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Armando Castaingdebat, Álvaro Delgado y Javier García, durante la reunión del directorio del partido Nacional, el 27 de octubre, en la casa del Partido Nacional.

Foto: Gianni Schiaffarino

Cardama, más acá

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El “caso Cardama” tendrá obvias consecuencias económicas, jurídicas y, quizás, a nivel de la soberanía marítima, pero, por ahora, mientras que no se resuelve en qué relación quedan el Estado uruguayo y el astillero español, las que llaman la atención son las olas que provoca en el estuario partidario.

Para empezar, el expresidente Lacalle Pou, cuyas apariciones mediáticas suelen navegar lejos de la política, sintió que debía intervenir en el debate, dado que lo que se cuestiona es una decisión del gobierno que encabezó. Primero le contestó el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, y luego lo hizo el propio presidente de la República, Yamandú Orsi, a quien Lacalle había atacado en términos personales.

Ahora bien, mientras que el Partido Nacional abroquela la gestión de Lacalle y del exministro de Defensa Javier García, sus antiguos socios en el gobierno tomaron otra actitud. El senador colorado Robert Silva, por ejemplo, pareció buscar un equilibrio entre la lealtad a la coalición opositora y la sorpresa por las obvias irregularidades que rodearon a la contratación de Cardama; es un tema de blancos y cabildantes, pareció insinuar.

Por su parte, dirigentes de Cabildo Abierto, que cada vez está más lejos de sus antiguos socios, también buscaron desmarcarse de los nacionalistas. El líder del partido dijo que el accionar de las antiguas autoridades fue “poco serio” y “probablemente delictivo”, mientras que el exsubsecretario de Defensa aportó detalles que acrecientan esa percepción.

Por su parte, aunque más discretamente, la decisión de haber salido a confrontar con la oposición también indica algo sobre la marea oficialista. La denuncia encabezada por el presidente Orsi complace a quienes propician una actitud más combativa -y no es un dato menor que la mayoría de la población está de acuerdo en rescindir el contrato con la empresa española-, pero también puede señalar los límites de una política de gobierno enfocada en la batalla discursiva con la derecha; sobre esto, en parte, conversaron Cecilia Álvarez y Marcelo Pereira en la diaria Radio.

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