En un nuevo Día Mundial de la Lucha contra el Sida, se realizaron jornadas de testeo y concientización en el Hospital de Clínicas de la Universidad de la República (Udelar), en el Instituto Nacional de la Juventud (INJU) y en departamentos del país, en donde se extenderán hasta este miércoles, según dijo Renée Diverio, integrante del área programática ITS-VIH/sida del Ministerio de Salud Públicas (MSP) en rueda de prensa.
El MSP presentó el informe sobre la situación epidemiológica del VIH/SIDA en Uruguay, que resultó ser el mismo que había presentado en julio. Según el documento, en 2020 (último año cerrado) hubo 876 casos nuevos de VIH. El número de nuevos diagnósticos cayó con respecto del resto del quinquenio: según el informe, entre 2016 y 2020 se registró un promedio de 902 nuevos casos de VIH por año. El descenso “podría estar relacionado con la reducción en el número de testeos realizado como consecuencia de la pandemia covid-19”, dice el texto. Según Diverio, en 2020 los testeos se redujeron un 50%”. Para revertir esa situación, es que se organizaron estas jornadas de testeos, remarcó. “Lo que queremos transmitir en la jornada de hoy, además de las cifras, es la importancia de la prevención y el diagnóstico”, subrayó.
En 2020 hubo 152 fallecidos por sida, y es señalada en el informe como la tasa de mortalidad vinculada a VIH/sida “más baja de los últimos cinco años”, aunque no por tanto, si se considera que en 2019 fueron 154 los fallecidos. El promedio de edad de quienes murieron por esta causa se situó en 48 años, y 74% se atendía en el sector público de salud. El informe menciona que de los 152 fallecidos, 25 habían tenido el diagnóstico de la enfermedad ese mismo año, cuando ya atravesaban la etapa sida.
El VIH sigue siendo una enfermedad que afecta más a los varones, que se llevan 70% de los diagnósticos anuales. El promedio de edad de los nuevos casos en 2020 se situó en 38 años. Según Diverio, “lo que explica ese promedio de edad es que las personas están en un momento genital activo, por lo que incide en el porcentaje, ya que casi el total de los casos de VIH en Uruguay son por transmisión sexual”. De todos modos, 30,9% de los diagnósticos de 2020 fueron de personas que tienen entre 45 y 64 años, 23,3% del grupo etario de 15 a 24 años y 7% de mayores de 65 años.
De 430 de los 876 nuevos casos, no se disponía información de la vía de transmisión; en los casos en los que se contaba con ese dato, la amplia mayoría (444 casos) habían sido por transmisión sexual, se registró un caso de transmisión vertical (madre-hijo) y uno de transmisión sanguínea.
El informe menciona que, de acuerdo con las proyecciones que se hicieron en febrero de 2021 con el software Spectrum y que se reportaron a ONUSIDA, se estima que la prevalencia de VIH en población general es de 0,4% y alcanza a 5% en poblaciones específicas, que tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Testear e informar
Desde las 9.00 y hasta las 15.00 en el INJU y desde las 10.00 a las 18.00 en el Hospital de Clínicas, se hicieron test rápidos gratuitos, se entregaron folletos, lubricantes y preservativos masculinos y femeninos. Poco después del mediodía, en el INJU se iban haciendo 60 test “principalmente a personas jóvenes”, contó a la diaria la infectóloga Macarena Vidal, una de las tres responsables de hacer los testeos en ese lugar. “Algunos vienen informados, otros no tienen ni idea y nos preguntan; la mayoría se está haciendo el test por primera vez”, agregó.
Sobre el test, dijo que “se extrae una pequeña muestra de sangre, el resultado demora 15 minutos, con dos rayas indica que es positivo y con una negativo, y posee 99% de sensibilidad”, según Vidal.
