Devolviéndole la gentileza, Boca Juniors le ganó 1-0 a Nacional anoche en Montevideo y se arrimó en la tabla, que aún lideran los tricolores con 7 puntos, seguidos de Boca con 6, Toluca 5 y Barcelona de Guayaquil 3. Todos mantienen la chance, aunque con una sola victoria más -ante Toluca en Montevideo el 4 de abril o ante Barcelona en Guayaquil el 17 de junio-, el equipo uruguayo estará en la tercera fase. Si nos guiamos por las estadísticas recientes no está fácil, porque de los ocho partidos jugados en este grupo en el que anoche Nacional dejó de ser el único imbatido, ninguno de los locales ha podido ganar.
Es que como lo hicieron anoche Nacional y Boca Juniors no es fácil superar al otro. Era esperable que con una estructura como la que planteó ayer Blanco se pudiera ver algo distinto. Está bien que el punto del empate sirviera, pero no se puede salir tan alegremente a volver a jugar como en La Bombonera, porque no era de visitante. Boca fue más llamativo por su pantalón y medias blancas que por su juego, pero aun así estuvo mucho mejor en el arranque. Un tiro libre de Riquelme a la izquierda del arco de Bava y por debajo de la barrera fue neutralizado por una gran tapada del tricolor.
A los 20 minutos se dio una acción que cambió el partido pero no todo lo que podía haber sido. Una pelota recuperada en campo de Nacional por la zona de la Olímpica terminó en contraataque y Pérez le cometió penal a Albín y se fue expulsado por doble amarilla. Iván Alonso se hizo cargo del remate, pero lo pateó afuera del campo. Boca con diez en la cancha y el marcador 0-0. Con un hombre de más, el elenco albo pareció animarse y fue miniprotagonista sólo por un rato.
Después de varios minutos sin que ninguno generara chances peligrosas llegó un córner para los xeneizes. Burdisso logró cabecear pero el balón fue a donde estaba Bava. Un par de minutos después, otra pelota quieta, en este caso proveniente de la izquierda, terminó con un agarrón de Andrés Scotti a Burdisso. Penal. Riquelme fue el encargado. Balón a un lado muy bien colocado, arquero al otro. 1-0 antes del descanso y a remarla. Ninguno de los dos equipos mostró demasiado en el primer tiempo. Boca tal vez fue un poquito más y tuvo la virtud de concretar el penal.
Había que cambiar y para ello entró Recoba. El Chino sí cambió la cosa. Poquito nomás pero cambió, porque apenas con tres o cuatro pelotas, quietas o al tranco, causó más peligro que en toda la primera parte. Este Boca es un colectivo que hace portación de nombre, de gloria de hombres pero que no demuestra juego ni potencialidad, y lógicamente menos si está en inferioridad numérica, entonces, este también pobre combinado tricolor se arrimó al empate, y si bien no llegó a ponerla contra el arco, pudo jugar en campo rival.
Con casi todo el zurdaje adentro: Díaz, Recoba, Alonso, Vicente y Abreu, después de que hubiesen pasado también Albín y Bueno, los de Blanco cargaron contra Orión y hasta la mandaron al fondo de las redes en un cabezazo del apenas adelantado Iván Alonso a pase magistral del Chino, o cuando Vicente enganchó para la derecha y Orión le salvó el mano a mano.
Después de los 70 minutos, el equipo de Cacho Blanco se decidió más que nunca a ir en busca de ese empate que le diera más tranquilidad en el grupo a falta de dos fechas.
El equipo azul y oro pudo aumentar la diferencia con un remate desde afuera del área del ingresado Somoza, que pasó cerca del arco local. Uno de esos pases punzantes del Chino, buscando a Sebastián Abreu, provocó la salida rápida de Orión con los puños y estuvo otra vez cerca. El arquero de Boca fue figura, pero no porque Nacional lo hubiese hecho estrella.