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Instalación realizada ayer por los gremios de la educación frente al Parlamento.

Foto: Nicolás Celaya

Asentamiento educativo

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Gremios de la educación pública nacional marcharon al Parlamento durante el paro de 24 horas.

Mientras Uruguay vive un auge de la construcción, muchos edificios de escuelas y liceos de nuestro país están en avanzado estado de deterioro. Lo edilicio, además de los reclamos de salarios y mejoras en la administración, motivaron a los distintos gremios de la educación a concretar el paro de nacional de 24 horas que tuvo lugar ayer.

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No hubo clases en Primaria, Secundaria, Escuelas Técnicas, ni Universidad de la República (Udelar) durante la pasada jornada. Representantes de varios sindicatos se concentraron a la hora 11.00 en la explanada de la Universidad, en 18 de Julio y Eduardo Acevedo, en Montevideo, y desde allí caminaron hasta el Parlamento con una proclama que trató distintos puntos.

Minutos antes de la hora pautada ya había docentes, funcionarios y estudiantes de varios centros educativos con banderas y carteles enrollados, esperando que comenzara la marcha programada. De a poco, los carteles se fueron desplegando, para recordar que son "muchas las promesas", demasiados los maestros que cobran "la cuarta parte de una canasta familiar", y varios los centros educativos que se llueven o carecen de luz y agua.

Un cartel era muy elocuente: "Desde mi aula quiero ver la lluvia afuera" y lo firmaba "un alumno de la escuela pública". El mensaje era sostenido por docentes de Durazno. Francisco Álvez, titular de la Asociación de Maestros de Durazno, comentó a la diaria que la realidad del departamento es "similar a la de todo el país". Para describir la situación detalló lo que sucede en tres centros. "La escuela especial Nº 81 se llueve y tiene problemas de electricidad y por ahora no tiene solución, pero lo más grave es que el liceo Nº 3 y la escuela de tiempo completo Nº 74, tienen problemas estructurales a un año de inaugurados".

Atribuyó los malos trabajos efectuados a la centralización de las obras en el Consejo Directivo Central (Codicen), promovida en la reforma de Rama, y expresó la necesidad de generar una comisión de edificación escolar, integrada por padres, maestros e inspectores. Opinó que "nadie se hace cargo de nada, las autoridades locales desconocen lo que pasa porque viene todo centralizado, y lo más grave es que al metro cuadrado de edificación, el Codicen lo está pagando a un precio similar o más alto que lo que se paga en José Ignacio o Punta del Este".

Adriana Espantoso, de la Asociación de Maestros (Ademu) Canelones, también invocó a la reforma de Rama. Recordó que desde su aprobación aumentó considerablemente la matrícula en primera infancia, y sin embargo, al día de hoy faltan espacios locativos adecuados para niños chiquitos. En cuanto al estado edilicio de los centros canarios, contó que son muchas las escuelas que "no han recibido en su momento lo que necesitaban para continuar siendo locales hermosos, muy grandes, de muy buenas construcciones, pero que ahora tienen un deterioro muy importante". Seguidamente citó dos ejemplos emblemáticos de falta de mantenimiento: la escuela Artigas y La Experimental, ambas de Las Piedras.

Los maestros de la Escuela Maracaná, Nº 324, de Montevideo, que desde el martes no dan clases por falta de condiciones de salubridad, se presentaron a la marcha con una frase breve y concisa: "Sin agua y luz. Basta". El director de la institución, Carlos Casaretto, comentó que los cortes de luz y agua son constantes y que generalmente en horas de la tarde, no hay agua en la institución. Manifestó que han hecho pequeños arreglos pero inadecuados, porque los problemas persisten "cuando se filtra el agua por las paredes, se humedecen los cables y nos quedamos sin luz". "A mi entender, entre otras cosas habría que cambiar el cableado eléctrico entero, porque tiene muchos parches, muchos remiendos que no solucionan el problema", resumió. Asimismo destacó que parte del edificio es prefabricado, diseñado provisoriamente para ser utilizado durante cinco años y ya lleva 17.

Casaretto señaló que volverán a dar clases cuando se hagan las obras necesarias.

Más fondos

En promedio, un maestro de primer grado, con cuatro años de experiencia y que trabaja 20 horas semanales cobra 11.300 pesos. El incremento de los salarios fue un reclamo unánime. José Olivera, de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza, expresó que el tratamiento que se le dé a la educación en la Rendición de Cuentas será determinante para desarrollar las políticas educativas acordadas por la Administración Nacional de Educación Pública, que contribuyan a “mejorar resultados que tanto se nos exigen y reclaman, no solamente por parte del sistema político, sino de la sociedad en su conjunto”.

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