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Foto: Alessandro Maradei

Trabajo en tiempos de pandemia: Cecilia Sarasola

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¿En qué rubro te desempeñás?

Soy docente de Expresión Corporal y Danza efectiva en la escuela 65 de Ciudad Vieja, en el Colegio Reina Reyes y en el liceo IAVA. Doy clases en la División Folklore de las Escuelas de Formación Artística del SODRE. Me desempeño artísticamente bailando y en gestión de eventos. Soy estudiante del Profesorado de Danza en el IPA.

Foto: Alessandro Maradei

¿Cómo afectó la pandemia tu vida?

La pandemia afectó mi vida en una infinidad de aspectos. Básicamente lo que prima en mi desarrollo laboral, profesional, estudiantil es lo expresivo-vincular y el contacto desde la sensibilización. Gran parte de eso desapareció de las formas en que lo conocíamos de un momento al otro, y hubo que reinventarse y reconstruirse para seguir adelante. Lo primero que procuré, individualmente y desde los equipos de trabajo, fue tender redes fuertes para sostener los vínculos, con los y las estudiantes, con los compañeros y las compañeras, con los espacios culturales, etcétera. Sentí fuertemente que todos y todas necesitábamos saber que otros y otras permanecían ahí para saber si tenían para comer, para que no abandonaran un curso, para ofrecer ayuda si la cosa en casa se ponía difícil... Gracias al trabajo potente de todos los colectivos, mantuve contacto siempre con prácticamente el 100% de los y las estudiantes, y tuve todas las clases de la carrera que curso. En muchos casos no fue fácil, hubo que rastrear, buscar medios, hacer contactos, prestar equipos, etcétera. Mantuve incontables horas de videoconferencia, cientos de actividades compartidas en plataformas, audios, videos, cientos de devoluciones individuales y colectivas, replanificaciones de contenidos, adaptaciones a los nuevos medios, me filmé infinidad de veces y bailé mucho en soledad. Nada fue lo mismo ni lo es ahora volviendo a la presencialidad, así que seguimos reinventándonos. En sentido similar es que me sumé en el barrio Ciudad Vieja, en el que vivo, a la iniciativa de un grupo de vecinos y vecinas para la olla popular. La conciencia sobre la necesidad imperante generó que casi espontáneamente se articulara una organización horizontal en la que trabajamos por, para y con el barrio desde marzo. Pienso y siento que es algo que nos viene fortaleciendo como colectivo desde múltiples aspectos y que nos está dando y dará a futuro fuerza para sostenernos y avanzar organizadamente. La situación de vivir, trabajar y formar parte de un colectivo en el barrio me da también en cierta forma una visión que se vuelve colaborativa entre todos los ámbitos de participación.

Foto: Alessandro Maradei

¿Qué te complicó y qué fue lo más sencillo?

No fue sencillo entrar a la modalidad 100% virtual con la danza, tanto como estudiante como desde la docencia; abordar los contenidos, los objetivos y proponer dinámicas generaron grandes instancias reflexivas y de reconstrucción. No es sencillo mantenernos fuera de los escenarios, donde nos desarrollamos artísticamente. Fue sencillo potenciar los vínculos en los diferentes equipos para resistir, recrear y reconstruir.

Foto: Alessandro Maradei

¿Qué te parece que va a pasar?

Ampliamente no sé qué me parece sobre lo que va a pasar. En este momento siento y pienso que todos los colectivos en los que trabajo se encuentran muy fortalecidos, retroalimentados, reflexivos de sí mismos y del entorno, potenciados para seguir construyendo y contagiar multiplicándose. En este momento siento, pienso y reafirmo que la organización colectiva es la única que nos va a llevar a algún lugar.

Foto: Alessandro Maradei

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