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Silvana Machado habla durante el encuentro de veganos el domingo.

Foto: Nicolás Celaya

Sin carne, por favor

5 minutos de lectura
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Ser vegano o vegetariano en un país con tradición carnívora.

A pesar de los pequeños obstáculos sociales que enfrenta día a día, esta filosofía de vida se está difundiendo cada vez más, al tiempo que aumentan sus adeptos.

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Un asado siempre es motivo de reunión y es la primera comida que muchas personas tienen en mente, la cual contiene por lo menos un ingrediente de origen animal. Es difícil para el uruguayo pensar una dieta libre de carne, pero es más complicado aun, para quien no la consume, comer fuera de casa. Si bien no hay un registro aproximado de cuántos veganos y vegetarianos hay en Uruguay, Silvana, integrante de la Unión de Vegetarianos y Veganos del Uruguay (UVVU) comentó al respecto que a través del boca a boca saben que hay “vegetarianos sueltos por todos lados”, pero es difícil lograr convocarlos a reuniones informativas.

El veganismo es una filosofía y un estilo de vida que se basa en el total respeto a los animales. No consumen ningún tipo de carne o derivados, ni objetos que en su creación impliquen el maltrato o explotación de éstos. Por otro lado, el vegetarianismo se basa en una dieta alimenticia libre de carnes y derivados aunque es menos estricta que la vegana pues tiene variables; algunos consumen lácteos, huevos o miel.

Escasez de información

Andrés es vegano hace siete años, se realiza controles médicos regularmente y no ha tenido complicaciones en su salud desde que adoptó este estilo de vida. “Cuando le conté a mi madre que iba a ser vegano, se puso a llorar”, comentó haciendo referencia al temor que hay respecto a estas costumbres, ya que mucha gente piensa que si deja de comer carne su organismo no funcionará correctamente o contraerá enfermedades con más facilidad. Andrés está de acuerdo con el consumo de medicamentos pero siempre toma la precaución de consultar a los químicos del laboratorio el origen de los ingredientes.

Respecto al equilibrio de la dieta, los integrantes de la UVVU que recibieron a la diaria en su sede, el domingo pasado, coinciden en que es fundamental estar bien informado para saber cómo suplantar las proteínas que brindan los alimentos cárnicos. Pero destacan la falta de información o de planes alimenticios adecuados que tienen muchos nutricionistas al momento de asesorar a un vegano.

Pablo, uno de los fundadores del grupo junto con Andrés, destaca también el obstáculo cultural: “La gente no quiere ver otra opción, hay un rechazo a nuevos modos de alimentación”. Él es profesor de Secundaria y conversa con sus alumnos sobre el tema; a ellos les genera intriga pero también logra hacerlos reflexionar al respecto. En relación con su entorno, los integrantes de la unión cuentan que fueron bien aceptados aunque siempre sus costumbres generan curiosidad, es el punto de partida para conversar sobre el tema con sus allegados. “Todos te dicen que tenés razón pero ellos no pueden dejar de comer carne”, comentó Pablo, que, dada su experiencia, logró convencer a muchos conocidos con su postura pero no dan el paso al veganismo por un temor muchas veces transmitido, en parte, por los médicos respecto a las consecuencias que puede traer la ausencia de alimentos de origen cárnico.

“El otro día tuve una reunión con ex compañeros del liceo y la propuesta fue hacer un asado, les planteé mi punto de vista y terminamos comiendo unas pizzas”, comentó Andrés, como parte de la aceptación que lentamente hay en los uruguayos.

Dieta estricta

Fernando es vegano hace siete años, vive en Paysandú y decidió cambiar sus costumbres por una búsqueda de superación personal. Es dueño de un hotel junto con sus hermanos donde sirven todo tipo de comidas que nada tienen que ver con el veganismo; además es padre de una adolescente que no comparte sus costumbres. “Es imprescindible separar los mundos, lo que es el trabajo de mi vida personal. También hay que saber comprender a los demás porque nadie nació vegano”, comentó.

Como buen vegano, no consume ningún alimento que implique la explotación animal, ni bebidas o alimentos artificiales o industrializados; tampoco toma medicamentos. Es todo hecho en casa con productos de huerta o totalmente naturales. No utiliza elementos de tocador, vestimenta o limpieza que hayan sido testeados en animales o que tengan ingredientes de origen animal. Cuando se enferma o siente algún dolor considera que lo mejor es dejar que pase, “escucho mi cuerpo, si me duele la cabeza me acuesto porque es lo que mi cuerpo me está pidiendo. Si tomo un analgésico lo que hago es sacar el síntoma y no el dolor en sí mismo”, agregó.

