El gobierno italiano que lidera Giorgia Meloni decretó este martes la emergencia migratoria, una declaración que le permite destinar recursos extra para atender la llegada de migrantes, pero también para su expulsión.

La decisión fue tomada después de que el Ejecutivo informara que más de 3.000 migrantes fueron rescatados en el mar Jónico y el mar Mediterráneo durante los tres últimos días.

Los migrantes viajaban en barcos sin la seguridad adecuada, con peligro de hundimiento, y según informó Europa Press, gran parte de esas personas eran menores de edad. De acuerdo con la agencia italiana Ansa, en lo que va del año llegaron a Italia más de 28.200 migrantes, un número cuatro veces mayor que el del mismo período del año pasado. La intensificación de esta corriente migratoria en la zona del Mediterráneo suele estar pautada por enormes desgracias humanas, como los frecuentes hundimientos de embarcaciones, el último grave de ellos ocurrido a fines de febrero.

La declaración de emergencia efectivizada el martes fue propuesta durante un consejo de ministros por el titular de Protección Civil y Políticas Marinas, Nello Musumeci. “Permítanme ser claro: no estamos resolviendo el problema. La solución sólo está vinculada con una intervención consciente y responsable de la Unión Europea”, dijo el ministro.

Musumeci afirmó que la medida dispuesta el martes “permite derogar algunas normas del ordenamiento vigente” y que, si bien la mayoría de los migrantes llegaron a Lampedusa (la isla italiana más cercana a Libia), la declaración es nacional.

El jerarca agregó que la situación “pone en dificultad las estructuras del Estado ya que las islas solas no pueden aguantar esta situación de urgencia, por eso el estado de emergencia será nacional”.

“Necesitamos ayudar a las regiones porque existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas”, dijo el ministro, que insistió en que Europa debe darse “cuenta de que no hay mucho tiempo”.

Con la declaración de emergencia, se pueden dirigir hasta cinco millones de euros del Fondo de Emergencias Nacionales para facilitar la acogida de inmigrantes, pero también es una medida que endurece la política migratoria, porque parte de esos recursos se utilizarán para reforzar las herramientas de expulsión del país, señaló la agencia Efe. “Si intervenimos en los países desde los que nos movemos, neutralizando la mafia de los traficantes, quizás podamos evitar lo peor”, dijo Musumeci.

Por su parte, el vicepresidente del gobierno ultraderechista, Matteo Salvini, dijo que Italia es “absolutamente incapaz” de gestionar “1.000 llegadas diarias” de personas y “es crucial que Europa despierte e intervenga”. El líder de la Liga agregó: “Lleva años charlando, pero nunca ha movido un dedo, y es hora de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no es sólo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Porque 1.000 llegadas al día somos absolutamente incapaces de apoyarlas económica, cultural y socialmente”.

Una de las ciudades que más migrantes recibieron, Catania, situada sobre las costas de Sicilia, estaba instalando este martes estructuras temporales para alojar a unos 700 migrantes que habían sido rescatados por la Guardia Costera y la operación Frontex, de la Unión Europea.

“El sistema de Defensa Civil siciliano, con sus técnicos y voluntarios, se movilizó [...] para ayudar en las operaciones de desembarco, coordinadas por el municipio de Catania, y para proporcionar una sistematización temporal adecuada para los migrantes”, dijo el coordinador general de Defensa Civil, Salvo Cocina.

El viernes fue el día que se acumularon más llegadas de migrantes a Italia, cuando lograron llegar a sus costas 1.389 personas.