“Me enteré de la actividad por la radio, me llevo preservativos femeninos que no sé cómo se usan pero voy a averiguar; también folletos, y estoy esperando para hacerme el test”, contó a la diaria una mujer de 42 años, mientras esperaba para ingresar. “Me hago el test para sentirme más segura”, confió, y dijo que su pareja, de 60 años, no quiere hacerse este análisis y a ella le preocupa, porque “si contrae alguna enfermedad sexual nos afecta a los dos”, lamentó.
La mayoría de quienes esperaban para ingresar al INJU tenía entre 20 y 30 años y se hacían el test por primera vez. “Vine porque me enteré por las redes sociales, es mi primera vez y me interesaba hacerlo”, contó a la diaria Clara, de 27 años, mientras esperaba el resultado de su test.
En el Hospital de Clínicas se ubicaron cuatro carpas para testear, informar y entregar preservativos. En la mañana habían hecho 200 test y el personal de la salud que asistió a la jornada esperaba hacer alrededor de 300 en la tarde.
“Prevenir y no juzgar”
“El VIH o virus de la inmunodeficiencia humana es un virus que se transmite principalmente a través de las relaciones sexuales y también, aunque es muy poco frecuente, a través del embarazo, por el canal de parto, por lactancia u otras formas que en nuestro país son prácticamente nulas”, explicó a la diaria Elisa Cabeza, docente de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Udelar. Distinguió el VIH del sida: “En realidad sida se llama cuando una persona con VIH está muy inmunodeprimida, entonces el virus entra en las células de las defensas y eso provoca que comience a contraer enfermedades que no suelen atacarnos”, detalló.
Sobre las cifras de VIH en Uruguay y la cantidad de casos nuevos por año, dijo que “en Uruguay tenemos subdiagnóstico, es decir, no todas las personas que portan el virus están diagnosticadas, entonces el objetivo es poder llegar a detectar más”, subrayó. Sobre las cifras que se deberían alcanzar, citó las metas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030, que buscan que para ese año “95% de la población que tiene VIH esté diagnosticada, de la diagnosticada el 95% en tratamiento antirretroviral y 95% de los pacientes en tratamiento se vuelvan indetectables”. Sin embargo, Cabeza señaló que “estamos lejos” del desafío 95-95-95 de la OMS.
Según el informe del MSP, en 2020, 8.711 personas (71% de las diagnosticadas) hacían uso de antirretrovirales, y entre quienes estaban en tratamiento, 50% tenía carga viral indetectable.
Sobre los motivos por los cuales los números de casos no bajan y por qué hay un subdiagnóstico, dijo que el principal es que “no existe en la población el hábito de pedir el test de VIH en los chequeos anuales o habituales” y advirtió que “dentro de la comunidad médica no se ha logrado integrar o sugerir a las personas” que se hagan este estudio.
Pero, sobre el tratamiento en niños, Cabeza comentó que “los medicamentos son difíciles de administrar, por lo cual eso complica poder darle continuidad a la terapia todos los días”, lamentó.
Sobre la estigmatización de la enfermedad, la especialista dijo que “lamentablemente continúa”, y que ante eso debemos “prevenir y no juzgar”. “La desinformación es parte del estigma, hay personas que creen que por tomar mate o compartir un vaso con alguien que tiene VIH se va a contagiar y no es así, eso es una falsedad”, explicó Cabeza. Además, consideró que esto también se debe “al prejuicio que tienen las enfermedades sexuales en la sociedad, y el VIH es mayoritariamente un virus por transmisión sexual”, resumió.
Por último, subrayó que lo importante es que se testee, de acuerdo al riesgo que cada uno considera que tiene, que se diagnostique, y por último se cumpla con la terapia, porque una vez que se inicia “seguro que a los dos o tres meses ya es indetectable y se hace vida casi que normal”, según la especialista. Como prevención, mencionó que ahora, además del preservativo, existe la posibilidad de hacer profilaxis preexposición (conocida como PrEP), que “son medicamentos para prevenir el VIH, se toman uno o tres comprimidos al día, que llevan a cero el riesgo de adquisición del virus”, concluyó.