Los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Argentina, Mauricio Macri, se reunieron ayer en la estancia de Anchorena y analizaron diversos temas de la relación bilateral, en un encuentro que fue calificado por integrantes del gobierno uruguayo de “muy exitoso”. “Durante la campaña electoral Macri hizo mucho énfasis en que no se guiaba por ninguna ideología y teníamos miedo de que tomara algunas medidas de izquierda, pero por suerte nos dimos cuenta de que es de derecha, por lo que el relacionamiento con este gobierno va a ser muy bueno”, aseguró el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
Luego del encuentro Vázquez explicó que se selló un acuerdo entre ambos gobiernos que permitiría la construcción de la planta regasificadora en Puntas de Sayago. “Macri se comprometió a que su gobierno compre gas a Uruguay, y además, puso a su disposición una de sus empresas para construir la planta. Eso es muy importante, porque nos da la tranquilidad de que, a diferencia de lo que ocurre con otras empresas transnacionales, la suya no se va a ir. Estoy seguro de que le daría lástima”. El mandatario agregó que otro de los beneficios del acuerdo es que las empresas de Macri pagarán una jugosa coima para que el gobierno les adjudique la obra. “El presidente Macri nos aseguró que a pesar de que la obra ya esté prácticamente adjudicada va a pagar una coima, y ésta no va a ser menor que las que solía pagar a la dictadura de Jorge Videla o el gobierno neoliberal de Carlos Menen. Creo que eso habla muy bien de él no sólo como político, sino como persona, porque va a poner la plata de su propio bolsillo”. Pero algunos funcionarios de la cancillería reconocieron que la actitud de Macri causó “cierto malestar”, ya que “como buen porteño, se puso a cancherear”. Tras el encuentro, Macri aseguró: “No me importa desperdiciar algunos cientos de millones de dólares de mi fortuna para dejar contentos a los uruguayos, porque son una gente divina”.