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Hoy comienza el séptimo Congreso Iberoamericano de Educación Matemática.

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Los congresos convocados por la Federación Iberoamericana de Sociedades de Educación Matemática tienen lugar cada cuatro años. Esta vez la sede es Uruguay y se desarrollará en Montevideo. Se espera la llegada de 1.200 docentes e investigadores de la materia de diversos países.

Gustavo Bermúdez, secretario general de la Sociedad de Educación Matemática Uruguaya, detalló a la diaria particularidades del evento y las expectativas que tienen sus organizadores. En primer lugar indicó que “Uruguay es el único país de Iberoamérica donde la didáctica de la matemática no es una disciplina científica”. Esto significa que las universidades no la consideran como tal, lo que repercute en que no existan cursos de posgrado, maestrías ni doctorados. Las personas únicamente se pueden formar en profesorados dependientes del Consejo de Formación en Educación o de una sola universidad privada. “Lo normal es que en las universidades existan maestrías o posgrados llamados Didáctica de las Matemáticas o Matemática Educativa. En Uruguay no hay ninguna universidad, ni pública ni privada, que tenga un posgrado específico en la enseñanza de la matemática. Sin embargo, en el mundo es la disciplina que más se ha desarrollado”, reflexionó. Quienes se especializaron lo han hecho en universidades internacionales y generalmente sin becas ni reconocimientos económicos una vez culminada la formación. Consideró que el encuentro puede servir para rever esta realidad y hacer más colectiva la labor de los profesores. En general cada uno trabaja con su “repartido”, sin recomendar ningún libro de respaldo. Además, “casi no confrontamos nuestros trabajos con los de otros colegas”, especificó. Bermúdez hizo dos distinciones en relación al tema. Una entre quienes dan clase de matemáticas de los profesores de matemáticas, y diferenció la labor de los matemáticos de la de los profesores. Explicó que son muchos los docentes que no se han formado o que nunca terminaron la carrera y que tienen grupos a cargo, aunque la realidad es que “cada vez más, la gente que da clase está tratando de formarse”. Sobre la segunda apreciación, aclaró que “para los matemáticos formar gente no es prioridad, para ellos es prioridad investigar”. Dar clase es “un peaje” hacia la investigación, y es general que ocurra que “no hay profesores que sepan poco de matemática pero hay un problema en relación a cómo transmitirla”, comentó.

Indicó que no es lo mismo enseñarle a un niño que a un adolescente, puesto que hay niveles de abstracción que uno puede alcanzar y el otro no. Cuestionó que los programas de liceo no contemplen la capacidad de abstracción de los jóvenes y que, por el contrario, se elaboren pensando en la universidad y tiendan a no relacionar la materia de estudio con la realidad de los estudiantes. Dijo que en secundaria la matemática debería “dejar una formación en el pensamiento matemático, en estrategias del pensamiento matemático, que no tienen por ejemplo el pensamiento artístico”.

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