El río Riachuelo-Matanza es un curso de agua de 64 kilómetros que nace en Buenos Aires y desemboca en el Río de la Plata. Su cuenca recibe cada día 90.000 metros cúbicos de desechos industriales y 368.000 de aguas servidas, según consignó Infobae. Tiene más de 100 basurales a cielo abierto y también niveles de mercurio, zinc, plomo y cromo con porcentajes 50 veces mayores de lo permitido. En este contexto, el gobierno argentino busca implementar el Sistema Riachuelo, una “megaobra de infraestructura” que tiene por objetivo “mejorar la capacidad de transporte” de desagües cloacales del área metropolitana de Buenos Aires. Según expresa el proyecto, buscaría incorporar a 1,5 millones de personas a la red de cloacas y mejorar el sistema para 4,3 millones. Pretende generar “beneficios en términos de salud pública, medioambiente y desarrollo social”.
La obra tiene tres etapas. La primera es la construcción de un colector con más de 30 kilómetros de túneles, que recolectará los desagües cloacales a lo largo de la ciudad y los transportará a una planta de pretratamiento. La segunda es la construcción de la planta de tratamiento, que conducirá posteriormente los desechos en las aguas del Río de la Plata. Finalmente, la tercera etapa de la obra es la construcción de un túnel por debajo del Río de la Plata que volcará los líquidos tratados a 14 kilómetros de la costa argentina. El sistema ya está próximo a comenzar.
La Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) es un organismo internacional de carácter binacional que busca generar diálogo entre Argentina y Uruguay para mejorar la gestión del Río de la Plata. Dos meses atrás, la delegación uruguaya solicitó crear un “monitoreo permanente y conjunto de las aguas y sedimentos” del río que se puedan ver afectados por la operativa del proyecto. Pero el pedido fue rechazado.
A comienzos de agosto, la delegación argentina envió una carta, a la que accedió el semanario Búsqueda, donde expresa que el proyecto de la obra se aprobó en 2009 y que actualmente concluyó el “procedimiento de información y consultas previas establecidos en los artículos 17 a 22 del tratado”. También se sostiene que la evaluación del “impacto de la obra sobre el régimen del río” ya se hizo en los “términos requeridos” por la normativa y que “no considera necesario el establecimiento de un mecanismo como el propuesto”.
La delegación uruguaya respondió días más tarde, manifestando que “recibe con preocupación los fundamentos” aplicados por la delegación vecina para rechazar el monitoreo conjunto. También se planteó el artículo 66 del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo. Establece que la CARP debe “promover la realización conjunta de estudios e investigaciones de carácter científico, con especial relevancia a la evaluación, conservación y preservación de los recursos vivos y su racional explotación y la prevención y eliminación de la contaminación y otros efectos nocivos que puedan derivar del uso, exploración y explotación de las aguas del río”. Nuevamente se insistió en el monitoreo compartido.
“La obra fue autorizada en Uruguay en dos ocasiones, en 2002 y 2009, cuenta con autorización de Uruguay. Lo que está haciendo Argentina se ajusta al derecho y a las propias autorizaciones que Uruguay le dio y a los estudios de impacto ambiental del momento”, planteó el ministro de Ambiente, Adrián Peña, a radio Carve.
Afirmó que cuando comience la operativa van a monitorear por su parte. Señaló que los estudios de impacto ambiental realizados estuvieron en manos de “entidades prestigiosas” y no “arrojan ninguna alarma”. “Estos proyectos son financiados por organismos internacionales; este, en particular, por el Banco Mundial, que tiene una vara alta en materia de exigencias”, sumó.
Peña también se refirió a otro emisor de aguas cloacales en Berazategui, ciudad argentina ubicada sobre las costas del Río de la Plata, que forma parte de la “megaobra”. Concentraría los desechos de siete millones y medio de personas y hace 20 días se solicitó información complementaria al gobierno argentino para conocer más sobre el proyecto.