Cuando faltan varias semanas para la Noche de los fallos, el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavaleras ya tuvo su primera gran polémica. Los responsables del grupo de parodistas Aristophanes emitieron una carta pública en la que se quejaban de que el director de los parodistas Zíngaros, Ariel Pinocho Sosa, ejercía presiones sobre los dueños de los tablados para que no los contrataran. Sosa reconoció que efectivamente se negó a compartir escenario con Aristophanes, debido a que al final del espectáculo los integrantes del conjunto se desvisten hasta quedar en ropa interior. “No puede ser que en nuestro carnaval haya gente con tanto mal gusto como para salir en calzoncillos a decir chistes sobre tetas, culos y pijas. Es una falta de respeto”, aseguró el director de Zíngaros. De todas maneras, Sosa destacó que sus diferencias con Aristophanes son de carácter estético, y no tienen nada que ver con motivos personales. “Es al contrario, creo que son unos muchachos bárbaros. De hecho, algún día podrían salir en la bañadera con nosotros, que en general al segundo tablado ya estamos en calzoncillos. En Zíngaros somos generosos, podemos compartir los changos y los trabas”. De todas maneras aclaró que él no viaja en la bañadera, ya que “prefiero ir corriendo atrás de ella y rodeándola cada tanto, así descargo un poco toda esa energía extra que siento cuando salgo en Carnaval”.
Pero desde Aristophanes tienen otra versión de los hechos. Según ellos, el verdadero motivo por el que Sosa los vetó de los tablados es que se burlan de él desde el escenario. “Nosotros no tenemos nada en su contra. Simplemente nos burlamos de su forma de cantar y bailar porque el Carnaval está en una fase decadente, y la falta de ideas nos lleva a caer permanentemente en el humor autorreferencial, como ocurre con la mayoría de los conjuntos”, aseguró uno de los responsables de Aristophanes.