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Ilustración: Ramiro Alonso

Milei embiste contra la realidad

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Leído por Andrés Alba.
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Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La situación en Argentina es alarmante. Mientras la crisis social se agrava y las protestas se multiplican, el presidente Javier Milei insiste en acelerar la aplicación de cientos de medidas extremistas, pero el Poder Judicial está frenando, por ilegales o inconstitucionales, muchas de las que buscó imponer por decreto, y en el Poder Legislativo comenzó a chocar contra la inevitable realidad de que no cuenta con mayorías.

Su proyecto de “ley ómnibus”, cuyo ampuloso nombre oficial es “Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, se empantanó el martes en la Cámara de Diputados, el oficialismo se resignó a que volviera a comisión para evitar que quedara reducido a la nada, y las probabilidades de que se apruebe son hoy muy escasas. Por otra parte, el desarrollo de la sesión puso en evidencia que los partidarios de Milei tenían una ignorancia grotesca de las normas legislativas. No sólo perdieron, sino que además tardaron en entender que habían perdido, porque desconocían el reglamento de la cámara. Pero lo peor fue la reacción del presidente.

Desde Israel, Milei afirmó que los legisladores que impidieron la aprobación del proyecto son “un conjunto de delincuentes que quieren una Argentina peor”, que “votaron en contra del pueblo” y que habían empezado a “descuartizar” su iniciativa para “sostener los distintos mecanismos por los cuales les roban a los argentinos”. También difundió listas de “leales” y “traidores” en la Cámara de Diputados, con nombres y fotos, incluyendo en el segundo grupo a una diputada que sólo había planteado una observación sobre un inciso de un artículo del proyecto.

Ahora el presidente insiste en que va a seguir adelante con su programa, alega que es el que votó la mayoría en el balotaje que lo enfrentó con Sergio Massa, y maneja la idea de que se realice “un plebiscito” sobre el frustrado proyecto de ley. Esto puede revelar otro desconocimiento supino de las normas o algo peor.

En Argentina, a diferencia de lo que ocurre en Uruguay, se pueden aprobar leyes por decisión directa de la ciudadanía, pero únicamente con proyectos presentados por la mayoría de la Cámara de Diputados (justamente la que Milei no pudo lograr el martes). El presidente puede convocar a consultas populares que son sólo una especie de sondeo de la opinión pública, y en las que no es obligatorio votar. Por lo tanto, Milei carece de potestades para saltearse el trámite legislativo e intentar que “el pueblo” convierta en ley su proyecto de “ley ómnibus”.

Lo que puede hacer es caldear aún más el clima político y social, apostando a contraponer a los legisladores con “la gente” y a que la próxima renovación parcial de quienes integran la Cámara de Diputados le otorgue mayoría en ella, pero esa renovación se realizará recién a fines de 2025, y al ritmo actual pueden pasar muchas cosas gravísimas antes de que la gente vote.

Desde que Milei irrumpió en el escenario político, afirma con insistencia fanática que sólo sus planes pueden resolver los enormes problemas del país vecino, y descalifica violentamente a cualquier persona o institución que los cuestione. Hay un país entero al borde del abismo.

Hasta mañana.

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