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Jair Bolsonaro pronuncia un discurso durante una manifestación en su apoyo, el martes, en San Pablo, Brasil.

Foto: Paulo Lópes, AFP

Bolsonaro se desdijo de sus amenazas golpistas en un comunicado en el que afirmó que habló “al calor del momento”

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El mandatario además conversó telefónicamente con Alexandre de Moraes, ministro del STF a quien había tildado de “canalla” dos días antes.

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Leído por Abril Mederos.
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En un giro inesperado, el presidente brasileño Jair Bolsonaro publicó este jueves un comunicado en el que, entre otras cosas, manifiesta que “no tenía la intención de atacar a ninguno de los poderes”, luego de los masivos actos realizados el martes en los que la consigna principal fue el rechazo al Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima instancia judicial del país.

“Nunca tuve la intención de atacar a ninguno de los poderes. La armonía entre ellos no es mi voluntad, sino una determinación constitucional que todos, sin excepción, deben respetar”, afirmó el mandatario en el texto.

“Reitero mi respeto por las instituciones de la República, los motores que ayudan a gobernar el país”, agregó el mandatario ultraderechista en su declaración.

“Quiero declarar que mis palabras, a veces contundentes, tienen que ver con el calor del momento, y los embates siempre apuntaron al bien común”, afirmó Bolsonaro en su carta.

El tono conciliador de Bolsonaro seguramente tenga que ver con el rechazo cada vez más grande que tiene dentro del ámbito político, lo que generó que se haya reflotado en los últimos días el tema de la realización de un juicio político contra el mandatario en el Congreso.

También incidió en el presunto cambio de postura del presidente la presión del empresariado, temeroso de que la inestabilidad política, sumado a la crisis económica, siga empantanando al país.

Según recordó Folha de São Paulo, Bolsonaro pasó los últimos dos meses atacando en forma reiterada al STF e incluso llegó a insultar a algunos de sus ministros como estrategia para convocar a sus partidarios a los actos del martes, donde repitió los ataques e hizo una serie de amenazas al tribunal y sus integrantes.

Los principales objetivos de Bolsonaro siempre han sido los ministros Alexandre de Moraes, a quien el martes tildó de “canalla”, y Luís Roberto Barroso, este último también presidente del Tribunal Superior Electoral. El martes, en el marco de su discurso en la Avenida Paulista, el mandatario también sumó críticas al presidente del STF, Luis Fux.

Medios brasileños informaron que el comunicado de Bolsonaro fue promovido por el expresidente Michel Temer, quien este jueves almorzó con el mandatario. Según trascendió, el expresidente le recomendó a Bolsonaro bajar el tono e incluso lo puso en contacto con el ministro De Moraes, con quien mantuvieron una conversación telefónica. Temer tiene una buena relación con De Moraes, quien llegó al STF a propuesta suya cuando fue mandatario, entre 2016 y 2018, luego de la destitución de Dilma Rousseff.

En su carta Bolsonaro se refirió específicamente a De Moraes, incluso destacando sus “cualidades como jurista y docente”. El mandatario afirmó que “nunca” quiso agredir a los poderes y que las causas que le sigue el ministro De Moraes serán encaradas dentro del sistema judicial.

Durante los actos del martes, el mandatario manifestó que no cumpliría con ninguna decisión judicial de De Moraes. El tono beligerante de Bolsonaro generó la reacción de Fux, quien dijo que el presidente podría cometer un delito de responsabilidad si no cumplía con las decisiones judiciales.

El abrupto cambio de postura de Bolsonaro cayó muy mal sobre un sector de sus seguidores, que este jueves estaban realizando una movilización de camioneros, que pretendían bloquear el acceso al edificio del STF en Brasilia. Los bolsonaristas habían dicho que mantendrían la movilización hasta que se produzca la destitución de los ministros del STF.

La carta de Bolsonaro generó reacciones dentro del panorama político brasileño. Una de ellas fue la de la diputada Gleisi Hoffmann, presidenta nacional del Partido de los Trabajadores. La legisladora izquierdista expresó que la oposición debe ser consciente de los riesgos para la democracia brasileña que representa la figura de Bolsonaro, más allá de su comunicado.

En su cuenta de Twitter, Gleisi dijo que nadie amenaza a la democracia sólo por el “calor del momento”. “La naturaleza de Bolsonaro es golpista, antidemocrática. Es bueno que haya dado un paso atrás, pero sus dichos no inspiran confianza. Tenemos que mantener la defensa permanente de la democracia ante el riesgo que él representa”, afirmó Hoffmann, de acuerdo a lo que consignó el portal Brasil 247.

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