“¿Por qué la gente tiene que saber más? ¡Para ser más libre!”, resumió en conversación con la diaria María Cristina Arruti, científica nacida en Sarandí del Yi en 1944, cuya área de conocimiento es la biología celular y del desarrollo, quien ayer fue reconocida por el MEC por el “estudio de los procesos celulares que subyacen a la formación de ojos de vertebrados”. En su opinión “la libertad sólo se consigue con el conocimiento, con la libertad de decisión, de opción; la libertad sólo funciona cuando tú conoces”. Actuar sin prejuicios y saber por qué se toma determinada decisión es uno de los aspectos que más valoró. Recordó que son muchísimos los temas en los que hay que profundizar “porque todos los ciudadanos tenemos que tomar decisiones continuamente”, indicó.
La doctora en ingeniería Liliana Borzacconi (Montevideo, 1955), homenajeada por su aporte en el tratamiento biológico de residuos, también destacó la importancia de la divulgación de la ciencia y la tecnología. Explicó que en la sociedad uruguaya el científico recién ahora comienza a ser reconocido y que la valoración todavía no es suficiente como para que muchos escolares y liceales quieran orientar su futuro hacia la investigación. “Si el niño siente de chiquito que lo que se valoran son otras cosas en la vida, nunca va a querer ser científico; sin embargo, el país necesita científicos, necesita gente que desarrolle conocimiento”, reflexionó Borzacconi. Agregó que el homenaje sirve de mensaje a la sociedad entera y “para que los chicos puedan optar en el futuro por dedicarse a este tipo de actividad”.
Ante la escasa divulgación del conocimiento científico, Arruti, hizo referencia a la ausencia de información en los medios de comunicación y a la falta de periodistas especializados en el área que sean capaces de transmitir “la fascinación del trabajo” con un lenguaje accesible.
Realidad distorsionada
Un total de 12 científicas fueron homenajeadas ayer en el MEC. La selección de las investigadoras fue responsabilidad de la Dicyt, que eligió mujeres de las ciencias naturales, de las ciencias sociales, la medicina, la ingeniería y la tecnología, entre otras disciplinas. La más recordada en la celebración fue Paulina Luisi (1875-1950), la primera médica uruguaya, que tuvo que llevar adelante la difícil tarea de abrir camino a las futuras profesionales.
La oratoria estuvo a cargo de Hugo Achugar, director nacional de Cultura; María Simon, subsecretaria de Educación y Cultura, y Gerardo Agresta, director de la Dicyt.
En sus palabras Agresta resaltó el papel de las mujeres en la actividad científica pero puntualizó que todavía falta más equidad en las oportunidades brindadas. Hizo referencia a la cantidad de inscriptos en las universidades de Uruguay y a la proporción de hombres y mujeres en el campo de la investigación científica. Señaló que en el ámbito universitario “la proporción aproximada es de tres a dos -se inscriben más mujeres que hombres-, en el egreso la proporción es más o menos cinco a cuatro -egresan más mujeres que hombres-, en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) la proporción de mujeres y hombres es más o menos similar [...] pero en el nivel más alto del SNI hay una minoría de mujeres muy fuerte”. Criticó este aspectos y desafió a la sociedad a generar más espacios para las mujeres “o, al menos, a alcanzar números más parecidos” entre hombres y mujeres.