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Ilustración: Ramiro Alonso

El arte de no legislar de más ni de menos

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Leído por Mathías Buela.
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Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Tres noticias incluidas en esta edición destacan la importancia de legislar en forma oportuna y acertada, sin quedarse corto ni pasarse de rosca. Una da cuenta de evaluaciones de la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo, que cumplió ya diez años. Otra informa sobre el rechazo en el Senado al proyecto para reestructurar deudas de personas físicas, que había sido aprobado por unanimidad en comisión. La tercera se refiere a iniciativas para incluir en el Código Penal varios delitos ambientales.

En estos tiempos la actividad de quienes integran el Parlamento suele adquirir gran notoriedad cuando se vincula con comisiones investigadoras o con la confrontación política pura y dura, no necesariamente en sala o referida a un proyecto de ley. Quizá la labor de proponer, discutir y aprobar normas se haya devaluado un poco porque, en las últimas décadas, muchas de las iniciativas más relevantes han llegado del Poder Ejecutivo.

Así, lo que sucede dentro del Palacio Legislativo depende de lo que se elabora fuera de él, ya sea para defenderlo o para cuestionarlo, por más que en las comisiones y los plenarios se realicen considerables modificaciones, y para ello a menudo resulte crucial el diálogo con una gran diversidad de delegaciones y especialistas.

Hay una labor indispensable y específica que consiste en auscultar la realidad e identificar necesidades de regulación, en algunos casos ante situaciones imprevistas; en otros por la percepción de que las normas vigentes ya no representan la opinión predominante en la ciudadanía; y en otros por la legítima voluntad de impulsar cambios, a partir de convicciones y reflexiones propias. No se trata sólo de surfear sobre los vaivenes de la opinión pública.

La ley sobre el aborto fue el resultado de un largo proceso con varios reveses. Hubo negociaciones difíciles para lograr que tuviera mayoría parlamentaria en 2012 y contiene disposiciones poco respetuosas de los derechos y la dignidad de las mujeres que quieren interrumpir un embarazo. Fue la norma que resultaba posible aprobar y algún día habrá que rediscutirla, pero en el actual Parlamento esto implicaría grandes riesgos de retroceso.

El proyecto sobre deudas, presentado por Cabildo Abierto, fue rechazado por la mayor parte de los legisladores de otros partidos oficialistas, con argumentos compartidos desde el Frente Amplio. Su objetivo general es el alivio de quienes no pueden pagar, pero trasladar a la Justicia la posibilidad de reducir montos y decidir refinanciaciones tendría algunos efectos muy discutibles y otros contraproducentes. El tema volvió a comisión y este episodio muestra que no basta con detectar un problema y querer solucionarlo.

Por último, y después de casi 20 años sin que sucesivos proyectos fueran aprobados, parecen estar dadas las condiciones para que Uruguay deje de ser uno de los pocos países de la región en que causar daños ambientales graves no se castiga con privación de la libertad, sino que sólo acarrea advertencias, suspensiones o multas. Esta situación se ha mantenido durante demasiado tiempo, con costos muy considerables, pero más vale tarde que nunca.

Hasta mañana.

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