En setiembre los trabajadores del Sindicato de la Industria del Medicamento y Afines (SIMA) de Fármaco Uruguayo iniciaron una serie de movilizaciones que incluyeron la ocupación de la planta de expedición del laboratorio, ubicada en la zona de la Aguada.
El conflicto se desató después de un cambio en la gerencia que implicó una reestructura de la empresa, despidos y una quita de beneficios.
Casi tres meses después, las negociaciones entre la empresa y los trabajadores están trancadas. Desde SIMA informaron a la diaria que hubo una mesa de negociación en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) con el director nacional de Trabajo, Federico Davedere, que presentó una propuesta que la empresa desestimó, por lo que volvieron a foja cero.
Ahora los integrantes del sindicato están retomando las medidas y este lunes realizaron un paro de 10.00 a 17.00 con concentración en la esquina de una de las plantas del laboratorio, en las calles avenida Centenario y Camino Corrales. El jueves harán una asamblea en la que decidirán los pasos a seguir.
El sindicato denuncia que la empresa no respeta las categorías y obliga a cumplir tareas por encima de lo que corresponde. Agrega que tampoco se respetaron los contratos de los visitadores médicos, a los que se les descontó la partida por combustible durante la pandemia. La empresa alegó que no se hicieron visitas, pero desde SIMA señalaron que no dejaron de trabajar.
En cuanto a las licencias, los trabajadores piden poder elegir uno de los dos períodos de licencia de diez días, cuando en la actualidad es la empresa la que los fija en función de la cantidad de trabajo. Desde noviembre solicitan negociarlo, pero el laboratorio volvió a decretarlas.
Si bien Fármaco Uruguayo quitó el presentismo por la covid-19, ese fue uno de los acuerdos laudados en el MTSS. El beneficio que habían acordado consistía en que no se quitaba la partida de presentismo si el trabajador faltaba por la necesidad de hacer cuarentena a causa de un contacto estrecho con un compañero enfermo.