El viernes se produjo un derrame de combustible en el río Uruguay durante una maniobra fallida protagonizada por una barcaza de ANCAP. Las autoridades de OSE se enteraron 16 horas más tarde, por lo que el agua contaminada entró en la red de suministro de agua potable que abastece a la ciudad de Paysandú. “Pensé que le habían metido al agua potable algún tipo de desinfectante para matar toda la contaminación que tiene en los días normales”, aseguró una habitante de la capital sanducera. Muchos de sus vecinos creyeron lo mismo, y de hecho un jerarca de OSE consideró que quizá “no es una mala idea” intentar descontaminar el agua con este método, pero finalmente se descartó esta posibilidad porque se la consideró “peligrosa”. “Existe el riesgo de que las personas que vean que sale agua con nafta de las canillas la usen para sus autos, y eso daña los motores”. Con respecto a los potenciales daños a la salud humana, aseguró que “los clientes de OSE están acostumbrados a todo”.
Si bien las autoridades aseguraron que los efectos del derrame ya desaparecieron, desde ANCAP y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) consideran que la situación es “grave”. “Al precio que está la nafta, perdimos un dineral. Nosotros estimamos las pérdidas entre 120 y 140 millones de dólares. Y eso que era súper, si hubiera sido premium el país estaría en bancarrota”, aseguró un funcionario del MEF. Autoridades de ANCAP coincidieron en que los efectos financieros del accidente son “preocupantes”. “Evidentemente hay una falla en la infraestructura. Seguramente vamos a tener que hacer una inversión importante, que va a provocar un aumento en el déficit. En este caso no sería un déficit de ANCAP, sino del país. Las consultoras de riesgo ya están empezando a preocuparse. Este accidente tuvo un efecto contaminante sobre la economía”, aseguró un integrante del directorio de ANCAP.