Hay pocos futbolistas capaces de trascender mediáticamente sin que los acompañe un aura de gloria relacionada a las victorias y los títulos conquistados durante su trayectoria deportiva. Quizá Fabián Alberto O'Neill sea el mayor exponente de esto, un ex jugador que se retiró a los 29 años sin ganar torneos internacionales ni jugar un solo partido en un Mundial, y que aun así fue capaz de mantener su visibilidad mediática, incluso retirado de las canchas. En Hasta la última gota, los autores Federico Castillo y Horacio Varoli recorren el periplo deportivo y la intimidad de O'Neill, desde sus primeros años en Paso de los Toros hasta la actualidad, que lo encuentra en dicha localidad como uno de sus ciudadanos más famosos. Para ello recurren a material bibliográfico que va desde las primeras entrevistas que le realizaron al futbolista en La República Sport, cuando jugaba para Nacional, hasta las últimas crónicas deportivas, que hablan de su pasaje fugaz por Tito Borja. Esto se intercala con algunas entrevistas realizadas por los autores en Paso de los Toros y los testimonios de futbolistas, técnicos, periodistas y allegados al isabelino.
En ese sentido sorprende el testimonio del comentarista Jorge da Silveira, que habla sobre el futbolista en clave paternal, cuando fue uno de los mayores detractores mediáticos del jugador en el transcurso de toda su carrera. Fue el primero en hablar de su alcoholismo y exponerlo mediáticamente, cuando el deportista aún no se había retirado. Entre los comentarios más interesantes del libro aparece el de Jorge Seré, ex compañero de O'Neill, quien recuerda: “Capaz que Fabián podría haber necesitado alguno que le hablara un poco más. Se tendría que haber hecho más hincapié en su vida privada que deportiva. Estar más arriba de él. Pero también llega un momento que vos, por más que le hables, si al otro no le entra, no le entra”. Esas palabras de Seré conjugan cierta autocrítica y la racionalidad de comprender que tiende a ser muy difícil lograr que alguien cambie, por más voluntad que tenga su entorno de lograrlo.
Contar la vida agitada del futbolista en 200 páginas implica elecciones que en este caso procuran compatibilizar la historia de O'Neill dentro y fuera de las canchas, lo que en algún caso implica relegar aspectos de su faceta deportiva. Ejemplo de ello es cuando se narra la tercera final del Campeonato Uruguayo de 1995, en la que O'Neill fue presionado por el empresario Jorge Chijane (por entonces integrante del grupo Casal, representante del isabelino) para que no jugara ese último clásico, dado que ya estaba vendido al Cagliari. Si bien se destaca que jugó en gran forma y que anotó un gol, la narración no profundiza sobre el juego de O'Neill en la segunda final de ese campeonato, que lo tuvo como artífice de la victoria tricolor.
Hasta la última gota, por lo tanto, anuncia desde el título cierta mirada sobre la vida de O'Neill y tiende a profundizar sobre sus aristas mediáticas más recientes, aquellas que lo hacen capaz de llamar a un programa de televisión para dar fe sobre la heterosexualidad de Forlán o evocar algunos pasajes pintorescos de su historia, generalmente con aventuras de la línea de cal hacia afuera.