Ingresá

Choferes de ómnibus se quejan porque los monopatines eléctricos complican su labor de hacer caminar mucho a la gente

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

“Todo el esfuerzo que hacemos salteando las paradas o demorando en pasar se va al tacho cuando los usuarios se suben a esos cosos”, afirman los transportistas.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El viernes se anunció que desembarcará en Montevideo una segunda empresa de monopatines eléctricos. La española Movo, perteneciente a Cabify, se sumará a la mexicana Grin, que ya presta este servicio en la capital. Un usuario de monopatines eléctricos explicó que este medio de transporte “te permite desplazarte de un lado al otro y disfrutar del aire libre sin los dos principales inconvenientes de la bicicleta: el esfuerzo que hay que hacer para pedalear, y el aire de jipismo que rodea al ciclismo urbano”. Pero como ocurrió con otras aplicaciones de transporte, los monopatines eléctricos están generando polémica. Un chofer de ómnibus explicó que “una parte importante de nuestra labor es hacer caminar lo más posible a la gente, pero todo el esfuerzo que hacemos salteando las paradas o demorando en pasar se va al tacho cuando los usuarios se suben a esos cosos. Si permitimos que este sistema de monopatines se siga extendiendo, nuestro trabajo se va a limitar a llevar gente de un lugar a otro. Y nosotros no estamos acá para eso. Lo nuestro es hacer que la gente se tenga que mover, preferentemente bajo la lluvia y el viento”. Pero no todos los choferes comparten esta visión. “Yo creo que la gente joven va a caminar menos, pero en el caso de los viejos, a los que no les da el cuerpo para subirse a un monopatín, van a tener que seguir caminando, y ese segmento de la población es uno de los que más nos interesa dejar a pie”, explicó otro transportista.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura