Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Desde que la Mesa Representativa del PIT-CNT resolvió impulsar una reforma constitucional sobre seguridad social, se ha mantenido una situación que dio lugar a confusiones acerca de la propuesta para la cual se reunirán firmas.
Aquella decisión y las declaraciones de dirigentes sindicales para anunciarla se refirieron a los objetivos de la reforma pero no al texto que figurará en las papeletas, porque este aún no se había definido. Sin embargo, integrantes de la Asociación de los Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), que presentó la moción aprobada, se han referido a ese texto como si ya estuviera claro cuál será. La explicación es que la ATSS trabajó sobre el tema y produjo un escrito que se manejó en el PIT-CNT, pero la redacción final todavía está pendiente, y se espera poder darla a conocer recién el lunes de la semana próxima.
Además, en los últimos días hubo al parecer algunos planteos de sindicalistas para que la redacción final expresara “consensos más amplios” que los logrados en la Mesa Representativa, donde la moción triunfante no tuvo mayoría absoluta sino relativa, pero quienes la apoyaron sostienen que esto no corresponde, porque modificaría lo votado.
De todos modos, la redacción no es sólo un tema técnico, con miras a presentar la propuesta de tal modo que sea sólida en términos jurídicos y clara para la ciudadanía, sin flancos que puedan aprovechar los adversarios en una campaña. Hay cuestiones de contenido que no surgen de lo anunciado hasta el momento, y que serán muy importantes para los debates venideros (empezando por los que se darán dentro del Frente Amplio, donde hay sectores que ya expresaron su desacuerdo con esta iniciativa).
La propuesta tiene tres puntos, y el más sencillo es que establece los 60 años como edad mínima de retiro, anulando lo dispuesto al respecto en la reforma jubilatoria que aprobó este año el oficialismo. Quien quiera jubilarse con más de la edad mínima podrá, obviamente, hacerlo, y sobre este aspecto de la iniciativa no hay más que explicar.
Es bastante mayor, por ahora, la incertidumbre sobre los otros dos puntos. Se propondrá eliminar las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP), pero hay que aclarar a texto expreso qué pasará con el dinero que una gran cantidad de personas se vieron obligadas a aportarles desde 1996.
Ese dinero está en cuentas individuales manejadas por las AFAP, y de su rendimiento en inversiones depende, una vez descontada la ganancia de las administradoras, el monto de lo que cobrarán esas personas cuando se jubilen. Al parecer, la idea es que la suma correspondiente a cada persona quede reservada en un fideicomiso, y se cuente en su momento como aporte para una jubilación del Banco de Previsión Social, pero en teoría hay varias otras posibilidades y no es nada menor explicitar esto en detalle.
El otro punto es mejorar las jubilaciones mínimas, y parece muy probable que el procedimiento sea equipararlas con el Salario Mínimo Nacional (SMN). Sin embargo, esto no implica necesariamente una mejora, ya que el monto del SMN lo fija por decreto el Poder Ejecutivo, que no está obligado a mantener su poder de compra.
Hasta el lunes.