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Racing ganó con dos goles de Quiñones, que se convirtió en el goleador histórico del club.

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“Gordo, vos al arco”, decían en el barrio. Pero este gordo es distinto. Alegre y divertido, quizá; simpaticón, también; pero con algo que no se compra, que se trae desde la cuna: el instinto de goleador. Ayer Líber Daniel Quiñones Prieto, de 30 años, se convirtió en el máximo artillero absoluto en los 96 años de vida del Racing Club de Montevideo.

Tras anotarle dos goles a la IASA, con los que su equipo ganó, alcanzó las 62 dianas y superó al argentino Osvaldo Vega, que marcó en 60 ocasiones cuando vistió la casaca albiverde en los años 60 del siglo pasado.

“Yo sabía de esto, porque un día un hincha me agarró y me dijo que estaba cerca de superar esa marca. Ahí me entusiasmé”, aseguró Quiñones ayer tras la victoria de su equipo 2-0 sobre Sud América en el Parque Osvaldo Roberto, que tuvo el debut de Darío Larrosa como entrenador interino, aunque con grandes posibilidades de quedar firme en el cargo.

La victoria cervecera fue costosa. Tras un primer tiempo plagado de errores, ambos equipos intentaron acomodarse y hacer valer su juego. Siempre la pelota estuvo en el piso, se abrieron las bandas y se habilitó a los referentes de área: Quiñones en el local y Nicolás Royón en la visita.

Los cambios de Larrosa les dieron llegada por afuera a los de Sayago, que desde el lateral tuvieron varias opciones de rápidos contragolpes que no prosperaron. Por eso el gol llegó de la forma menos pensada, tras un hermoso tiro libre que el Gordo, como le dicen sus compañeros cuando le piden la pelota, pudrió en el ángulo. Ese tanto desmoronó a la IASA, que tenía controlado el juego, porque llegó cerca del final del primer tiempo.

Pero si en la psicológica te pega mal que te conviertan uno, dos te liquidan. Javier Irazún quiso salir jugando del fondo, tras un lindo sombrerito a Diego Zabala, pero tuvo la mala fortuna de que la pelota le quedó al goleador, al que estaba enfermo por seguir haciendo historia. Quiñones se encontró con la bocha cuando el golero buzón quedó a mitad de camino y, por arribita, con un gesto técnico envidiable, puso el 2-0 para irse al descanso.

El complemento podría haber sido entretenido, porque de arranque el argentino Ángel Luna estrelló contra el travesaño un penal que podría haberse convertido en el descuento para los naranjas. Para peor, enseguida se fue expulsado su compañero Julián Perujo, y eso liquidó las chances de reacción de los dirigidos por el ex arquero Jorge Vivaldo. Por si faltaba algo más, Alejandro Galván, que entró en el segundo tiempo, se lesionó y tuvo que volver a salir. Todo mal para la IASA en la tarde histórica del Gordo.

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