Durante el Consejo de Ministros realizado ayer en la Torre Ejecutiva, el presidente Tabaré Vázquez firmó un decreto que obliga a los jerarcas del gobierno que viajen en misiones oficiales a rendir cuentas de los gastos que realicen con fondos públicos. El prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, explicó que con la medida se busca no sólo que la función pública sea “más austera”, sino también “menos competitiva y con menos luchas por los cargos, ya que al no existir la posibilidad de hacerse con unos mangos con cada viaje oficial, va a ser muy poca la gente que quiera entrar al gobierno”. Fuentes del Frente Amplio reconocieron que con esto también se busca “sacarles a los dirigentes de segunda línea y cuadros intermedios de la oposición las ganas de desplazarnos del gobierno”.
De todas maneras, varios jerarcas reconocieron que si bien el decreto es un “duro golpe” para sus expectativas, también puede ser “una oportunidad”. En efecto, uno de ellos aseguró que los viáticos que no se devuelven “muchas veces van a parar a una cuenta bancaria y luego son usados por el funcionario para arreglar un caño, pagar un par de cuotas atrasadas de la contribución inmobiliaria o pagarle un arreglo al dentista”. Pero tras la firma del decreto de ayer, “los jerarcas van a tratar de gastar hasta el último peso de los viáticos, porque traer dinero que podría haber sido gastado en cenas, alcohol, y hasta alguna prostituta, sólo para devolverlo a rentas generales, sería un pecado. Quizás sea una buena ocasión para recordar que la vida hay que vivirla a pleno, tratando de divertirse el máximo posible y, sobre todo, chupando sin escrúpulos, porque nunca se sabe cuándo puede cambiar el partido de gobierno y uno tendrá que volver al trabajo gris, aburrido y mal remunerado que tenía antes de descubrir la vocación de ayudar a construir un mundo mejor en forma completamente desinteresada”.