Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Una investigación sin precedentes del Instituto de Economía (Iecon) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (Universidad de la República) proporciona evidencia sobre la diversidad ideológica entre quienes tienen formación académica como economistas.
El Iecon realizó una encuesta a casi 900 personas, egresadas de 1980 a 2020 (EEGU), y constató una importante dispersión de los puntos de vista sobre cuestiones básicas como la eficiencia del mercado para asignar recursos, o el papel de los incentivos económicos en la conducta de las personas. Tampoco hubo consensos amplios acerca de las orientaciones defendidas y aplicadas por el oficialismo en numerosas áreas económicas y sociales. Sí los hubo, en cambio, sobre la necesidad de que el gobierno procure una redistribución del ingreso, aunque no sobre las herramientas que debe emplear para ello.
Se podría decir que la existencia de economistas con posiciones de izquierda y de derecha es bien conocida, y que en todo caso lo nuevo es que se establecieron proporciones (que indican el predominio de las primeras). Pero es muy interesante llevar el análisis a otro nivel.
No faltarán quienes piensen que sólo se trata de diferencias entre quienes son inteligentes y quienes no lo son, o ver los resultados de la encuesta como una prueba del adoctrinamiento izquierdista en la educación. Son dos maneras de apegarse a la noción de que la economía pertenece a la familia de las ciencias “duras”, o por lo menos incluye amplias áreas en las que debería haber consenso.
Tal premisa se puede ver detrás de la creación, mediante la Ley de Urgente Consideración, de una Comisión de Expertos en Seguridad Social, encargada de plantearle al Poder Ejecutivo recomendaciones de reforma, y de un Consejo Fiscal Asesor y un comité de expertos para apoyar la aplicación de la “regla fiscal” (aunque, en este último caso, el papel de los especialistas está subordinado a definiciones clave por parte del Ministerio de Economía y Finanzas).
También se ha propuesto formar un organismo asesor en materia de política económica, alegando que sus beneficios serían semejantes a los que aportó el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) para afrontar la epidemia de covid-19. Las iniciativas mencionadas surgieron del actual oficialismo, pero la convicción de que se cuenta con ideas científicas para orientar la política económica atraviesa posiciones políticas muy diversas.
En las últimas décadas, las izquierdas han cuestionado lo que consideran intentos de imponer un “pensamiento único” favorable a las políticas llamadas neoliberales, expresado por ejemplo en lo que John Williamson bautizó, en 1989, “Consenso de Washington”.
Sin embargo, es notorio que en las izquierdas se ha manifestado a menudo una pretensión equivalente, a veces en el terreno específico de la economía, y otras veces reivindicando una comprensión profunda de las leyes y el sentido de la historia, que señalaría lo que conviene hacer para facilitar procesos inevitables.
Cabe señalar que, en la encuesta del Iecon, hubo una importante discrepancia con afirmaciones sobre el carácter científico de la economía.
Hasta mañana.