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La Gran Muñeca, el sábado, en el tablado del Museo del Carnaval.

Foto: Iván Franco

Habrá más noches de tablados populares tras un acuerdo con Tenfield

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Varios escenarios comunitarios abrirán cuatro o cinco días a la semana con financiación parcial de la empresa que televisa el Concurso Oficial de Carnaval.

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Un acuerdo con Tenfield, empresa dueña de los derechos de imagen y televisación del Concurso Oficial de Carnaval, permitirá que los tablados populares Monte de la Francesa, Canario Luna y Arbolito-Tejano abran dos noches más a la semana, miércoles y jueves. En general (aunque, por supuesto, hay especificidades), los tablados populares abren de viernes a domingo.

Además, por iniciativa de la Red de Tablados Populares, otros escenarios se sumaron a la propuesta y funcionarán un día extra, los jueves. Por ahora dijeron que sí los tablados Lavalleja, Julia Arévalo y Ansina (Las Piedras), pero otros podrían adherirse a lo largo del verano.

Los escenarios populares funcionan por iniciativa barrial y con aportes de la Intendencia de Montevideo (IM), que los financia parcialmente con la contratación de tres conjuntos por noche. Los escenarios están obligados a contratar a un cuarto, que cuesta en promedio $ 23.500, según informó Luis Guerreiro, integrante de la comunidad del tablado Monte de la Francesa y coordinador de la red. Además, cubren los gastos de funcionamiento (Agadu, sonido, iluminación, personal de cantina, boletería, animación, seguridad).

“Si hay tablado popular es porque hay sociedad civil organizada”, dijo Guerreiro. Por eso, “aceptaron el acuerdo los que tienen la capacidad, porque también insume mayor trabajo, mayor compromiso de vecinas y vecinos que trabajan de manera gratuita para hacer más días”.

El acuerdo con Tenfield, explicó Guerreiro, implica que la empresa se hace cargo de pagarle a cuatro conjuntos para que actúen las noches extra, paga Agadu y, además, cubre los costos de una de las contrataciones que el tablado tiene que hacer el fin de semana. Como contrapartida, los escenarios le entregan a la empresa el dinero recaudado por la venta de las entradas de los miércoles y los jueves (o solo los jueves si abren una sola noche extra). De los costos humanos y económicos de funcionamiento se encarga cada tablado.

Susy Silva, secretaria del Club Social y Deportivo Arbolito, que conforma con la Asociación Civil el Tejano el equipo de trabajo del escenario Arbolito-Tejano, dijo a la diaria que “por más que nos requiera más días y más trabajo, mucha gente no tiene la posibilidad de ir a ver espectáculos al Teatro de Verano o de movilizarse a escenarios comerciales que abren más días que nosotros”.

En el caso del Arbolito-Tejano, la organización le paga a serenos día y noche, guardias de seguridad y personal de limpieza. La gestión de la cantina se la cedieron a Diablitos Verdes, conjunto del Carnaval de las Promesas, que utiliza un porcentaje de la recaudación para comprar trajes, maquillaje y otros elementos para sus espectáculos.

Por su parte, Pablo Giordano, que integra la asociación civil que gestiona el Anfiteatro Canario Luna, contó a la diaria que a la hora de decidir si abrir más noches fue decisivo el hecho de que es “la oportunidad de que los vecinos de la zona tengan acceso a más días de carnaval. El objetivo es descentralizar la cultura y que las personas no tengan que estar moviéndose a otros lugares”.

Todas las personas que integran la asociación civil del Canario Luna trabajan de manera honoraria. Durante carnaval convocan a la comunidad educativa de tres centros, a los que donan porcentajes de lo recaudado durante el verano (este año son la escuela 90, la escuela 354 y el jardín 215), y trabajan en conjunto. En boletería, cantina, animación, limpieza y todos los roles necesarios para que el tablado funcione hay maestras, madres, padres, integrantes de comisiones fomento e integrantes de la asociación civil.

En palabras de Guerreiro: “Los colectivos que aceptaron entendían que era un sacrificio, pero también era la posibilidad de tener más días de carnaval, generar laburo para trabajadoras y trabajadores de carnaval y mayor superávit para volcar al espacio o al propio barrio”.

La ampliación de fechas significa que las personas “van a tener chance de ver los conjuntos más de una vez; eso da la posibilidad de ver las dos parodias, las dos humoradas, de ver el espectáculo completo”, resaltó el coordinador de la red.

Las tres personas consultadas afirmaron que en sus barrios la gente asiste al tablado, apoya la iniciativa y en años anteriores han pedido que funcione más noches. “Estamos retomando la misma cantidad de personas que tuvimos en el 2020. La gente está ávida de carnaval, de reencontrarse”, aseguró Guerreiro. Sin embargo, este acuerdo “es una apuesta, y fuimos muy claros en que si la ecuación no es satisfactoria para el desgaste que implica evaluaríamos si seguir o no”.

Entre los factores que se consideraron, mencionó la cantidad de gente que podría pagar cuatro o cinco noches por semana para ir a un tablado (las entradas este año están a 100 pesos) y que son muchas jornadas de acostarse tarde y levantarse temprano al otro día para ir a trabajar: “Cada colectivo busca la forma de soluciones internas para el desgaste que puede generar”, relató.

El caso del Canario Luna “es diferente al de otros tablados”, explicó Giordano, porque durante octubre y noviembre le ceden el espacio a la IM para Carnaval de las Promesas y el Encuentro de Murga Joven, que no cortan ningún día, entonces “estamos acostumbrados” al ritmo que exige Carnaval.

Guerreiro contó que “para algunos espacios la recaudación [del tablado popular] significa poder ayudar escuelas, mantener la policlínica o el club de baby fútbol, tener espacios de talleres de capacitación o de inclusión o de reconversión laboral; [trabajar para sostenerlos] es la forma más comprometida de colaborar para que se puedan mantener durante todo el año”.

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