En el comentario del partido de fútbol femenino Peñarol-Nacional publicado ayer se omitió el número de espectadores presentes. Ese dato puede ser considerado accesorio y se acostumbra incluirlo en los detalles, pero en este caso correspondía que se explicitara en el meollo de la nota, porque el asunto tenía una dimensión especial. No mencionarlo en este caso concreto podría ser visto como una complicidad con el régimen de acceso a la cancha establecido por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
La Comisión de Seguridad de la AUF definió una entrada libre pero restringida a 250 personas por club, que debían estar incluidas en dos listados. Esa medida, seguramente no compartida directamente por las autoridades del Consejo de Fútbol Femenino, va en el sentido contrario de lo que necesita el desarrollo en crecimiento de la modalidad.
Este partido tenía el atractivo de que estaban en la cancha los colores futbolísticos más seguidos por los uruguayos, y era la oportunidad de poner en la primera vidriera un espectáculo que está lejos de tener los visos violentos que padece su paralelo masculino. Por el contrario, transita el terreno de ver a la mujer haciendo deporte como algo totalmente normal y no como algo raro o alejado de la costumbre de ver a los hombres, vestidos de pantalón corto, jugando al fútbol.
Además, el antecedente cercano –el partido jugado por los mismos rivales en abril– indicaba el camino contrario al restrictivo por el que se optó: aquel fue, en Las Acacias, un espectáculo absolutamente amable, con presencia familiar y muchos niños y niñas.
El Parque Méndez Piana albergó el domingo de mañana a unas 75 personas de Peñarol en la tribuna que da al Centenario y un número similar de Nacional en la tribuna que da al Parque Palermo. Muchas personas que llegaron hasta la cancha de Miramar Misiones con ganas de ver el partido debieron alejarse del Parque Batlle porque no figuraban en los listados.
El criterio restrictivo triunfó en toda la línea. En vez de llenar de gente el Méndez Piana, el operativo de seguridad lo vació. Seguramente, en la próxima reunión del organismo encargado de la seguridad en el fútbol, ese operativo será evaluado como totalmente exitoso.