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Martina Peñagaricano, de Mostro Cine Coop, filmando Sesiones Mosaico.

Foto: Facundo Bentura

Mostro: una cooperativa audiovisual que busca dedicarse a la cinematografía y ser “fuente de trabajo principal” de sus integrantes

4 minutos de lectura
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De Ladrillo a Mostro, un equipo de siete personas elige lo cooperativo como forma de funcionar por “comodidad” y por “decisión política sobre cómo entendemos el trabajo y las necesidades humanas”, según uno de sus miembros.

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Era fines de 2018 cuando un grupo de diez amigos egresó del bachillerato audiovisual de la Universidad del Trabajo (UTU) y querían trabajar juntos de lo que habían estudiado. Facundo Bentura era uno de los integrantes del grupo, y en diálogo con la diaria, contó que en ese contexto surgió la cooperativa audiovisual Ladrillo.

“Era porque todo lo que hacíamos en la UTU tenía que ser filmado adentro, y la UTU estaba hecha de ladrillos; en cada video, de fondo había ladrillos, entonces la identidad que se nos ocurrió fue esa”, explicó Bentura. Sin embargo, la intención de nombrar así a la cooperativa no era enfatizar la estructura que puede tener un ladrillo, sino todo lo contrario: la idea era “romper, escapar de eso, hacer una cosa más creativa”, dijo. Así fue que el logo de la cooperativa era una L que simula un ladrillo, pero está quebrado en ambos lados. 

Que el proyecto audiovisual sea una cooperativa también fue una elección: Bentura contó que en ese entonces, conocían a la cooperativa audiovisual Intergaláctica a través de algunos compañeros de la UTU que formaban parte, y les explicaron cómo funcionaban. “Y en el momento sentimos que se afiliaba bastante bien a cómo nos entendíamos nosotros: al ser un grupo de amigos, pensamos que la mejor forma era que [el grupo audiovisual] sea colectivo y horizontal, que es propio de la amistad”, manifestó.

Así fue que, no tanto tiempo más tarde, Ladrillo se conformó como cooperativa audiovisual y comenzó a funcionar: en 2019 tuvieron su primer trabajo a través de la realización de un videoclip de una banda de pop latino. “Quedamos muy contentos y nos impulsó a seguir”, recordó Bentura.

Luego, la cooperativa ganó un fondo económico del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, que tenía como fin “incentivar a estudiantes económicamente en compras de equipos”, dijo. A partir de ese fondo, lograron obtener su primer lente y un foco, que les dio la base para comenzar a reunirse, primero mensualmente, y luego, semanalmente. “Y empezamos a tomarlo más en serio”, esbozó Bentura.

Ya a la mañana siguiente, iniciaron la coproducción de un corto de terror que finalizó en 2021. Es que según Bentura, “además de hacer servicios audiovisuales con artistas y emprendimientos, tenemos un enfoque cinematográfico”; “la cooperativa como un espacio de creación artística dentro de lo cinematográfico”, dijo.

En 2019, además, arrancó el “cumpleaños” de la cooperativa. El integrante contó que, desde entonces, cada fin de año, a modo de celebración del aniversario de su conformación, realizan el festival “Cortos en la torta”. “Es un evento multidisciplinario, cultural, donde además de hacer proyecciones de cortometrajes con entrada gratuita, hay ferias y música”, narró.

Por otra parte, contó que también tuvieron un cineclub, que ahora está en pausa, y puntualizó que entre 2021 y 2023 integraron la incubadora de proyectos cooperativos, Incubacoop, vivenciada como “un proceso de gran ayuda y crecimiento para la cooperativa”. Bentura señaló también como un hito que, en 2023, ganaron el fondo de Proyectos de inversión cooperativos del Ministerio de Industria, Energía y Minería, “destinado a compra de equipos de última generación”.

La renovación

Dentro de los proyectos actuales y próximos, está La mala palabra, un cortometraje de ficción que al momento está siendo preproducido y “en búsqueda de financiamiento”. Bentura explicó que se trata de una adaptación de un fragmento de Los Cantos de Maldoror, del escritor franco-uruguayo Isidore Ducasse.

A su vez, desde 2020 vienen participando en la cobertura audiovisual de las ediciones del Festival Internacional de Circo, que este año tendrá lugar en setiembre y se hace cada dos años. Por último, Bentura señaló que están coproduciendo un largometraje de un “colectivo amigo”, que aún no es cooperativa pero quieren que lo sea.

Sin embargo, esta nueva etapa ya no es bajo el nombre Ladrillo. “Estamos retomando la parte de la cooperativa que se dedica a la producción de proyectos cinematográficos, trabajando nuestros proyectos propios y abriendo el dispositivo de producción para terceros; nos interesa producir ideas externas como casa productora”, dijo.

Según manifestó, pretenden dedicarse al cine: “Esa es nuestra meta final, pero, por lo pronto, además tenemos esta pata de servicio”. Para poder mostrar su meta decidieron hacer un “cambio de identidad”: “Ladrillo no nos representaba tanto, no nos permitía darnos la libertad a tener una identidad que tenga que ver con el cine y nos guste”, afirmó el integrante de la cooperativa.

La búsqueda de un nuevo nombre no fue fácil, dijo, aunque tenían “un montón de palabras e imágenes que se nos ocurría que podían referir a lo cinematográfico”. En este marco surgió Mostro: “De esta palabra informal, coloquial, de decir ‘Mostro’, y el lado fantástico y creativo”, desarrolló. Al mismo tiempo, evidenció que la intención de ese nombre “es para que acompañe a lo nacional, lo que entendemos como identidad uruguaya, y a la vez esta cosa más informal que creemos que tiene la cooperativa, como más amigable”.

El cambio, dijo, les permitió estar “más inspirados”. La modificación, sin embargo, no alteró la forma de trabajo: la cooperativa continúa siendo cooperativa “porque es la forma alternativa de trabajo que podemos elegir y la que queremos: es la forma más natural de organización, no desde una jerarquía en la que uno de nosotros es director creativo o lo que sea, sino más bien una organización horizontal”; “nos queda mucho más cómodo y también es una decisión política sobre cómo entendemos el trabajo y las necesidades humanas”, resumió.

Mostro está integrada por siete personas. Se fueron algunas y entraron otras, pero de acuerdo a Bentura, quieren “integrar nuevos socios”. Es que el crecimiento ha ido teniendo lugar a medida que pasa el tiempo. “Estamos creciendo y estamos queriendo crecer más para poder convertir la cooperativa en una fuente de trabajo principal, ya que varios de nosotros tenemos trabajos aparte, en los que a veces ni siquiera tienen que ver con el audiovisual por una cuestión de supervivencia. Pero queremos crecer hasta poder dedicarnos a la cooperativa”, finalizó.

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