La bancada de diputados del Frente Amplio llegó a un acuerdo el fin de semana para reasignar 700 millones de pesos del Presupuesto Nacional, que serán destinados a educación, salud, investigación y cultura. La decisión fue objeto de polémica, debido a que para llegar a esta cifra se le retiraron 400 millones de pesos al Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC). “La coyuntura nos obligó a tomar una medida de izquierda, que es aumentar el gasto en educación y salud, entre otras cosas. Para evitar que este tipo de desviaciones se transforme en una tendencia, tuvimos que tomar una medida de derecha, que es recortar el gasto social destinado a los sectores más vulnerables, como los menores de tres años y las personas que no pueden valerse por sí mismas”, aseguró un integrante de la bancada oficialista.
Pero algunos de sus compañeros justifican de otra manera la decisión. “Todos los paros y las manifestaciones de los docentes y los estudiantes dejaron en claro que si no se atienden los reclamos presupuestales de los gremios de la educación, nos podemos comprar un problema gigantesco. Sabemos perfectamente que el recorte de fondos destinados al SNIC también va a generar resistencias entre los afectados. Pero la verdad es que los discapacitados arman menos lío que los estudiantes”, aseguró una legisladora frentista. Antes de decidir la reasignación de recursos, la bancada oficialista consultó al ministro del Interior, Eduardo Bonomi. “La respuesta fue enfática. Los servicios de inteligencia aseguran que la posibilidad de que un anciano con Alzheimer o una persona con esclerosis múltiple en fase terminal incendie la puerta del Codicen es prácticamente nula”.
De todas maneras, Bonomi aseguró que si se concreta la reasignación de fondos, la inteligencia policial colocará agentes infiltrados en casas de salud, geriátricos, hospitales y guarderías, ya que “con los gremios de la educación la situación se nos fue de las manos por no actuar a tiempo. En este tipo de cosas hay que tomar todos los recaudos”.