Ramona de Paysandú: Estimado Señor, como de costumbre, estoy sufriendo los efectos de la crecida del Río Negro. Una inundación en el año no me molesta, pero no sólo tenemos en invierno, sino también en verano. Y no es el único problema que hay por estos lados. En general, a esta altura del año nos empiezan a comer las langostas, las cucarachas y los mosquitos. Dos por tres, la UTE amenaza con cortar la luz y dejarnos en tinieblas. El ganado tiene bichos de todo tipo y las aguas no se transforman en sangre, pero a veces están de todos los colores por los vertidos tóxicos. En ocasiones, me da la impresión de que estamos siendo azotados por plagas similares a las que echaste sobre Egipto. ¿Es cierto? Y si es así, ¿hay algo que podamos hacer para zafar de esto? ¿Algún sacrificio, quizá?
Rey de Reyes: Bueno, al fin alguien se avivó de que era yo quien los estaba castigando. ¿El motivo? La insistencia de los sanduceros en seguir celebrando año a año esa gran orgía del pecado que es la Semana de la Cerveza, donde no sólo se consume alcohol y se fornica en exceso, sino que también se contratan artistas extranjeros de tercera o cuarta categoría que les vienen a robar el lugar a los artistas nacionales de tercera o cuarta categoría que suelen amenizar los festivales que arman los canarios. Lo de los sacrificios puede andar. A lo mejor, pueden sacrificar al degenerado del dúo Cantaclaro. No sé si es de Paysandú, pero si lo invitan a la reinauguración de la Casita del Parque, seguro que cae por ahí.
Olga de Parque Batlle: Señor Todopoderoso, ¡cómo juega Luis Suárez! ¡Gracias por haberlo bendecido con el don del olfato de gol!
Rey de Reyes: Cuidado, Olga, porque Luis Suárez es el nuevo mesías (el anterior me salió medio pelotudo, por eso estoy probando con uno nuevo, así que su destino es morir crucificado. Lo del año pasado fue una prueba, para ver qué tanto resiste, quién me puede hacer de Judas (Alejandro Balbi va ganando) y cuál va a ser la reacción del pueblo uruguayo. En ese sentido, por suerte, la cosa anduvo muy bien. La gente se indignó; ahora lo sigue con devoción y tiene estampitas de él por todos lados. Lo bueno es que va a vivir hasta los 33 años, así que llega al Mundial de Rusia. Al de Qatar no, pero ése seguramente se suspenda, porque Alá no tiene ni la capacidad ni las potestades para organizar un Mundial, así que ya elevé un recurso ante la FIFA, y ahora estoy esperando que terminen la purga para saber a quién tengo que coimear.