Por medio de un comunicado, la Asociación de Empleados de Estadística y Censos (Aseec) informó que el Instituto Nacional de Estadística (INE) no pagó contratos ni liquidaciones a varios trabajadores del Censo 2023 correspondientes a junio. Como respuesta, el sindicato paró el pasado lunes, dijo a la diaria Marcos de Campo, integrante de la comisión directiva de la Aseec.
De acuerdo a De Campo, entre 20 y 30 trabajadores comunicaron al sindicato la falta de pago. Todos son censistas que están trabajando en los operativos de relevamiento y que a fines de junio fueron convocados por el INE para cambiar su contrato a “censista de operativos grupales”. Según el sindicalista, algunos trabajadores ya cobraron lo adeudado, pero “hay un montón que no cobró todavía”. “En definitiva, no se solucionó el problema”, afirmó.
Ante las consultas de los censistas sobre la fecha de pago, De Campo contó que el INE respondió que los sueldos estaban en proceso de liquidación y que “no había fecha de pago”. El sindicato también hizo una consulta a la dirección por el tema, pero todavía no recibieron respuesta.
Otra de las preocupaciones que añadió fue que durante la firma de contratos, que se realizó durante una capacitación, “no había nadie que pudiera evacuarles las dudas que tuvieran sobre el contrato antes de firmarlo”. Eso generó mucho “malestar y preocupación por el desconocimiento en las implicancias de los contratos”, dijo. Indicó que en el INE no están “acostumbrados” a ese tipo de procedimientos porque “por lo general cuando firmamos un contrato viene una persona de Recursos Humanos”.
Además, indicó que “hay muchos censistas sin carga de trabajo asignada, que quedan a la espera y reclaman la carga, pero muchas veces ni siquiera les contestan”. Sin embargo, desde el INE les envían mensajes diciendo que “los que no cumplan con la productividad mínima van a ser desvinculados, el contrato en eso es bastante jodido porque plantea una desvinculación unilateral sin demasiadas explicaciones ni razón”, agregó.
Contó que a causa de los bajos salarios y las condiciones de trabajo, muchos censistas han renunciado, lo que llevó a que el INE tenga que abrir nuevos llamados. Entre los principales problemas a los que se enfrentan los trabajadores, destacó que ante posibles dudas que surjan en el trabajo, la única forma que tienen de comunicarse es a través de un operador de relevamiento que trabaja en un call center, “que lo único que hacen es gestionar la consulta y derivarla a donde corresponda” y “luego devuelven la respuesta”.
No obstante, ese proceso carece de la “agilidad” necesaria para el trabajo de campo de los censistas, que necesitan una respuesta más inmediata. “Necesitarían un apoyo más cotidiano. Como trabajamos en el INE actualmente [los funcionarios], tenemos un supervisor en el campo que está trabajando en contacto cotidiano con el encuestador para evacuarle cualquier duda o que surja algún problema. El supervisor es una persona que está capacitada y que además supervisa el trabajo del encuestador”, explicó.
Asimismo, en el comunicado señalaron el “oportunismo” del INE de utilizar a los contratados para el Censo para desarrollar tareas permanentes de la institución, “en vez de cubrir las vacantes”. “Con los proyectos especiales y con el Censo tenemos la preocupación de que se comience a tercerizar el trabajo que realiza el INE”, comentó De Campo.
En cuanto a las vacantes, señaló que “en este período no ha habido llamados para incorporar personal y estamos con una merma importante por jubilaciones y renuncias”. Por eso, apuntó que “en el Censo se están utilizando personas para tapar los baches con esa gente, que es provisorio”. Según él, además de “no resolver mucha cosa”, se afecta el derecho del ciudadano al empleo público, porque están ocupando lugares de trabajo permanente con personal zafral”.
No es la primera vez durante el Censo 2023 que el INE recibe reclamos por falta de pago a los censistas. En marzo, un grupo de precensitas, encargados de recoger una serie de datos específicos para el Censo, denunciaron irregularidades en su contratación por parte del INE y que no se cumplió con el pago que se estipulaba en el llamado. En ese episodio, los precensistas también afirmaron que en el momento de las firmas de los contratos no había nadie del INE para evacuar dudas y que no se les asignó la cantidad de trabajo que les indicaron en la previa, lo que repercutió en el pago final.