La consultora ManpowerGroup, en colaboración con Opción Consultores, elaboró un estudio acerca de la felicidad de los trabajadores uruguayos en la actualidad, en el que se diseñó una encuesta online y telefónica para población ocupada actualmente y mayor de 18 años residentes en Uruguay.
La encuesta constaba de 30 preguntas que buscaban abordar diversos aspectos de la felicidad dentro del ámbito laboral, divididos en cuatro capítulos: la felicidad en general, expectativas laborales, satisfacción laboral y felicidad en el trabajo.
El estudio obtuvo una muestra de 619 casos en todo el país; 40% pertenecen a Montevideo y 60% al interior. Del total de casos, 54% son hombres y 46% mujeres; 32% son personas de entre 18 y 34 años de edad, 58% tiene entre 35 y 59 años, y 10% 60 años o más. Respecto al nivel educativo, 72% de los encuestados son de nivel bajo/medio y 28% es de nivel alto.
“A partir de los resultados, se revela un panorama positivo en cuanto a la satisfacción vital y laboral de la población, aunque también se identifican áreas de mejora para el bienestar de los colaboradores/as”, indica el informe publicado recientemente por ManpowerGroup.
Como datos principales, el estudio arroja que 71% de los trabajadores uruguayos se consideran felices o bastante felices en la actualidad, pero al evaluar su vida en general, este número disminuye a 63% de personas satisfechas o muy satisfechas con su vida.
Siete de cada diez trabajadores consideran que su trabajo contribuye positivamente a su bienestar emocional y mental, y el ambiente laboral es visto como el principal factor que genera felicidad en el ámbito profesional, seguido de la productividad y la flexibilidad. 73% de los encuestados se siente muy bien (30%) o bien (43%) con su equilibrio laboral y personal, y 95% piensa que el trabajo ocupa un lugar “muy importante” en su vida.
A su vez, casi ocho de cada diez trabajadores creen importante o muy importante que se hable de felicidad en el mercado laboral, y los principales factores que valoran los trabajadores son el ambiente de trabajo (21%), la vocación (14%) y el trato con las personas (11%), entre otros.
Además, algunos de los datos principales dentro de los desafíos y áreas de mejora que presenta el estudio son que sólo 55% de los encuestados considera recibir suficiente apoyo y reconocimiento por su trabajo, y 52% piensa que su trabajo le brinda oportunidades de desarrollo profesional. Los aspectos que les gustaría mejorar a los encuestados son el de la remuneración y beneficios (30%), seguido del ambiente laboral (10%) y la flexibilidad horaria (9%), entre otros.
El salario aparece como la principal preocupación, ya que 49% de los trabajadores considera que aumentar el salario real es la clave para mejorar el mercado laboral, seguido de la creación de empleos (35%), entre otros aspectos.
Reflexiones acerca de la felicidad en relación con el trabajo
El licenciado y magíster en Filosofía por la Universidad de la República, Juan Olano, quien actualmente cursa en Bélgica su doctorado sobre las implicancias ético-políticas de la automatización del trabajo, se pregunta si es la felicidad el valor desde el cual debería ser evaluado el trabajo. Según Olano, la felicidad es uno de los muchos conceptos posibles de ser aplicados para analizar esta temática.
En conversación con la diaria, el filósofo sostuvo que la dignidad es un “mejor valor” desde el cual evaluar el trabajo: “La felicidad tal vez no sea el valor adecuado para evaluar un trabajo, o al menos no debería ser el único o el más importante de los valores desde los cuales veamos el trabajo. O sea, la deseabilidad del trabajo se puede mirar por la felicidad que le puede aportar o no a la vida del trabajador, pero también se puede mirar desde el punto de vista de qué tan digno o dignificante es ese trabajo para el trabajador”.
“La dignidad humana, que es un concepto muy básico que ya formulaba Kant, es la idea de que somos fines en sí mismos y que los humanos no tenemos precio, tenemos dignidad. Hay un estatus que tienen los seres humanos o las personas que no debe ser violado, y que impone ciertas obligaciones para todos. En el trabajo podríamos aplicar este valor, así como se aplica la felicidad a este y a otros ámbitos”, agregó.
Asimismo, el filósofo pone sobre la mesa otra pregunta que considera “clave” y es si el trabajo es una fuente de sentido: “El sentido abarca mucho más que el trabajo. Se puede obtener sentido en la vida, en el desarrollo de una familia, con amigos o por muchas otras cosas por fuera del trabajo; también se puede obtener de ahí gran parte de la felicidad o también de la infelicidad, y el trabajo es simplemente un medio para ganarse lo necesario para luego ser feliz afuera del trabajo”.
Otro de los conceptos que el filósofo introduce es el de trabajo “fructífero”, donde se pone énfasis no tanto en si el trabajo tiene sentido o no para el trabajador, sino en cómo un trabajo se ajusta a los valores, a las aspiraciones o a una narración que uno hace de su propia vida.
“Si mañana desaparecieran todos esos cargos medios que en realidad no tienen a nadie sobre los cuales supervisar, por ejemplo, abogados corporativos que lo que hacen es maquillar un poco la situación de las empresas, o los burócratas que simplemente gastan el tiempo detrás de un escritorio tratando de aparentar que trabajan, quizás no habría ningún impacto en el mundo. Es decir, el mundo no sería mejor o peor porque se hayan dejado de hacer esos trabajos en particular. Para detectar esto, creo que el mejor concepto es observar que no son trabajos fructíferos”, remarcó.
De la misma forma, y dentro de los varios marcos normativos posibles para evaluar el trabajo, Olano habla también de trabajo “digno”. “El trabajo digno está muy encarnado en nosotros cuando decimos 'este trabajo lo haría una máquina, no es digno de un humano', y esto requiere cuestiones objetivas y no subjetivas de la persona, y esta es la principal debilidad del concepto de felicidad, tal y como lo entendemos actualmente, que es un estado de bienestar donde a uno le da placer tal o cual trabajo, y la felicidad se relaciona con ese estado subjetivo”, consideró.
“Algunos de los otros conceptos tienen más que ver con estados o situaciones objetivas que podemos evaluar. Por ejemplo, podemos evaluar si al trabajador le pagan en tiempo y forma o no, podemos valorar si el trabajador tiene un horario fijo o no, podemos valorar también si el trabajador hace un aporte a la sociedad o no. Estas son cuestiones más objetivas, pero el concepto de felicidad, tal y como lo entendemos hoy, no parece capturar nada de esas cosas que podrían ser las más importantes a la hora de evaluar si un trabajo es bueno o no, o si los trabajos en Uruguay son buenos o son malos”, agregó.