“Son de los hechos que deben ser erradicados de manera definitiva del panorama laboral del país”, dijo a la diaria el titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Pablo Mieres, sobre el caso del trabajador de 20 años del departamento de Artigas, que estaba empleado en la zafra de caña de azúcar en el establecimiento propiedad de Boris Misena, y que fue agredido a rebencazos por un capataz a principios de esta semana.
Mieres dijo que el MTSS actuará “acorde a las reglas pero con toda la energía”, y aseguró que sobre el mediodía de este jueves un equipo de inspectores partió con rumbo a la ciudad de Bella Unión a constatar las condiciones laborales del lugar. “Estábamos esperando que llegara la denuncia [al Ministerio], que es lo que permite la actuación, pero también hay un hecho incontrastable, que es la denuncia penal presentada; además, la empresa tiene responsabilidad porque tenía una persona encargada que actuó de una manera indignante”, aseguró.
El ministro dijo que una vez constatado lo ocurrido se dispondrán “las sanciones que correspondan a la empresa por los hechos ocurridos dentro de ella”. “Otra cosa es toda la parte penal, que ya está ocurriendo. En eso nosotros no nos podemos meter, pero son situaciones de violaciones de todas las reglas de juego, no sólo laborales sino de preservación de los derechos humanos”, aseguró Mieres.
De todas formas, dijo que este caso es “excepcional”. “No se puede generalizar, por lo que yo conozco, y he recorrido bastante el país en estos años: no es así la realidad en la inmensa mayoría. Esa es mi opinión”, afirmó.
Por su parte, Antonio Rammauro, abogado laboral y asesor sindical, dijo a la diaria que la pregunta que debemos hacernos es cuándo va a ser la última vez que sucedan estos episodios. “La violencia en el trabajo asalariado existe. La propia plusvalía es una forma de violencia. Pero hay otras formas de violencia que demandan más atención y generan mayor indignación pública, como, por ejemplo, el acoso laboral y el acoso sexual”, sostuvo.
Rammauro aseguró que las condiciones de trabajo en las plantaciones de caña de azúcar “son violentas” y “cada tanto nos enteramos de episodios de violencia física como este”. “Es una forma de violencia que deja marcas en la espalda, pero todas las formas de violencia dejan marcas”, reflexionó. El profesional se preguntó cuántas veces no nos enteramos de que esto pasa y comentó que “existe una verdad oculta, invisibilizada, más aún tratándose de los asalariados rurales”. “La violencia en el trabajo es violencia basada en el poder, violencia de clase, desprecio por la humanidad, vulneración de los derechos humanos, y buena cuota de cobardía”, expresó.
“Los trabajadores debemos enfrentar la violencia con más organización, con más formación en derechos, con mayor capacidad de denuncia y movilización. Paramos por un despido, entonces, ¿no hay que parar cuando un capataz la emprende rebenque en mano contra un trabajador? Hay sindicatos más fuertes que otros, de esos ‘hermanos mayores’ espero la solidaridad con estos otros que cuentan con menos”, dijo, y afirmó que si hay un agresor en un lugar de trabajo “hay que señalarlo y solidarizarse con el agredido”. Para Rammauro, los lugares en los que suceden estas agresiones deberían estar exentos de exoneraciones fiscales, y privados de créditos u otros beneficios y franquicias por parte del Estado.
Este jueves la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) expresó su “más contundente repudio” a las “prácticas esclavistas que se reproducen repetidamente en ámbitos de trabajo rural” y condenó “formas tan primitivas de relacionamiento laboral que actúan en contra de los principios más elementales de una sociedad de derecho”.
En el comunicado el sindicato reclama control de “las condiciones de salud, seguridad laboral y ambiental por parte del Estado de los lugares de trabajo que incumplen sistemáticamente con la reglamentación establecida exponiendo la integridad, la salud y la vida de los trabajadores rurales”. Para la UNATRA, “la sociedad uruguaya no debería tolerar prácticas empresariales carentes por completo de compromiso social [y] que violan repetidamente derechos laborales actuando en contra de los principios más elementales de una sociedad de derecho”.
El PIT-CNT también emitió un comunicado en repudio a lo sucedido. En el documento el presidente de la central sindical, Fernando Pereira, y el secretario general, Marcelo Abdala, exigen “toda la firmeza por parte de la Inspección General de Trabajo, el Poder Judicial y la Comisión de Asuntos Laborales del Poder Legislativo, que deberán analizar el hecho particular y las condiciones laborales que se generan en la plantación, incluyendo las condiciones de alojamiento”. “Reafirmamos la solidaridad de todo el movimiento sindical con el trabajador, su familia y sus compañeros, y reafirmamos nuestro compromiso en la lucha por la erradicación de estas prácticas en el mundo del trabajo”, concluye el comunicado del PIT-CNT.
El grupo por Verdad y Justicia de Bella Unión también repudió la agresión. Además, Interiores en Red por Verdad, Memoria y Justicia difundió un mensaje de apoyo al trabajador, pidió solidaridad y que se siga “cultivando la memoria para defender los derechos humanos, aquí y ahora”.
En tanto, en la tarde de este jueves declararon en la Fiscalía de Bella Unión los testigos de la agresión, dijo a la diaria Sergio Pintado, secretario general de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas. “Están hechas todas las denuncias. Hay que seguir adelante con esto, no lo podemos dejar pasar”, comentó.