó que contaron las experiencias personales que han tenido con sus hijos, que son usuarios de cannabis medicinal. Apoyan la ley y esperan que se logre aprobar pronto. La integrante de la fundación dijo que los legisladores tuvieron una buena recepción y que se encontraban “bastantes optimistas en que esta es una ley que tiene que salir”. Planifican ir a cada bancada para “insistir” en que todos la voten y lograr que se apruebe este año, a pesar de la campaña electoral.
Una de las personas que asistió a la comisión por parte de la Assci Uruguay fue Claudia Souto, quien contó a la diaria que, como usuarios del cannabis medicinal, tienen un modelo de autogestión para acceder a sus tratamientos. Este modelo abarca la plantación, la elaboración y la distribución, y cuentan con un experto que fue quien les cedió el terreno y les enseñó la forma de producción. Esto les permite acceder a un aceite “seguro y accesible” que estudian para asegurarse de que sea efectivo y que no sea contraproducente para la salud. Detalló que el proyecto de ley plantea una modalidad de acceso igual a la que usa Assci para sus productos terapéuticos, y contó que fueron a la comisión con la intención de reafirmar que este tipo de proceso de producción funciona.
Además, opinó que la regulación actual no se ajusta a la realidad y que a pesar de que nadie los “lleva presos” están en una informalidad que “raya la ilegalidad”. Para ella es “un secreto a voces”: “Nadie compra el aceite de la farmacia porque sale 10.000 pesos un frasco y porque no tiene las proporciones y las ratios que precisa una persona en particular de acuerdo a su patología. Nosotras somos una viva prueba de que el camino de la asociación de pacientes funciona”.
Julia Galzerano, doctora y presidenta de la Sociedad Uruguaya de Endocannabinología (Suen), explicó que hasta el momento hay dos maneras de acceder al cannabis regulado: por importación desde Estados Unidos, mediante un trámite de autorización del Ministerio de Salud Pública, previa indicación del médico, y a nivel nacional, por un laboratorio uruguayo que tiene dos productos con distintas concentraciones de cannabidiol, también con receta médica pero en la farmacia. Estas farmacias no son necesariamente las mismas que venden cannabis recreativo, de hecho son muchas más, aclaró. 1 La doctora evaluó positivamente este proyecto de ley, ya que permitirá abrir el mercado y esto ampliará la accesibilidad. Afirmó que desde el Suen reclaman que estos productos se integren al Formulario Terapéutico Nacional, de esa forma todos los prestadores de salud deberían poder.