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Niños con computadoras del plan Ceibal. (archivo, noviembre de 2009)

Foto: Iván Franco

A través de la XO

4 minutos de lectura
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Exposición fotográfica con imágenes capturadas con las computadoras del Plan Ceibal.

El martes pasado se inauguró la muestra Expo XO, la mirada de los ceibalitos en el Espacio Punto de Encuentro del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la cual se extenderá hasta el 29 de julio. La iniciativa presenta a las ceibalitas como una herramienta digital que permite a los niños registrar su entorno y expresarse artísticamente.

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Búsqueda visual

Álvaro Percovich, actual coordinador general de actividades del Foto Club Uruguayo, concurrió a la muestra Expo XO, la mirada de los ceibalitos y reflexionó sobre la propuesta. -¿Qué es lo más interesante del trabajo realizado? -El tema principal es el ensayo fotográfico, es decir, descubrir qué pueden hacer los chicos con las ceibalitas. Para los gurises, tener un recurso para tomar fotografías y poder trabajar sobre su entorno y su realidad a tan temprana edad es positivo, porque eso fomenta la búsqueda visual y la elaboración de un documento que permita registrar su vida. -¿Qué es lo más importante de la muestra? -Que ellos se vean expuestos en un ámbito formal. Basta observar cómo ellos mismos miran sus fotos y cómo ven lo que se trabajó, y con sólo eso se justifica la muestra. -¿Hay más fotógrafos al ser cada vez más las facilidades tecnológicas? -Hay cada vez más gente que saca fotos, que no es lo mismo que ser fotógrafo. Cuanto más se facilite el acercamiento a la herramienta más gente va a sacar fotos y más gente va a sacar más cantidad de fotos; antes era algo limitado. -¿La mayor cantidad de fotos trae aparejada la calidad? -No, no necesariamente. Nos enseñaron de chicos métodos como el ensayo y error para mejorar en la disciplina que sea, pero no sólo eso nutre la capacidad del ser humano. Cantidad nunca va a ser necesariamente calidad. Además, en fotografía es necesario saber quedarse con lo mejor. No importa que saquemos 300 fotos si después somos capaces de quedarnos con diez que representen lo que quisimos decir. -¿Le hubiera gustado contar con las facilidades tecnológicas que existen ahora de niño? -El tiempo que a uno le tocó vivir se disfrutó. A veces te imaginás y decís: “Qué bueno hubiera estado ser de esta generación de niños”, pero creo que a cada uno le toca vivir lo que tenía que ser y lo disfruta. Capaz que si no hubiera sido de esa manera, no hubiera estado en este lugar y la fotografía no sería mi forma de expresión. Pero no deseo estar en este tiempo, me encantó el que me tocó y estoy muy agradecido.

Fotografías sobre distintos temas pueden apreciarse en la muestra realizada en la sala del MEC. La rambla de Montevideo, feria de venta de antigüedades, detalles de la naturaleza, imágenes a la hora del recreo y formas abstractas son algunas de las temáticas trabajadas por 63 escolares de 4º, 5º y 6º año, de las escuelas 15, 65, 146 y 355.

La propuesta implicó 12 sesiones de trabajo del taller de Comunicación visual, proyecto financiado por el Programa Ciudadanía Cultura de la Dirección Nacional de Cultura del MEC y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), mientras que fue desarrollado por docentes del Museo Gurvich. “El objetivo principal era enseñar cómo hacer para que esta herramienta que es la ceibalita, una herramienta digital, tenga un contenido que vaya más allá de lo digital”, comentó a la diaria Ángela López, responsable de la propuesta pedagógica. Y agregó: “Tomamos el cotidiano y aprendimos a mirar nuestro mundo y transmitir lo que nosotros sentimos a través de esa cámara”.

El taller conjugó la utilización de esta nueva herramienta tecnológica, que es la ceibalita, y técnicas tradicionales fotográficas puesto que experimentaron alterando el punto de vista utilizando técnicas tradicionales: lupas, cristales, lentes, espejos, filtros y variaciones de luz. “No fue solamente utilizar la cámara como ellos están acostumbrados, sino que fue ir encontrando diferentes mecanismos para alimentar la herramienta que ellos tienen”, reflexionó López.

Asimismo, se trabajó en la digitalización, ampliación de imágenes y la aplicación de nuevas herramientas informáticas.

Con respecto al producto final, la muestra es heterogénea, con propuestas pensadas y creativas y con fotografías que poco transmiten a quien las mira. Lo más destacado de la iniciativa es que escolares y maestras vean expuesto el fruto de su trabajo y difundir una de las tantas utilidades que tienen las XO.

También pueden apreciarse fotografías pixeladas, producto de la baja definición de estas computadoras. Sobre este punto, López expresó: “El pixelado es una estética propia, no es un punto en contra, nosotros [los adultos] somos los que creemos que el pixelado está mal porque tendemos a pensar en las reglas de la fotografía, en vez de en la posibilidad de expresarse artísticamente a través de la cámara”.

Con la ceibalita bajo el brazo

Jonathan, autor de una fotografía que ilustra una rosa roja en primer plano, dijo a la diaria que cuando sea grande quiere ser “chofer de un ómnibus Núñez o fotógrafo”. Camila, en cambio, no manifestó querer dedicarse a la fotografía, pero reconoció que saca fotos “a de todo, lo que haya yo saco”; contó además que para el taller de Comunicación visual tomó unas 200 fotos y dijo con desilusión que sólo le publicaron una.

Al consultar a un grupo de jóvenes acerca de si utilizaban la XO para estudiar, la respuesta fue unánime: “¡Noooo!”. Una chica aclaró: “Capaz que alguna vez, para buscar información, pero cuando nos hacen buscar cosas se encuentran textos re largos, horribles, que no dan ganas de estudiar nada”. Otra compañera acotó: “En la escuela nos han hecho estudiar de la revolución, nos hicieron leer sobre la primera y la segunda Guerra Mundial y de un tal Francisco, que no me acuerdo cómo era el apellido”. A lo que una amiga exclamó: “¡No es Francisco, es Florencio Sánchez!”.

Sobre el uso de la computadora como herramienta de entretenimiento, Hugo Achugar, director nacional de Cultura, dijo durante la inauguración de la muestra: “Hay gente por ahí diciendo que las ceibalitas las usan básicamente para jugar, yo creo que está bien jugar, yo juego mucho con mi computadora”. Explicó que con las fotografías tomadas por los escolares “quedó demostrado que tienen una gran creatividad, un ojo estético que puede ver la belleza, descubrir las cosas lindas de dónde viven o caminan, y lo han hecho con calidad y tecnología”.

Por su parte, la directora del Museo Gurvich, Silvia Listur, señaló: “El siglo XIX se caracteriza por la renovación tecnológica y lingüística de artes tradicionales, y con esta renovación han surgido nuevas e interesantes formas de crear. El plan ceibal con sus múltiples facetas ha sido el inicio de la inserción de miles de escolares y sus familias al mundo de la comunicación y al uso de las tecnologías de la información. Un mundo abierto y de redes ofrece mayores posibilidades de encuentro con el otro y cuando este encuentro se produce, el individuo y la sociedad se fortalecen”.

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