En la relación con su entorno Fernando comenta que hay respeto mutuo por las costumbres pero hay ciertos obstáculos sociales que a veces hacen que se aleje de los demás. Al respecto, dijo: “Sentís que molestás y te vas alejando porque muchas veces las costumbres son muy distintas”.

En la actualidad, Fernando está viviendo un gran desafío con su hija, quien no vive con él y tiene un estilo de vida bastante opuesto. “Ella va a colegio privado, se vincula con otro tipo de gente y consume cosas comerciales como cualquier adolescente. Pero cuando está conmigo trato de inculcarle un poco de veganismo; nos divertimos haciendo ensaladas pero a veces se avergüenza de cosas que hago”, dijo, refiriéndose a su lucha activa en contra del maltrato y explotación animal (volanteadas o manifestaciones), y a costumbres como andar descalzo en la calle o tomar mate con un pomelo cortado a la mitad, en vez de usar un mate, para evitar hacerle daño a la naturaleza en general.

Al vivir en el interior es más fuerte el contraste de costumbres, la población tiene más arraigado el hábito de festividades locales como yerras, criollas o cacerías, en las que se maltratan y matan animales, por lo que le cuesta más integrarse con su entorno que con quienes viven en Montevideo.

Visita al médico

La nutricionista y psicóloga Raquel Oggiani expresó a la diaria no estar de acuerdo con la dieta vegetariana. “Considero que es muy importante el consumo de proteínas de origen animal porque tienen aminoácidos esenciales. Este componente permite la transformación o sintetización de la proteína en el organismo -hacerla utilizable- pues el aminoácido no se sintetiza, por eso hay que consumirlo de forma externa. Un ejemplo es el aporte de hierro en las carnes rojas; uno ve en muchas personas vegetarianas que tienen anemia por la carencia de este componente”, describió Oggiani.

Es por este motivo que resulta necesario hacer una dieta bien planificada en la que se equilibren en su consumo diario las proteínas, hidratos de carbono y grasas necesarias (la cuota proteica).

Oggiani destacó además que muchas veces hay un obstáculo económico por el alto costo que tiene la gran mayoría de alimentos veganos, lo que lleva a un vegetariano poco informado a una mala alimentación basada en harinas. Espinaca, naranja o lentejas son buenas para suplantar el hierro que aporta la carne; mientras que los frutos secos, avellanas o nueces aportan calcio. La profesional también recomienda el consumo de fibra, soja, tofu (queso a base de soja), o seitán (gluten).

Además, enfatizó que la aplicación de esta dieta en niños debe ser muy cuidadosa, en los primeros tres años el bebé debe consumir leche materna y proteínas pues son una fuente para el crecimiento que influye en la formación de glóbulos rojos, en el crecimiento, en el fortalecimiento del cerebro y en el sistema inmunológico.

Por otra parte, según datos aportados por el licenciado en Nutrición y director de la comisión directiva de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas (Audyn), Pablo Pereira, “las dietas vegetarianas y veganas apropiadamente planeadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden aportar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades”.

Varios estudios reflejan que los nutrientes más comprometidos en la dieta vegetariana son: aminoácidos, vitamina B12, zinc, calcio y hierro. En el caso de la dieta ovo lacto vegetariana, los aminoácidos, zinc y calcio son complementados por lácteos y huevos; mientras que en la dieta vegana la soja y sus derivados son fuente también de aminoácidos. La vitamina B12, que se encuentra principalmente en carnes, vísceras, huevos y lácteos, se puede suplantar también con alimentos adicionados con esta vitamina, “con un buen asesoramiento y la inclusión de éstos se pueden cubrir los requerimientos”, explicó Pereira.

El director de Audyn concluyó que “las dietas veganas y vegetarianas son adecuadas tanto en niños como en adolescentes y adultos, pero implican un asesoramiento específico para evitar las carencias de los nutrientes críticos. La forma de preparación de la dieta con variedad y calidad de alimentos construye una alimentación saludable, independientemente del tipo de alimentos excluidos”.

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