Luego de una reciente recorrida de una delegación del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) por el Hospital Vilardebó, José Minarrieta, secretario médico del gremio, expresó a la diaria que se retiraron “bastante impresionados”. Agregó que durante la visita varios psiquiatras que integran el núcleo de base del sindicato en el Vilardebó manifestaron una serie de dificultades que “se relacionan fundamentalmente con la dotación [de cargos] en el centro”. Según Minarrieta, la permanencia acotada y la renuncia de los psiquiatras en el Vilardebó se debe a las condiciones de trabajo a las que los especialistas se exponen, algo que fue la causa de que se presentaran “diversas denuncias”, y que además quienes permanecen “no dan abasto”.
El dirigente relató que una de las tantas situaciones de carencia de personal se dio la noche del martes, cuando las dos médicas a quienes correspondía hacer la guardia nocturna se encontraban con certificación médica, por lo que se las “cubrió con un adjunto de ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado]” al que hubo que llamar. “Esto ocurre por la [insuficiencia] de cargos presupuestales, licencias y la poca ocupación de cargos en general”, acentuó. En otras oportunidades, “aunque debería haber dos psiquiatras de guardia, la cubre uno solo”, comentó.
Además, aún quedan rezagos de la pandemia por covid-19 que incrementan las dificultades en el centro. Según Minarrieta, las internaciones se han prolongado, las visitas a los pacientes se retomaron pero no han vuelto a la normalidad y, además, el contexto edilicio también es complejo y “empeora la situación”, señaló.
Otra de las tareas que inciden en la sobrecarga de los especialistas es que en muchos casos deben controlar pacientes que son derivados a centros privados, fuera del Vilardebó, porque no hay disponibilidad de camas, y “son internaciones que paga el Estado”, según dijo Minarrieta. Todo configura un panorama que genera “una asistencia de muy mala calidad para los pacientes de ASSE”, y los psiquiatras renuncian porque “no soportan las condiciones de trabajo y las condiciones en las que están los pacientes”, reafirmó.
Según Minarrieta, una de las soluciones que se previeron y ejecutaron en el lugar son los cargos de alta dedicación en psiquiatría, pero no son suficientes porque los psiquiatras renuncian. Por el momento “no encontramos una solución de fondo”, concluyó.
Integrantes del núcleo de base del SMU que se desempeñan en el Vilardebó ratificaron los dichos de Minarrieta y expresaron a la diaria que la situación del hospital es precaria “desde hace mucho tiempo”. Además, manifestaron que aunque la Ley de Salud Mental plantea el cierre del centro antes de 2025, y cambios en el paradigma de atención, eso aún no ha sucedido.
Además, los funcionarios aclaran que el panorama empeoró durante la pandemia. “Ahora sólo importa la covid-19 y dar respuesta a la demanda externa que también tiene que ver con el cierre de otros centros”, expresó una de las integrantes del núcleo. Comentó que las derivaciones del Poder Judicial también saturan la atención porque se trata de personas que están a la espera de audiencias y diversos procesos, que “al final conviven con pacientes medicados que no tienen la misma condición”. También remarcó que es el único centro psiquiátrico que cuenta con guardias las 24 horas.
Por otra parte, explicaron que “los colegas no buscan conseguir cargos en el centro porque ya saben cuáles son las condiciones a las que se expondrán”, porque allí ya no hay forma de dar “una atención que no sea precaria”. Lamentablemente, la prioridad es “recibir a los pacientes y después ver cómo se les da atención”. En este momento en el Vilardebó hay alrededor de 300 camas ocupadas, a las que se suman 40 camas en el sanatorio privado Fuentes del Prado, ex Etchepare.
la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con las autoridades del hospital.