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Trabajador en la fábrica Envidrio. (archivo, agosto de 2008)

Foto: Javier Calvelo

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Uruguay tuvo el mayor crecimiento del salario real y de nuevos empleos en la región.

Si bien Uruguay, como el resto de América Latina y el Caribe, desaceleró su crecimiento económico durante 2009 arrastrado por los efectos de la crisis mundial, “logró mantener un crecimiento positivo de 1,2%” y, junto con Perú, fueron los únicos países del subcontinente, de 14 relevados, “donde la tasa de desempleo nacional bajó”. Pero Uruguay exhibió, comparativamente, “el mejor resultado respecto del desempleo, lo que denota tanto la pertinencia de las acciones de política pública como la capacidad de la economía para responder a esta crisis”, evaluó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe Panorama laboral de América Latina y el Caribe. El organismo prevé para el país una expansión de su economía mayor a la proyectada por el propio gobierno.

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El organismo de Naciones Unidas dio cuenta de que la caída económico-financiera global que eclosionó en agosto-setiembre de 2008 “dejó más de 2 millones de personas sin trabajo” en la región, y pronosticó que “la recuperación del empleo será lenta en 2010”. Durante 2009, el desempleo urbano “llegó a 8,4%” y “más de 18 millones de personas no consiguen empleo”. Y aunque “la recuperación económica ya comenzó y se afianzaría en 2010”, la tasa de desempleo “apenas bajará a 8,2%”. Pero, “a diferencia de la mayoría de los países, Uruguay logró mantener un crecimiento positivo, de 1,2%” de su Producto Interno Bruto” (PIB) en el año finalizado el último diciembre.

Evolución similar se verificó en el mercado laboral, ya que “Uruguay, junto con Perú, fueron los países, de un total de catorce con los que se cuenta con información, en donde la tasa de desempleo nacional bajó, pasando de 8,2% a 7,9% en los nueve primeros meses de 2008 y 2009, respectivamente”, detalla el informe.

El desempeño del desempleo en Uruguay fue, “en términos comparativos, el mejor” de la región latinoamericana, reflejando “tanto la pertinencia de las acciones de política pública como la capacidad de la economía para responder a esta crisis”. La realidad que sustenta ese diagnóstico fue posible “porque el crecimiento de la tasa de ocupación”, que creció de 57,1% a 58,3%, “fue más acentuado que el aumento en la oferta laboral”, la cual se elevó desde 62,3% hasta 63,4%.

Rara avis

En el transcurso de un año que fue por lo menos difícil para toda la región, Uruguay generó una “importante creación de empleos”, escenario que “destaca en un contexto regional en el que la tendencia fue la pérdida de puestos de trabajo”.

El citado descenso de la tasa nacional de desempleo “se debe a la reducción” de la tasa específica “de las mujeres (10,7% a 10,1%), mientras que la tasa de desempleo de los hombres se mantuvo constante” en 5,9%. “Sin embargo, la tasa femenina sigue siendo mucho más elevada que la masculina, con una disminución de la relación entre ambas tasas de 1,8 veces en 2008 a 1,7 veces en 2009”, advierte el análisis de la OIT.

Al mismo tiempo, la tasa de desempleo juvenil se redujo de 22,5% en 2008 a 21,5% en 2009, “siguiendo la tendencia de la tasa de desempleo total, por lo que la relación” entre la tasa total y la juvenil permaneció “en el mismo nivel de 2008: 2,8 veces”.

En materia de evolución salarial, “pese a la crisis”, el país registró “un aumento importante de los salarios medios reales” del orden de 7,7%, tratándose del incremento “más alto a nivel regional” y siendo “superior al incremento observado en 2008”, del 3,3%.

En este caso, el resultado fue producto “de la combinación entre un aumento importante de los salarios nominales” y una inflación “con tendencia a la baja”. El informe recuerda que “la inflación acumulada en 2009 fue de 5,3% en octubre, en comparación con un 8% en similar período de 2008”. Sobre esa base, “el fuerte aumento de los salarios promedios se dio a pesar de que el incremento del salario mínimo en Uruguay, de 1,6% en 2009, fue menor al promedio regional”. Esos resultados positivos de Uruguay contrastaron un desempeño regional pautado por un incremento general del desempleo. De acuerdo al Resumen Ejecutivo del informe del organismo, “el impacto más inmediato de la crisis” en materia laboral consistió “en la contracción de la capacidad de generación de empleo a nivel regional”.

En ese sentido, la tasa de desempleo urbano promedio regional “subió de 7,7% en los tres primeros trimestres de 2008 a 8,5% en igual período de 2009”, a partir de lo cual “se estima que el promedio anual de 2009 será de 8,4%, casi un punto porcentual por encima del 7,5% de 2008”. Esa sola diferencia implica que 2.200.000 ciudadanos del subcontinente “se sumarían a las filas del desempleo”, con lo cual el número de personas que al cabo del año quedaron sin empleo asciende “a un total” de 18.100.000.

El porvenir

En cuanto a las perspectivas para el incipiente año 2010, la OIT señala que “existe consenso entre quienes realizan proyecciones de crecimiento económico” que el PIB de Uruguay continuará expandiéndose, pero a una tasa superior a la verificada durante 2009 e incluso a la prevista por el equipo económico de gobierno. “Se estima que este crecimiento estará en torno al 5%, superior a la media regional” de 4,1% proyectada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En su último ajuste de proyecciones macroeconómicas para 2009 y 2010, los titulares de la conducción económica nacional estimaron en 4% la tasa de crecimiento del PIB para el año en curso.

En lo concerniente a las expectativas del organismo respecto de las políticas laborales que serán aplicadas “durante el año 2010”, el informe evalúa que “el resultado en el mercado laboral y en la tasa de desempleo estará marcado por la continuidad de las políticas de mercado laboral que lograron crear empleo y reducir el desempleo en 2009”.

Con ese panorama, “en el caso uruguayo, el desempeño de la tasa de desempleo dependerá de la evolución de la oferta y demanda laboral (particularmente femenina) y de cómo van a reaccionar los sectores público y privado en el ciclo de recuperación económica”, es decir, de cuáles serán los niveles y la composición del gasto y de las inversiones.

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