Cerca de 70 reclusos, que conformaban menos de la mitad del público, tuvieron una visita distinta ayer de mañana. Matías, uno de ellos, contó a la diaria que quienes pudieron disfrutar del espectáculo eran quienes se encontraban en el sector de barracas, a quienes les queda relativamente poco tiempo de pena y tienen buena conducta. Además, comentó que el día de visitas -que regularmente corresponde al domingo- fue cambiado para el viernes por esta ocasión especial. El resto de los privados de libertad, desde el edificio, se hizo escuchar tanto al comienzo como al finalizar el espectáculo, a través de sus gritos que llegaban a la distancia.
Según el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, el espectáculo fue una propuesta que acercó el pianista a las autoridades, y dado que participó un grupo muy reducido de reclusos fue “un acto simbólico”.
El cuarteto, compuesto por Miguel Ángel Estrella al piano, su hijo Javier Estrella en percusión, el quenista Raúl Mercado y el guitarrista Omar Espinosa, interpretó chacareras y tangos, e incluyó una pieza de Ruben Rada -uno de los temas más aplaudidos por el público cuando el ritmo candombero afloraba-. El repertorio incluía obras de todas partes del mundo pero principalmente del Mercosur, y Estrella no evitó el tema, sino que lo abordó en variadas ocasiones. “Lo que sucedió hace unos días en Mendoza es un momento histórico. Viva el pueblo paraguayo y que se jodan estos golpistas”, expresó el músico en referencia a la entrada de Venezuela al Mercosur.
Dedicación
Estrella nació en 1940 en la provincia de Tucumán, Argentina, y comenzó con el piano a los 12 años en su país. Además de su actividad artística, trabajó como músico social con campesinos, trabajadores y en barrios carenciados. En 1977 fue secuestrado en Montevideo y estuvo preso hasta 1980 en Libertad. Fue liberado gracias a una campaña llevada a cabo por Naciones Unidas (NU) y otras organizaciones internacionales. El 10 de diciembre de 1982 fundó el movimiento Música Esperanza, que en 1992 se convirtió en una ONG reconocida por UNESCO en su actividad relacionada a los derechos humanos. En 2010 se estrenó la película El piano mudo, cuyo título responde al regalo que recibió en 1978 en Libertad y con el cual pudo practicar, consistente en una maqueta que respetaba las teclas del instrumento, pero sin sonido.
También asistieron al espectáculo representantes de organizaciones como la Asociación de ex presos y presas políticas del Uruguay (Crysol) y las Madres de Plaza de Mayo, quienes en las primeras filas vibraron con cada pieza que Estrella interpretó. En diálogo con la diaria, Ivonne Klingler, de Crysol, indicó: “Creemos que donde la dictadura perdió lejos fue en que 99,9% de los ex presos políticos sigue militando y luchando por los derechos humanos” y que esa lucha también la libran por los presos actuales. Salvando las distancias entre el contexto de dictadura y los presos políticos y los que ayer presenciaron este espectáculo, Klingler destacó que “si hay algo que se vive en la prisión es que todo acontecimiento y noticia que llega se conversa, se discute y sirve para remover y sentirse partícipe de la sociedad”.
Al cerrar el concierto y previo al descubrimiento de una placa en homenaje a la presencia de Estrella en el Centro de Rehabilitación, uno de los internos tomó la posta y transmitió el sentimiento compartido por sus compañeros ante la singular jornada vivida. “Agradecemos por habernos traído un poco de música y de alegría, hay que sacarse el sombrero con una persona como usted. Uno lleva un tiempo largo acá, y lo máximo que ha visto es una murga. Esto va a quedar muy presente para todos y se va a valorar muchísimo”, expresó.
“No quería irme de esta gira sin tocar para ustedes”, les respondió el pianista, quien además de música dejó su testimonio sobre su pasaje por el penal de Libertad durante 27 meses. Aseguró que no siente odio hacia sus torturadores, pero señaló que nunca dejará de testimoniar. Sobre este aspecto, las Madres de Plaza de Mayo Laura Conte y Vera Vigevani, que lo acompañaron en esta instancia, dijeron a la diaria que “la receta” es no ser nunca indiferentes para “construir el nunca más”.
El hombre equivocado
Miguel Ángel Estrella pudo ver ayer por primera vez el lugar donde estuvo cautivo por más de dos años. “Siempre encapuchado y atado”, según recordó.
Al finalizar la última pieza compartió con todos los presentes una parte del ayer que lo vincula a este centro de reclusión y a Uruguay: “[José] Gavazzo era el hombre que dirigía este operativo de secuestros de argentinos en Uruguay. Después de un simulacro de cortarme las manos me dijo ‘acá no somos tan asesinos como nuestros colegas de la otra orilla, matamos menos y a vos no te podemos matar. Pero vos sos peor que los guerrilleros, porque con tu piano y tu sonrisa te metés a la negrada de mierda en el bolsillo. Esa música que vos tocás es nuestra, no de la negrada’”.
Estrella describe esto como una “locura”, y continúa citando las palabras de Gavazzo: “No te podemos matar pero te vamos a destruir totalmente. Vos nunca más vas a tocar el piano, nunca más serás el padre de tus hijos, nunca más serás el amante de una mujer, y te vamos a borrar esa sonrisa, porque nosotros tenemos métodos muy sofisticados para destruir. A vos te vamos a guardar 18 años”. Miguel Ángel, con la sonrisa aún en su rostro y su hijo detrás, remarcó “cómo se equivocó” ese hombre.